Buenos Aires — Si bien el Gobierno afirma y reafirma que no va a devaluar, en la práctica, la devaluación oficial es diaria. De hecho, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) ya viene subiendo el costo del dólar oficial mayorista a un ritmo cada vez más veloz.
En lo que va de julio, el BCRA ya apreció el dólar a un ritmo superior al 5% de tasa efectiva mensual, y en lo que va del año el salto cambiario supera el 26%, teniendo en cuenta que el mayorista cerró el jueves, 221 de julio, en $129,58).
La aceleración devaluatoria impacta en inflación, pero no logra frenar la apreciación real del peso, ni genera los incentivos necesarios para que el comercio exterior liquide más dólares e importe menos bienes.
Para tomar como referencia, el Índice del Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), que le permite al Banco Central evaluar la evolución del peso con respecto a las monedas con las que comercia Argentina, arroja que nuestra moneda ha perdido un 11,1% de competitividad cambiaria, porque la suba de precios locales barrió la depreciación del peso.
Y en lo que va del Gobierno de Alberto Fernández, el peso ya se apreció un 26%, llevando el ITCRM a niveles muy similares a los que tenía cuando el mercado le dobló el brazo a Mauricio Macri y le disparó la crisis cambiaria del 2018.
En ese marco, la brecha cambiaria que separa al dólar oficial de los paralelos por estas horas coquetea con el 160%. En el camino, genera aún más desconfianza en el peso y desalienta aún más la liquidación de divisas.
Todo este combo explosivo transcurre mientras la ministra de Economía, Silvina Batakis, asegura que el precio del dólar está en equilibrio.
Problema de tasas
“Hoy tenés un dólar oficial que se está moviendo cada vez más rápido, pero que sigue yendo detrás de la inflación y que encima le pone un piso más alto a la inflación”, consignó Federico Furiase, director de Anker Latinoamérica.
Furiase agregó que hay una “retroalimentación” entre la aceleración del crawling peg (devaluación administrada) que hace el Banco Central para evitar que se atrase más el tipo de cambio real y el piso más alto que después le pone a la inflación, en un contexto de brecha cambiaria creciente y de pocas reservas en el BCRA.
A nivel diagnóstico, Furiase consideró que se requiere “un programa económico que genere credibilidad en cuanto a bajar el déficit y una tasa de interés más alta que el tipo de crawling del oficial”, para que eso permita al BCRA acumular reservas.
“Pero no hay credibilidad en esos puntos y mientras eso suceda es muy difícil solucionar ese problema”, indicó Furiase.
Para enmarcar el problema que tiene el BCRA para acumular reservas, cabe señalar que el lo que va de 2022 la autoridad monetaria pudo adquirir apenas US$850 millones, cuando a esta altura de 2021 había comprado US$7.430 millones. Con el agravante de que el precio de los productos que exporta argentina siguió subiendo este año.
Quien también se refirió a una falla de la política monetaria fue Sebastián Menescaldi, director de Estudio EcoGo. “La tasa de financiamiento de los exportadores está por debajo de la tasa de devaluación. Están más alineadas las tasas. A las empresas les conviene tomar un préstamo al 48% de capital de trabajo antes que ir a liquidar al oficial”.
En tanto, desde la gestora de fondos MegaQM explicaron que en estos días se observó, por primera vez en mucho tiempo, que el ritmo de depreciación supera a la inflación (medida por el CER diario) y a la tasa de interés.
No obstante, aclararon que “el problema es que aún así puede ser insuficiente para sostener el tipo de cambio real sin que se atrase”.
Además, señalaron que se producen algunos incentivos negativos para el mercado cambiario, porque ritmos de depreciación que superan a la tasa de interés y a la inflación desincentivan la liquidación de dólares de las exportaciones, porque al exportador le conviene retener productos que ajustan por tipo de cambio para ganarle tanto al costo de financiarse en pesos como a la propia inflación local.
Falta de volumen
Según el analista Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras, el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) está atravesando una importante falta de volumen.
“Entre enero y junio de 2022 por el MULC pasaron el 30% menos de divisas que en el mismo período para 2021 y con precios de materias primas mucho más altos, lo que indica que el mercado ha sido reticente a liquidar con tamaña brecha”, detalló Reschini. Cabe recordar que la brecha que bajó al 60% en épocas del acuerdo con FMI, que luego se fue tensando paulatinamente mientras se hacían palpables las dificultades para acumular reservas y se aceleró con el sell off de deuda del Tesoro.
Reschini advierte que el mercado no ve “señales de racionalidad” y que una “devaluación luce inminente más temprano que tarde, dado que BCRA no tiene reservas para hacer frente a lo que viene”.
Este marco, el mercado busca cobertura en otras divisas, bienes o derivados.
Respecto de la política monetaria, Reschini reconoció: “Dudo que una suba de tasas aislada pueda contener mucho, de hecho me pregunto, ¿a qué tasa preferís colocar pesos en vez de refugiarte en otros bienes? Por tirar algún valor, ¿100% alcanza? Lo dudo en este contexto. La situación es apremiante hoy y se necesita un shock de confianza urgente”.