Bloomberg — El calor, la sequía y las inundaciones agavadas por el cambio climático diezmaron las cosechas en América Latina en 2021, lo que causó que miles de personas fueran víctimas de la inseguridad alimentaria y que los mercados mundiales sufrieran un impacto, según el informe más reciente de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), un organismo especializado de la ONU.
El calentamiento en América Latina y el Caribe se está acelerando, con un aumento de las temperaturas en la región de 0,2 grados centígrados por década en promedio entre 1991 y 2021, en comparación con los 0,1 grados centígrados por década entre 1961 y 1990, según el segundo informe de la OMM sobre el estado del clima en América Latina y el Caribe publicado el viernes.
“Las sequías, las olas de calor, las olas de frío, los ciclones tropicales y las inundaciones han provocado, desgraciadamente, la pérdida de cientos de vidas, graves daños a la producción de cultivos y a las infraestructuras y desplazamientos humanos”, dijo el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas, en un comunicado. “La continua degradación de la selva amazónica sigue siendo una gran preocupación para la región, pero también para el clima mundial, teniendo en cuenta el papel de la selva en el ciclo del carbono”.
El planeta ya se ha calentado 1,1°C por encima de la media preindustrial y las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero en la atmósfera siguen aumentando. Los países en desarrollo, incluidos muchos de América del Sur, son los que más están sufriendo las consecuencias de un calentamiento global que ha sido causado por las emisiones de carbono liberadas principalmente por los países desarrollados.
Las precipitaciones por debajo del promedio en productores agrícolas clave como Chile, Brasil, Uruguay y Paraguay provocaron un descenso del 2,6% en la cosecha de cereales de Sudamérica en 2021, según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación citado en el informe. El cambio en los patrones de precipitación estuvo en parte relacionado con La Nina, mientras que el cambio climático muy probablemente jugó un papel en al menos algunos de los eventos climáticos extremos en la región.
La megasequía en Chile continuó por decimotercer año consecutivo en 2021, convirtiéndose en la más larga de la región en al menos 1.000 años, según la OMM. El último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático afirma que existe una confianza media en que la sequía en el centro de Chile pueda atribuirse a la influencia humana.
En la cuenca del río Paraná-La Plata, que recorre Brasil, Paraguay y Argentina, la peor sequía desde 1944 está afectando a la producción agrícola, reduciendo la producción de soja y maíz y repercutiendo en los mercados mundiales de alimentos. La exportación de cereales, que pasa en un 80% por el río Paraná, también se vio afectada al caer los niveles de agua a los más bajos desde la década de 1940.
Según el Sexto Informe de Evaluación del IPCC, los impactos climáticos en la región serán mayores, ya que los patrones de precipitación cambiarán, las temperaturas aumentarán, los glaciares andinos se derretirán y los dos grandes océanos que flanquean el continente (el Pacífico y el Atlántico) se volverán más cálidos y ácidos.
Las tasas de deforestación en la Amazonia brasileña se han duplicado en comparación con la media de 2009-2018 y han alcanzado los niveles más altos desde 2009, según el informe. La selva también se ha visto afectada por los incendios, con 75.000 incendios registrados en 2021, la mayoría de ellos asociados a la actividad humana.
La Amazonia brasileña también sufrió inundaciones en 2021, que afectaron a más de 450.000 personas y provocaron pérdidas por unos US$40 millones. En los estados de Bahía y Minas Gerais, las inundaciones causaron daños por unos US$3.100 millones y afectaron a más de 800.000 personas.
“El empeoramiento del cambio climático y los efectos agravados de la pandemia de Covid-19 no sólo han impactado en la biodiversidad de la región, sino que también han estancado décadas de progreso contra la pobreza, la inseguridad alimentaria y la reducción de la desigualdad en la región”, dijo Mario Cimoli, secretario ejecutivo interino de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en un comunicado.