Bloomberg — La Corporación Interamericana de Inversiones está ayudando a empresas de América Latina y el Caribe a obtener alrededor de US$1.000 millones en bonos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) a medida que el financiamiento sostenible va cobrando importancia en las regiones.
Eso equivale a alrededor del 60% de todos los bonos ESG en los que ha participado el banco multilateral, conocido como BID Invest, durante los últimos seis años, dijo un funcionario en una respuesta enviada por correo electrónico. BID Invest, que forma parte del grupo del Banco Interamericano de Desarrollo, proporciona financiamiento de deuda y de capital, así como servicios de asesoría a empresas del sector privado que operan en la región.
“Veo una gran mayoría de nuestro negocio” relacionado con la sustentabilidad, dijo en una entrevista su CEO James Scriven. “Este es el futuro de nuestra institución, vincular los activos de desarrollo con los inversionistas de desarrollo con un tema sostenible”.
Estados Unidos, Argentina, Brasil, México y China son unos de los 47 países propietarios del banco, que se encuentra en un proceso de aumentar su enfoque en el financiamiento ESG en América Latina y el Caribe. En concreto, el banco ayuda a las empresas a estructurar bonos, agrega garantías a algunas emisiones además de invertir en una parte de las ofertas de deuda.
La cartera actual de bonos ESG comprende entre seis y ocho operaciones, de las cuales dos o tres estarán vinculadas a la sostenibilidad, donde la tasa de interés puede aumentar si el emisor no cumple con ciertas métricas.
Además, el banco está asesorando a las empresas sobre los llamados bonos azules, o transacciones potenciales donde el uso de los ingresos está destinado a proteger los océanos. BID Invest está estudiando proyectos en Ecuador, Colombia, Brasil y el Caribe en los sectores de turismo y bancario y en la industria alimentaria.
BID Invest lleva siete años utilizando una herramienta propia conocida como Delta para evaluar el impacto social y medioambiental de las operaciones de los proyectos durante la fase de estructuración, haciendo un seguimiento de los resultados obtenidos a lo largo del tiempo. La puntuación Delta se actualiza anualmente para reflejar el rendimiento real de la operación en relación con las expectativas.