Bloomberg — Mario Draghi renunció este jueves como primer ministro italiano, lo que deja al país en una situación de caos político y en camino a una nueva elección tan pronto como en octubre.
El ex titular del Banco Central Europeo comunicó su decisión al presidente del país, Sergio Matarella. El gobierno continuará con un rol interino pero su influencia será mínima.
Matarella, que esta vez aceptó la renuncia de Draghi, se reunirá el jueves con los titulares de las dos cámaras del Parlamento del país para acordar los próximos pasos. Probablemente uno de ellos sea una votación de emergencia luego del verano boreal.
Unas elecciones en el otoño italiano no tendrían precedentes en el país, considerando que es un momento durante el cual se prepara el presupuesto anual.
La reacción de los inversores fue clara: el rendimiento de la nota italiana a 10 años se disparó hasta 21 puntos básicos, hasta el 3,6%, su máximo desde junio. El diferencial con respecto a los bonos alemanes equivalentes, un indicador común de riesgo, subió a 233 puntos básicos. El índice bursátil de referencia de Italia cayó un 2,2%.
La dimisión sumerge al país en la confusión justo cuando Europa se prepara para una recesión y los italianos se enfrentan a una crisis energética en ciernes. Los legisladores, ahora sin la disciplina impuesta por el ex banquero central, tendrán que acordar reformas para desbloquear 200.000 millones de euros (US$205.000 millones) de ayuda de la Unión Europea.
El colapso del gobierno de Draghi era inevitable después de que tres de sus socios de coalición le retiraran su apoyo en una votación de confianza el miércoles.
Los problemas de Italia llegaron a un punto de inflexión la semana pasada cuando el Movimiento Cinco Estrellas, un socio clave de la coalición, boicoteó una votación de confianza. Draghi dijo que ya no tenía un amplio respaldo y amenazó con dimitir a menos que todos los miembros del gobierno de unidad prometieran su apoyo.
En cambio, la Liga de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi se unieron a Cinco Estrellas para abandonar a Draghi el miércoles tras un acalorado debate en el Senado, lo que dejó al primer ministro con pocas opciones más que abandonar su cargo.
Los gobiernos italianos son notoriamente inestables y Draghi encabezó el 67º gobierno que ha tenido el país en poco más de 75 años. Y aunque Draghi probablemente seguirá siendo el primer ministro interino hasta la próxima votación, el gobierno quedará drásticamente debilitado, poniendo en riesgo su agenda legislativa.
La “tormenta perfecta
Paolo Gentiloni, comisario de Economía de la UE, advirtió a última hora del miércoles que podría avecinarse “una tormenta perfecta” para Italia. La UE tendrá que evaluar cómo afectará la agitación política a las reformas previstas por el país y si podrá desbloquear sus ayudas pandémicas según el calendario acordado.
Las tensiones han ido en aumento entre el primer ministro y el líder del Cinco Estrellas, Giuseppe Conte, ex primer ministro que ha criticado la respuesta de Draghi a la crisis económica y la postura del gobierno sobre el envío de armas a Ucrania. Cinco Estrellas mostró divisiones el mes pasado cuando sus miembros no se pusieron de acuerdo sobre el apoyo a Kiev.
Los partidos italianos han entrado ahora en campaña. Según los sondeos actuales, una alianza de derechas liderada por los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni ganaría unas elecciones anticipadas si sus miembros se mantienen unidos.
Aunque Cinco Estrellas provocó el colapso al retirar su apoyo al gobierno la semana pasada, su influencia está a punto de disminuir. La popularidad del partido ha caído en picado desde que entró en el gobierno y probablemente perdería escaños en unas nuevas elecciones.
--Con la ayuda de Libby Cherry.