La intervención cambiaria que ha emprendido el Banco Central de Venezuela en el último año, es una estrategia que ha sido monitoreada por especialistas que evalúan la posibilidad de su continuidad en el segundo semestre de 2022, sumada a otros intentos por mitigar las presiones sobre el tipo de cambio y la inflación.
El más reciente informe de Síntesis Financiera, una firmada dedicada a servicios financieros en el país, se refiere a un pago adelantado de las bonificaciones de fin de año, que como ha venido ocurriendo recientemente, se verá dosificado, pero en esta oportunidad un mes antes de lo previsto.
La compañía asume que la administración de Nicolás Maduro podría cancelar el pago de aguinaldos, como se le conoce a las utilidades de navidad, entre septiembre y noviembre mientras que no anticipa cambios significativos en cuanto a la adjudicación de bonos, a través del sistema Patria.
“Asumimos ventas netas de divisas del BCV de $1.865 millones en el segundo semestre, buscando que el tipo de cambio cierre el año en 7,60 Bs/$ y la inflación sea de dos dígitos, meta que el gobierno anunció en marzo de este año”, reza parte del documento compartido con Bloomberg Línea.
Proyecciones para 2023
La firma dirigida por las economistas Tamara Herrera y Ruth de Krivoy, expresidenta del Banco Central de Venezuela, pronostica dos escenarios para el próximo año, que se divide entre el ahorro de las reservas, utilizadas para la estabilización del tipo de cambio, y el mismo rumbo que hasta ahora se ha mantenido.
En el primer caso, con una estrategia fijada en permitir la aceleración en la subida del precio del dólar así como la inflación, con miras al año electoral en 2024, contando con suficientes activos externos suficientes para ese entonces, la tasa anual de inflación se podría ubicar en 103% y la depreciación del bolívar en 79%, con un cierre en 13,6 bolívares por dólar.
En el segundo escenario, se continuaría conteniendo la depreciación del bolívar y desacelerando la inflación, que podría cerrar en 69% mientras el tipo de cambio se podría ubicar en 10,6 bolívares por dólar. Con esta medida, se requerirían ventas de divisas por parte del BCV de hasta 3.700 millones de dólares.
“El proceso de estabilización avanza gracias al viento de cola que viene del aumento en los ingresos petroleros, al amparo de los cuales el Banco Central de Venezuela ha podido desplegar una activa defensa del bolívar. Esa defensa en definitiva es la que determina el curso del tipo de cambio y de la inflación”, es parte del análisis hecho por Síntesis Financiera, que también ha sido puesta en escena por otros analistas, considerando su extensión, en medio del conflicto geopolítico mundial y el comportamiento en el mercado petrolero.