Honduras depende de Rusia para el 52% de sus importaciones de fertilizantes

Al deterioro en la salud nutricional que ya experimentaba Honduras a causa de la pandemia y el cambio climático, se suma ahora el conflicto bélico que ha derivado en un incremento de precio en los insumos agrícolas

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San Pedro Sula — A casi cinco meses desde la invasión de Rusia en Ucrania, que ha ocasionado el aumento de los precios mundiales de los alimentos, los carburantes y los fertilizantes, persisten las amenazas de hambruna en todo el mundo, incluyendo Honduras.

El país centroamericano es uno de los más afectados por el aumento del precio de la canasta básica, que según estimaciones de instituciones locales, un 65.7% de los hogares hondureños tiene dificultades para adquirirla.

El conflicto bélico suma al deterioro en la salud nutricional que ya venía presentándose a causa de la covid-19 y de los efectos del cambio climático, entre ellos, los huracanes Eta y Iota de noviembre de 2020.

Se estima que el porcentaje de habitantes en situación de crisis o inseguridad alimentaria habría sido de 35% en el período julio-septiembre de 2021, mientras que en el período noviembre de 2019 y febrero de 2020 (última mediación previa a la pandemia) fue de 18%, según el informe Informe de Desarrollo Humano de Honduras 2022, presentado esta semana.

En una columna de opinión, Jaume Segura, embajador de la Unión Europea en Honduras, dijo que la UE y sus Estados miembros están dispuestos a redoblar esfuerzos para evitar una crisis alimentaria mundial y de energía como efecto de la invasión de Rusia a Ucrania.

“Para el período 2021-2024, la UE destinará al menos 2.500 millones de euros para ayudar a los sistemas alimentarios de 70 países socios. De igual forma seguiremos apoyando plenamente la lucha de Ucrania por su soberanía y libertad”, agregó el diplomático.

También la presidenta Xiomara Castro dijo durante la clausura de la Competencia Internacional Fuerzas Comando 2022 que “los efectos de la Guerra en Ucrania nos obliga a prepararnos en el ámbito económico, social y militar. Compartir prácticas y estrategias de defensa y seguridad se vuelve una necesidad histórica”.

Dependencia de Rusia

En el campo, los productores hondureños también sienten los efectos de la guerra, puesto que entre 2019 y 2021, Rusia representó el 52% del volumen total de fertilizante importado, le siguieron Estados Unidos, Canadá, China, Bielorrusia y menor medida otros mercados, según datos recopilados por la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (FENAGH).

En el mercado nacional, el saco de 43 kilogramos de urea se cotizaba el año pasado entre 450 y 500 lempiras (HNL). En febrero de 2022 rondaba entre los 700 y 800 lempiras, y para la fecha oscila entre los 1,250 y 1,300 lempiras., según un sondeo de precios hecho por Bloomberg Línea en puestos de venta en San Pedro Sula.

“Estamos enfrentando desafíos sin precedentes que ponen en riesgo la sostenibilidad de nuestro negocio y la pérdida de miles de empleos y divisas para el país”, dijo Keny Molina, director comercial del Grupo Agrolibano, compañía exportadora hondureña de melón.

En la actualidad, el sector melonero nacional exporta al año más de 12 mil contenedores a Norteamérica, Europa, Asia y Medio Oriente, pero los costos de producción e incrementos en la logística están pasándole factura.

Sumado a los efectos postpandemia, otros factor geopolítico que ha afectado a la industria es la guerra rusa en Ucrania, “que ha disparado los costos de los insumos y los fertilizantes”, agregó Molina.

Igual situación se repite en la industria del café, que para la cosecha 2021-2022, que finaliza el 30 de septiembre, el Instituto Hondureño del Café (Ihcafé) estima una cosecha alrededor de 7.5 millones de quintales del grano, por los que espera recibir más de US$1.300 millones.

Si bien el precio del aromático ha incrementado 59.2% con respecto a la cosecha pasada, al pasar de US$149.89 a US$238.74, los costos de los insumos están desmotivando a los cafetaleros.

Ante ello, el Ihcafé ha solicitado al Gobierno el mantener el bono de fertilización, que según estadísticas del sector ha beneficiado a más de 85 mil productores cada año.

Efecto en el aceite de palma

Caso contrario a otros rubros de consumo local y externo, el conflicto bélico ha creado la ocasión para que las empresas consideren volver al aceite de palma y las cifras de exportaciones hondureñas dan una muestra de ello.

Hasta abril, las ventas externas de aceite crudo de palma ascendieron a US$105.6 millones, superiores en US$26.1 millones a lo registrado en igual lapso de 2021 (US$79.6 millones), explicado por el alza de 51.4% en el precio internacional de este bien, detalló el Banco Central de Honduras (BCH).

Lo anterior impulsado por la incertidumbre sobre el suministro de aceite de semilla de girasol de Ucrania y Rusia, las sequías en América del Sur y Canadá que también han limitado los suministros de aceite de soya y aceite de canola.

También por las restricciones impuestas por el gobierno de Indonesia, que exige que el 20.0% de la oferta exportable se venda en el mercado local, señaló el BCH.

Balanza comercial con Rusia

En 2021, Honduras exportó mercancías por un valor de US10.7 millones a Rusia, e importó de este mercado productos, principalmente abonos minerales, por un total de US$197.3 millones, reportó el Banco Central.

Al cuarto mes de 2022, las ventas externas a ese mercado sumaron US$10.2 millones y las importaciones US71.6 millones, que significó US$32.7 millones más con relación al mismo mes de 2021.