Ciudad de México — Comisión Federal de Electricidad (CFE) ganó miles de clientes industriales y comerciales a pesar de que los cambios legales del Gobierno mexicano a su favor se paralizaron en los tribunales, aunque también sufrió una pérdida masiva de clientes residenciales de alto consumo.
El gigante mexicano, de acuerdo con el informe anual 2021, obtuvo 9.000 clientes industriales, un crecimiento de 2%. Pero la compañía sufrió una pérdida de 110.000 clientes domésticos de alto consumo, conocidos como DAC, equivalente al 40% del total de este segmento.
El sector de alto consumo de CFE registra salidas masivas, principalmente por el crecimiento de los techos solares en México, en el que al menos el 75% del territorio es óptimo para la generación eléctrica con tecnología fotovoltaica.
El presidente Andrés Manuel López Obrador y CFE han intentado mejorar sus finanzas mediante acuerdos administrativos, cambios a la legislación secundaria, incluso un intento de reforma a la Constitución mexicana para darle el control del sector eléctrico a la compañía que dirige Manuel Bartlett Díaz.
Pero una ola de amparos y recursos legales se han interpuesto en el camino del Gobierno mexicano, los cuales han escalado hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la cual desechó una acción de inconstitucionalidad promovida por legisladores de la oposición y validó la reforma del presidente a la Ley de la Industria eléctrica en abril de 2022.
La actual administración también ha alineado al regulador, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), para favorecer a la CFE. El ejemplo más reciente fue el rechazo para cambiar un permiso de autoabasto eléctrico de la española Iberdrola hacia uno de generación. En consecuencia, CFE se quedó con los clientes del gigante español en la ciudad de Monterrey.
El intento de rescate gubernamental llega después de tres décadas de la apertura del mercado eléctrico, que se intensificó en 2013 con la reforma energética del expresidente Enrique Peña Nieto y la creación del Mercado Eléctrico Mayorista.
CFE ha acusado que empresas como Iberdrola, Enel y Naturgy participan en un mercado negro de energía con 77.000 clientes como Walmart y Oxxo mediante la figura de autoabasto eléctrico, un esquema que nació durante el sexenio del expresidente Carlos Salinas de Gortari para que las industrias altamente consumidoras de energía, como la cementera, automotriz y minera, pudieran producir su propia energía y transportarla en las redes de transmisión de la empresa productiva del Estado mexicano.
El regulador, presidido por Leopoldo Melchi, ha rechazado múltiples permisos y trámites eléctricos al sector privado, mientras que ha resuelto trámites eléctricos de Pemex y CFE a solo horas de la inauguración de obras.
Fuentes que prefieren el anonimato han dicho que CFE persigue quedarse con el sector industrial como su principal vía para sanear sus finanzas.
La calificadora Moody’s degradó la calificación crediticia del gigante estatal ante la escalada del precio del gas natural, principal insumo para la generación eléctrica de México, así como la dependencia con el Gobierno de México superior a los US$2.500 millones en subsidios a hogares de bajo consumo eléctrico.
Tras el fallo de la Suprema Corte, el Gobierno mexicano inició una negociación con las empresas privadas para migrar las centrales eléctricas de autoabasto hacia el mercado mayorista, pero aún siguen sin presentar los resultados.