Ciudad de México — Aunque las empresas están en alerta y con incertidumbre respecto de una posible recesión en Estados Unidos y su impacto económico en México, todavía no están tan preocupadas por la recesión y prefieren actuar con cautela y postergar la toma de decisiones de negocio hacia el último trimestre del 2022, coincidieron tres analistas consultados por Bloomberg Línea.
De lo que sí están preocupadas las empresas es de la escalada inflacionaria, ya que los costos están presionados por el alza en el precio de insumos. La inflación general se situó en 7,99% anual en junio, mientras que el Índice Nacional de Precios al Productor (INPP) se ubicó en 10,52% anual en el mismo mes.
En medio del repunte inflacionario, la economía mexicana ha continuado en el camino de la recuperación y, según la Secretaría de Hacienda, en el primer trimestre de 2022 el PIB se situó en el 97,9% de su nivel previo a la pandemia, mientras que el empleo formal ha mostrado cierta resiliencia.
La actividad manufacturera registró una expansión, mientras que la producción industrial siguió creciendo, aunque con pérdida de impulso.
La Encuesta Citibanamex de Expectativas arrojó que las perspectivas de crecimiento del PIB se mantienen estables para 2022, sin embargo, cayeron para 2023.
De acuerdo con las respuestas de las 31 instituciones que respondieron la encuesta, para 2022 las expectativas de crecimiento se mantienen en 1,8%, con un rango de pronósticos que va desde 1% a 2,3%.
En tanto, para 2023 el consenso ahora estima el crecimiento económico en 1,6%, menor a la estimación mediana de 1,8% de la encuesta previa.
Jorge Sales Boyoli, socio de la firma Littler, dijo que las empresas aún no tienen claridad sobre una recesión en el país, pero en caso de que se materialice, las empresas trasnacionales seguirían la línea de sus corporativos en EE.UU. y Europa para enfrentar una etapa de contracción y evaluarían ajustes en sus plantillas.
“Donde sí es más inminente un fenómeno de recesión van a ir tomando decisiones globales y ahí sí veo una tendencia de ajustar un poco sus plantillas, no mucho, porque México por su situación competitiva en temas de salarios y de cercanía con Estados Unidos pues no siente que vaya muy en serio esto de la recesión, no está recortando plantillas”
Jorge Sales Boyoli, socio de la firma Littler
En cambio, la inflación sí es una preocupación de las empresas de todo tipo de tamaño, apuntó Sales Boyoli. “Hay más preocupaciones por el incremento del salario que dese hace un tiempo se ha buscado esté por encima de la inflación”.
Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base, afirmó que sí hay preocupación en las empresas respecto de que la economía mexicana entre en terreno recesivo, ya que la mayoría de las exportaciones van a EE.UU. y si esa economía cae implicará que los estadounidenses compren menos productos.
“Hay cautela y cierta incertidumbre, pero hasta ahora las exportaciones siguen creciendo bien, la recesión todavía no se palpa más que en incertidumbre”
Gabriela Siller, economista en jefe de Banco Base
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), dijo que las acciones de las empresas ante una eventual recesión podrían darse rumbo al último trimestre del 2022 cuando comiencen los planes de negocio del próximo año, por lo que en estos momentos las empresas viven una etapa de análisis y valoración.
Mencionó que existe un sentido de alerta entre las empresas ante la desaceleración o recesión porque es una posibilidad que está en el ambiente, sin embargo, no todos los sectores económicos están viviendo la misma recuperación pospandemia y por lo tanto la valoración sobre cómo enfrentar una contracción económica es diferenciada.
“Son las grandes empresas y algunas medianas las que están comenzando ese análisis, pero por ahora no se toman acciones, todavía es prematuro saber si hay o no una recesión, todavía no es tan claro lo puede ocurrir, me parece que se van a tomar algunos meses para evaluar escenarios”
José Luis de la Cruz, director del IDIC
De la Cruz coincidió con Sales Boyoli en cuanto a que la inflación es la principal preocupación de las empresas, ya que se encuentran valorando la evolución del costo de insumos y el impacto del alza en la tasa de interés sobre el financiamiento.
