Bogotá — Avanzar en la mitigación del cambio climático es una de las tareas en las que tiene que trabajar el mundo si quiere evitar mayores estragos a los que ya se ven actualmente con mayores deslizamientos de tierras, lluvias o sequías excesivas, solo por mencionar algunos ejemplos.
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A finales del año pasado, en una publicación del Banco Mundial, se alertó que en los próximos 10 años el cambio climático empujará a más de 130 millones de personas a la pobreza.
Además, este fenómeno hará que se retroceda en “los avances en materia de desarrollo logrados con tanto esfuerzo y obligará a 200 millones de personas a migrar dentro de sus propios países para 2050″, dice el multilateral en su publicación.
¿Qué impacto tendría el cambio climático en la economía colombiana?
Según un documento de investigadores del Banco de la República, denominado “Impacto macroeconómico del cambio climático en Colombia” los riesgos asociados a este fenómeno podrían significarle al país pérdidas de PIB a 2100 de entre el 2% en un escenario donde se cumplen los Acuerdos de París y 8% sin políticas de mitigación adicionales. “Los impactos son no lineales, con mayores pérdidas de PIB a mayores incrementos de temperatura”.
Los investigadores agregan que los riesgos climáticos podrían causar una contracción significativa de los ingresos corrientes y un deterioro del balance corriente de largo plazo. “La senda esperada muestra una ampliación del déficit en el escenario de cero emisiones netas en 2050″.
Además, “las finanzas públicas también se verían afectadas debido a una disminución de las rentas petroleras y mayores esfuerzos de gastos frente a los riesgos asociados al cambio climático, con mayor incidencia sobre el déficit fiscal y la deuda del gobierno en un escenario de cero emisiones”.
Otro aspecto a tener en cuenta es que los riesgos asociados al cambio climático podrían generar costos y pérdidas para las instituciones financieras y tener implicaciones sobre la estabilidad del sistema. “El escenario de políticas actuales traería el mayor impacto adverso sobre los establecimientos de crédito, debido al deterioro de la calidad de riesgo de la cartera”.
En lo que concierne a la política monetaria, “para los bancos centrales será más difícil evaluar y pronosticar los niveles de precios y su volatilidad, la brecha de producto, el empleo y la tasa de interés natural”. De esta manera, los riesgos asociados al cambio climático tendrán consecuencias sobre los objetivos de estabilidad de precios y la manera en que formulan sus políticas.
De otra parte, exponen, las presiones hacia mayores déficits de cuenta corriente y fiscales podrían acarrear deterioros en la calificación crediticia del país que restrinjan el acceso al financiamiento externo y empeoren el dilema de política monetaria frente a choques de oferta. Los resultados sobre el sistema financiero implican que los indicadores de crédito deteriorados pueden dificultar la transmisión de la política monetaria.
Por último, los investigadores el Banco de la República sugieren que para evitar mayores deterioros en la posición externa y las finanzas públicas, “el país debe considerar un cronograma balanceado para sustituir las rentas petroleras mediante la generación de nuevas fuentes de ingresos externos y reformas de carácter estructural en el frente tributario y de gasto público”.