Empresas argentinas empiezan a recomprar sus acciones para sacarlas del subsuelo

Tanto en la bolsa estadounidense como en la porteña, compañías como Supervielle y Cresud buscan resguardar el capital de sus accionistas del riesgo argentino

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Buenos Aires — En un escenario en el que abundan los pesos en la economía argentina y donde el cerco regulatorio del Banco Central de la República Argentina limita cada vez más el universo de alternativas para colocar esa liquidez, las empresas están empezando a lanzar programas de recompra de acciones.

Así lo hicieron esta semana el grupo financiero Supervielle (SUPV) y la agropecuaria Cresud (CRESY), con ambas compañías señalando la coyuntura económica local y la volatilidad de los mercados internacionales como dos de los factores centrales detrás de la decisión.

Ambas indicaron además que viene pesando sobre sus acciones la evolución del riesgo país, que, entre finales de 2017 y este mes, pasó de menos de 400 puntos básicos a rozar los 3.000.

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Además, ambas empresas comunicaron a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que, a su parecer, las cotizaciones actuales de las acciones, en mínimos en relación a lo que fueron los picos de 2018, no reflejan el valor real de los activos.

      • ¿Qué son las recompras de acciones? Según explica en su sitio oficial el banco español BBVA, los programas de recompra de acciones tienen “como objetivo contribuir al fortalecimiento de las acciones en el mercado y reducir las fluctuaciones en el valor de cotización que no refleja el valor ni la realidad económica que tienen los activos en la actualidad, resultando ello en desmedro de los intereses de los accionistas de la Sociedad”.

“La Sociedad decidió avanzar con el Programa teniendo en cuenta el presente contexto macroeconómico nacional e internacional, y ante la alta volatilidad de los mercados de capitales y teniendo en cuenta el fuerte deterioro en el valor de la acción de Grupo Supervielle asociado al aumento del riesgo argentino [que] creemos que no refleja el valor real de los activos de la Sociedad, ni su potencial futuro”, afirmó la entidad financiera en su carta a la CNV.

El ADR de Supervielle, que reportó en 2021 una pérdida neta, arañó los US$33 en 2018, y hoy se compra por menos de US$2.

La recompra de acciones de Supervielle será por hasta $2.000.000.000, mientras que la cantidad de acciones a adquirir “en ningún caso excederá el límite máximo del 10% de capital social de la Sociedad”. Además, el monto de las adquisiciones “no podrá ser superior al 2% del volumen promedio de transacción diario que hayan experimentado las acciones de la Sociedad durante los 90 días hábiles anteriores”.

Por otro lado, pagará hasta un máximo de US$2,20 por ADR (American Depositary Receipt) y hasta un valor máximo en pesos de $138 por acción.

Cresud, del reconocido empresario argentino Eduardo Elsztain, informó por su parte que para tomar de la decisión consideró “la coyuntura económica y de los mercados, así como el descuento que tiene el precio actual de cotización de las acciones en relación al valor de los activos”.

El papel de la agropecuaria llegó a tocar los US$20 en 2018, y hoy se ubica por debajo de los US$5.

La recompra de acciones de Cresud será por hasta $1.000.000.000, mientras que la cantidad de acciones a adquirir “en ningún caso excederá el límite máximo del 10% de capital social de la Sociedad”. Además, el límite diario para las operaciones en el mercado será de “hasta el 25% del volumen promedio de transacción diaria que hayan experimentado las acciones de la Sociedad, conjuntamente en los mercados que cotiza, durante los 90 días hábiles anteriores”.

Por otro lado, pagará hasta un máximo de US$6 por ADS (American Depositary Share) y hasta un valor máximo en pesos de $200 por acción, aunque el precio máximo podrá ser modificado por el Directorio. Las adquisiciones se llevarán a cabo en un plazo de hasta 120 días.

¿Por qué recompran acciones?

Para el operador bursátil Javier Schlindwein, estas operaciones se realizan para dar un golpe de confianza entre los accionistas de las empresas.

“Es una manera de cuidar a los accionistas, aumenta el beneficio por acción y da salida a los que quieren salir sin reventar más el papel”, agregó, al sostener que “para los mayoritarios, como es el caso de la mayoría de las empresas argentinas, se puede pensar como un trade, ya que compran acciones infravaloradas que antes vendieron a un precio mayor”.

Y contextualizó: “A nivel local, el caso más emblemático de estos programas ha sido el de Pampa Energía, que siempre demostró tener un timing impresionante”

”En el caso de los bancos, actualmente, es la jugada más lógica, porque además tienen exceso de liquidez y nada donde colocarla. Es más, se esperaba esto ya a finales del año pasado, pero mejor tarde que nunca”, concluyó.