San Pedro Sula — Hace un poco más de dos semanas, los más de 6.000 participantes de 150 países que asistieron a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos de 2022 en Lisboa (Portugal) admitieron sentirse profundamente alarmados por la emergencia global a la que se enfrenta el mar.
De esa alerta surgió el compromiso de tomar medidas urgentes y cooperar para enfrentar los problemas que enfrentan los océanos, que abarcan tres cuartas partes de la superficie terrestre, pero que están siendo amenazados por causas todas interrelacionadas y originadas por la actividad humana.
“Los océanos generan más del 50% del oxígeno que necesitamos para respirar. Mientras más lo contaminemos, más problemas vamos a tener”, dijo Christian Asinelli, vicepresidente corporativo de Programación Estratégica del CAF -banco de desarrollo de América Latina- quien conversó con Bloomberg Línea a propósito del financiamiento de US$1.250 millones que el organismo multilateral destinará para proteger los océanos de América Latina y el Caribe.
Los recursos, anunciados durante la Conferencia sobre los Océanos, se enmarcan en la estrategia de CAF de convertirse en el banco verde de la región y acelerar la acción climática y la lucha contra el calentamiento global.
El financiamiento está pensado para usarse en el diseño y la implementación de proyectos y programas que promuevan la economía azul, restauración de ambientes marinos y costeros, pesca y acuicultura sostenible, áreas marinas protegidas y otros.
Operaciones verdes
El enfoque del CAF de movilizar las inversiones en soluciones climáticas se reforzó el primero de septiembre de 2021 cuando el colombiano Sergio Díaz-Granados asumió la presidencia ejecutiva.
Más tarde, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) celebrada en Glasgow, el banco de desarrollo anunció la movilización de US$25.000 millones en los próximos cinco años para operaciones verdes que ayuden a los países de la región a incrementar la resiliencia climática, la conservación de la biodiversidad, la transición energética y las soluciones basadas en la naturaleza.
Como un voto de confianza, en diciembre de 2021, los países accionistas del CAF aprobaron por unanimidad fortalecer el patrimonio de la institución por US$7.000 millones. Con el aumento del capital, la institución podrá duplicar su cartera al 2030.
Ahora en Lisboa, el CAF volvió a reafirmar su estrategia de convertirse en el banco verde de América Latina y el Caribe. “Estos eventos (como la Conferencia de los Océanos) marcan y ponen agenda, visualizan y concientizan, pero después una manera de que no decaigan es que instituciones como CAF y otras instituciones que también han hecho este tipo de anuncios estén presentes durante todo el año, trabajando con los países en la generación de estos proyectos y siempre lo más importante es que haya financiamiento”, dijo Asinelli.
A esas acciones también se suman el inicio del proyecto de fortalecimiento del corredor marino del pacífico tropical oriental (CMAR), una región compartida por Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá que genera US$3.000 millones anuales derivados principalmente de la pesca, el turismo y el transporte marítimo.
Mediante una contribución de US$1 millón del CAF se implementarán estrategias conjuntas que cuenten con la participación de los gobiernos de los cuatro países, sociedad civil, organismos de cooperación internacional y oenegés. La iniciativa del CMAR propone que las áreas marinas protegidas creen un corredor libre de pesca que cubra al menos 500.000 kilómetros cuadrados.
Una dinámica distinta
Respecto a cómo el CAF moviliza los recursos para los países socios, el ejecutivo explicó que tienen “una dinámica distinta a la que tienen otros organismos multilaterales. No tenemos un directorio residente como tiene el BID o el Banco Mundial en Washington que se reúnen todas las semanas”.
El banco de desarrollo, integrado por 18 países de América Latina y el Caribe, así como por España, Portugal y 13 bancos privados latinoamericanos, tiene un directorio que está conformado por los ministros de los países o los presidentes de los bancos centrales o los secretarios de asuntos estratégicos, dependiendo de la dinámica organizacional de cada país, y se juntan cada cuatro meses: en marzo, julio y diciembre, para aprobar todos los proyectos superiores a US$75 millones.
En tanto, los proyectos que son menores a US$75 millones se delegan en la administración. “Entonces podemos ir avanzando en el tiempo. Por otro lado, si hay proyectos que son muy necesarios y son mayores a esos montos o que están entre directorios, también tenemos una dinámica de aprobación virtual. No necesitamos esperar si hay una urgencia o hay un proyecto que está maduro para aprobarse”, agregó.
Según Asinelli, el CAF es muy ágil desde el punto de vista de aprobación de los proyectos, porque utilizan las leyes de cada país. “Entonces no tenemos un procurement propio como tienen otros multilaterales y eso ayuda mucho a la rapidez”:
También influye que el banco, al contar con 13 oficinas para atender los proyectos desarrollados en la región, está muy descentralizado, refirió el ejecutivo. “Tenemos todos los equipos en los distintos HUB que existen, uno en Montevideo y el otro en Panamá, pero después tenemos oficinas que son bastante grandes, la de Argentina, la de Colombia, la de Perú, la de Ecuador, por ejemplo”.
Integración y nuevos socios
El convenio constitutivo del CAF, cuando se creó en 1968, definía la integración como su punto más importante y según Asinelli, con la nueva gerencia la institución está abierta a que otros países también se sumen a tener una herramienta financiera, de integración y que pueda ser útil, no solamente para proyectos financieros, sino también que para intercambio de información y espacios de debate entre los ministros.
Semanas atrás, Chile, que había sido fundador del CAF y que con la dictadura militar hace 45 años se había retirado de la organización, firmó su regreso al banco de desarrollo También, en el directorio pasado de marzo, se aprobó la incorporación de El Salvador como miembro pleno.
En ese sentido, en el directorio del 19 de julio en Panamá, el ministro de Hacienda de El Salvador, Alejandro Zelaya, ya podrá participar formalmente en representación de su país. “Estamos trabajando para que en ese mismo directorio se sume como miembro pleno Honduras”, adelantó el ejecutivo del CAF.
También hay conversaciones con Surinam y Guyana, que vendrán a sumar acciones al Caribe, donde la producción pesquera disminuyó un 40% desde su mínimo histórico registrado hace diez años, según la Mecanismo Regional de Pesca del Caribe (CRFM, por sus siglas en inglés).
América Latina y el Caribe cuenta con el 18% de las ecorregiones marinas globales y tiene 47 de las 258 ecorregiones marinas del planeta. Además, contiene una de las áreas marinas productivas más importantes del mundo, con una biodiversidad única que representa una porción significativa de la biodiversidad marina mundial, hogar del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), la segunda barrera de coral más grande del mundo, que comparten México, Guatemala, Belice y Honduras.