¿Ya está EE.UU. en recesión? Lo que hay que saber y cómo prepararse para ello

Bloomberg Economics prevé un 38% de probabilidad de recesión en los próximos 12 meses, pero muchos hogares y empresas sienten que ya está aquí

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Bloomberg — La temida palabra con “R” ha sido lanzada con frecuencia recientemente.

Para muchos, el mero hecho de pensar en una recesión evoca los malos recuerdos de la crisis de 2008 y alimenta el temor a la pérdida de puestos de trabajo. Ahora, una inflación galopante, las subidas de tasas de la Fed y el desplome del mercado bursátil se combinan para hacer más probable el advenimiento de otra recesión económica.

Va a ser difícil de evitar, dado que las más recientes cifras de inflación han sido más altas de lo esperado, lo que aumenta la presión sobre el banco central para que actúe de forma agresiva.

Bloomberg Economics prevé un 38% de probabilidad de recesión en los próximos 12 meses, pero muchos hogares y empresas sienten que ya está aquí. El Instituto de Inversión Wells Fargo (WFC) dice que es una suposición correcta.

“Hay mucha conversación en torno a si ya estamos en recesión”, dijo Lauren Goodwin, economista y estratega de carteras de New York Life Investments. “Los datos oficiales sobre una recesión pueden ser un indicador retardado. Eso no es necesariamente útil para las personas que toman decisiones ahora mismo en su vida cotidiana y en sus inversiones.”

Esto es lo que hay que saber sobre las recesiones y cómo prepararse para ellas:

¿Qué es una recesión?

La definición oficial varía. Algunos la definen como dos trimestres consecutivos en los que la producción económica disminuye. La Oficina Nacional de Investigación Económica se encarga técnicamente de declarar las recesiones, que define como “un descenso significativo de la actividad económica que se extiende por toda la economía y que dura más de unos meses”.

El comité se reúne en secreto y está formado por economistas y académicos, o “eggheads” (“cabezas de huevo”), según un antiguo miembro. Suelen tardar alrededor de un año en decidir sobre la declaración de una recesión.

La duración de una recesión puede variar mucho. Por ejemplo, aquella provocada por la pandemia de 2020 sólo duró dos meses, mientras que la Gran Recesión se prolongó unos 18.

¿Estamos en una?

Depende de a quién se le pregunte. La mayoría de los economistas dicen que todavía no, aunque el producto interior bruto, o PIB, disminuyó en el primer trimestre del año. Sin embargo, eso puede atribuirse en gran medida a un aumento de las importaciones, no a una reducción del gasto de los consumidores, que sería una señal más negativa.

Las cifras del PIB del segundo trimestre del año se publicarán a finales de este mes y podrían mostrar una segunda caída consecutiva, pero con el fuerte gasto de los consumidores y la solidez del mercado laboral, la mayoría de los expertos dicen que una verdadera recesión todavía no ha llegado.

¿Se puede evitar?

Es posible, aunque poco probable. Para luchar contra la inflación, la Fed ha estado subiendo las tasas con el objetivo de enfriar la economía lo justo para lograr el llamado “aterrizaje suave”. El riesgo es que las subidas reduzcan demasiado la demanda de los consumidores, provocando una reducción de los beneficios empresariales y la pérdida de puestos de trabajo. El presidente del banco central, Jerome Powell, dijo a finales de junio que lograr ese equilibrio perfecto será “muy difícil”.

También hay un poderoso efecto psicológico en juego. Si los consumidores piensan que el país está en recesión o que pronto lo estará, podrían reducir el gasto, lo que perjudica a la economía. Es un riesgo real si se tiene en cuenta que más de la mitad de los estadounidenses creen que el país está actualmente en recesión, según una encuesta de Economist/YouGov. El aumento de la inflación (el informe de junio mostró un incremento medio de los precios del 9,1% con respecto al año pasado) también podría llevar a la gente a comprar menos.

A diferencia de la última recesión, las redes sociales son una fuerza dominante en la vida de los estadounidenses y a menudo el foro donde expresan sus temores al respecto, dijo Shaun Maslyk, un planificador financiero certificado y anfitrión de The Most Hated F Word (La palabra con “F” más odiada), un podcast sobre finanzas personales.

“Eso puede agravar el problema porque el miedo y la ansiedad se apoderan de ellos”, dijo.

¿Me van a despedir?

Ahora mismo, el mercado laboral sigue siendo fuerte. En junio, los empresarios añadieron 372.000 puestos de trabajo, y la tasa de desempleo se sitúa actualmente en sólo el 3,6%. Hay focos de debilidad, pero se concentran sobre todo en el sector tecnológico, donde las empresas han sufrido rápidos desplomes en el precio de sus acciones. Empresas de criptomonedas como Coinbase Global Inc. (COIN) y Gemini Trust Co. también están recortando puestos de trabajo.

Los expertos recomiendan a quienes se preocupan por los despidos que traten de acumular ahorros de emergencia que cubran al menos de tres a seis meses de gastos de subsistencia. Si pierde su empleo, recuerde que tiene opciones: todavía hay muchas vacantes.

“La mayoría de los trabajadores que pierden su empleo encuentran rápidamente uno nuevo”, afirma Bill Adams, economista jefe de Comerica Bank (CMA) en Dallas.

¿Qué más puedo hacer?

El consejo más común de los expertos financieros: No entrar en pánico. Ahora no es el momento de tomar decisiones drásticas o de poner todas sus inversiones en efectivo, especialmente teniendo en cuenta la alta tasa de inflación, dijo Goodwin.

Sin embargo, es bueno considerar su tolerancia al riesgo y asegurarse de que está diversificado. A Goodwin le gustan áreas como los bonos municipales o las acciones de valor, que son baratas en relación con las ganancias. Los bonos de ahorro de la serie I de EE.UU. también son populares en este momento, ya que ofrecen una forma de bajo riesgo para fijar un tipo de interés del 9,62%.

Noah Damsky, planificador financiero de Marina Wealth Advisors, recomienda “apretarse el cinturón”. Reducir los gastos discrecionales y aumentar los ahorros es siempre una buena idea, pero especialmente cuando se avecina una recesión.