Deuda en dólares de empresas latinoamericanas no financieras enciende las alertas

José Darío Uribe, presidente del Fondo Latinoamericano de Reservas, compartió con Bloomberg Línea las conclusiones de un estudio recién publicado

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Bogotá — La depreciación del peso está hoy en el radar de todos los colombianos dado que la cotización de la divisa estadounidense viene marcando máximos históricos todas las semanas.

De hecho, la Tasa Representativa del Mercado que rige en Colombia este miércoles es la más alta que ha tenido el país, $4.627, pero aún no hay certeza del momento en que termine la escalada del dólar pues aún hay incertidumbre por una posible recesión global.

A propósito de la depreciación del peso colombiano, en estos días el Fondo Latinoamericano de Reservas entregó los resultados de un estudio realizado en el que concluyó que las empresas no financieras de América Latina presentan endeudamientos en dólares muy altos.

“La investigación señala los altos niveles de endeudamiento en dólares de las compañías no financieras en América Latina, así como la evolución de algunos de sus indicadores financieros que, analizados en conjunto, sugieren algunas señales de alerta para la estabilidad macroeconómica y financiera de la región”, dice José Darío Uribe, exgerente del Banco de la República en Colombia y hoy al frente del FLAR.

Asegura que “los datos macroeconómicos muestran como la deuda internacional de las compañías no financieras de América Latina ha crecido de manera extraordinaria en los últimos 10 años, haciendo que estén mucho más apalancadas y con mayor riesgo de descalce cambiario”.

Agrega el ex banquero central que “desde la perspectiva microeconómica, las cifras confirman que estas compañías, del sector transable y no transable, han incrementado su deuda en dólares al tiempo que han reducido sus ganancias e inversión en capital, aumentando a su vez el riesgo de solvencia”.

Colombia presentó en el primer trimestre del 2022 un crecimiento superior al 8% y las expectativas del Ministerio de Hacienda son que el segundo trimestre haya expandid la economía un 11%. Se cree que el año terminará con un PIB creciendo al 6,5%, pero se reconoce que es una estimación conservadora dado el reciente comportamiento de la actividad.

Sobre el resto de la región Uribe asegura que “América Latina ha experimentado una recuperación económica heterogénea en 2021 y lo corrido de 2022, en función de las condiciones previas y la capacidad de respuesta a la pandemia. Varios países superaron el nivel de actividad económica previo al Covid-19 en 2021, por ejemplo, Brasil, Chile, Colombia y Perú”.

Pese a ellos el presidente del FLAR reconoce que hay riesgos que amenazan dicho crecimiento. “El principal ahora es la persistencia de una inflación alta. Los países tanto en la región como en otras partes del mundo tendrán que luchar con la existencia de inflaciones altas y el deterioro de sus perspectivas de crecimiento”.

Además, explica que dicha inflación alta ha traído consigo un aumento de tasas que hacen más retador el momento, por eso que los principales desafíos que enfrentan las economías son “la persistencia de una inflación alta que ha impulsado un endurecimiento de la política monetaria de la Reserva Federal, la guerra en Ucrania y las interrupciones en las cadenas de suministros asociadas a la permanencia de la pandemia”.

Sobre las alternativas que hay para hacer frente a este momento Uribe dice que “el estudio es claro en la necesidad de una mayor transparencia sobre la evolución de la deuda de las compañías no financieras, así como una mayor disposición de la información financiera de las mismas”.

Pero, además, dice que “de igual manera, es importante identificar el destino de los recursos obtenidos por estas compañías en el mercado internacional y monitorear sí están actuando como intermediarios financieros en los mercados locales”.

En esa línea explica que el apoyo que puede dar el FLAR a las economías consiste en “apoyar la balanza de pagos de sus miembros por medio del otorgamiento de créditos, y mejorar las condiciones de inversión de las reservas internacionales de los bancos centrales”.

Asimismo, “promueve la discusión y el diálogo técnico del alto nivel entre académicos, técnicos y autoridades de bancos centrales y ministerios de hacienda de la región, con el fin de fomentar políticas públicas que apoyen la estabilidad macroeconómica y financiera de sus miembros”, concluyó Uribe.