Bogotá — Desde que Colombia empezó a ser uno de los países que más migrantes venezolanos recibió tras la profundización de la crisis económica, social y política de la nación vecina en los últimos años, son varios los estudios que han surgido sobre el impacto que esta migración podría tener en la economía y el mercado laboral colombiano.
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Un estudio reciente de las investigadoras del Banco de la República, Andrea Sofía Otero Cortés, Ana María Tribín Uribe y Tatiana Mojica Urueña, indica que el choque migratorio en Colombia tiene efectos heterogéneos tanto en el mercado laboral femenino como en el uso del tiempo. Puntualmente, el documento estudia el efecto del choque migratorio desde Venezuela a Colombia con una perspectiva de género.
“Las trabajadoras inmigrantes pueden actuar como sustitutas o tener una complementariedad de habilidades con las trabajadoras nativas dependiendo del nivel de escolaridad de la mano de obra colombiana”
En términos generales el estudio cuantifica el efecto sobre el mercado laboral y el uso del tiempo para las mujeres nativas, teniendo en cuenta que estos efectos pueden variar dependiendo de si las mujeres tienen un nivel de educación bajo (secundaria o menos) o alto (educación técnica, tecnológica, universitaria o posgrado) y si en el hogar viven personas menores de cinco años de edad que requieren mayor tiempo de cuidado, dicen las investigadoras.
Además, explican las expertas, en el documento se estudia si el choque migratorio causa un aumento en la probabilidad de que las mujeres se vuelvan emprendedoras.
¿Qué encontró el estudio?
Entre los principales resultados, detallan las investigadoras, se resalta que las trabajadoras migrantes podrían impactar el trabajo de las mujeres nativas con baja escolaridad pues ambas compiten por puestos de trabajo similares.
A lo anterior agregan que “hay una reducción en la participación laboral de entre 0,6 y 0,9 puntos porcentuales de las mujeres con baja escolaridad, siendo más perjudicadas aquellas que tienen a su cargo niños y niñas menores de 5 años”.
Mientras tanto, la mano de obra migrante no estaría compitiendo con las nativas que cuentan con mayores niveles de educación, “lo que apoya la hipótesis de la complementariedad de las habilidades entre migrantes y nativas en este segmento del mercado laboral y permite el aumento en el emprendimiento liderado por mujeres”.
“Existe un aumento de 1,6 puntos porcentuales en la participación laboral de las mujeres con alto nivel de educación que tienen hijos, que se explica principalmente porque este segmento tiene una mayor probabilidad de volverse emprendedoras a raíz del choque migratorio”, resaltan las investigadoras.
Otro de los resultados que exponen las expertas en su estudio es que “las mujeres nativas con baja educación aumentan el tiempo dedicado al trabajo no remunerado (cuidado directo e indirecto) como consecuencia del choque migratorio. En cambio, para las mujeres con mayor escolaridad no hay cambios significativos en el número de horas dedicadas al trabajo remunerado o no remunerado”.
Por último, resaltan que “contrario a lo que ocurre en países desarrollados ante choques migratorios, no encontramos evidencia de que los hogares nativos contraten en mayor proporción mujeres migrantes para realizar trabajo doméstico, sino que la evidencia indica que las migrantes trabajan principalmente en el sector de hotelería y restaurantes”.