Bloomberg — La primera perspectiva de la OPEP sobre el mercado petrolero de cara a 2023 no sugiere ningún alivio para los consumidores, considerando que se necesita más crudo del grupo a pesar de que la mayoría de sus miembros ya están bombeando a toda máquina.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo prevé que el crecimiento de la demanda mundial de petróleo supere el aumento de la oferta en un millón de barriles diarios el año que viene. Para llenar la brecha, la OPEP tendría que aumentar significativamente la producción, pero los miembros ya se encuentran muy por debajo de los volúmenes necesarios en este momento debido a la falta de inversión y la inestabilidad política.
El presidente de EE.UU., Joe Biden, está instando a los productores de Medio Oriente a aliviar la crisis abriendo los grifos. Esta semana visitará la región y tiene prevista una parada en el líder de la OPEP, Arabia Saudita. No obstante, muchos analistas esperan que los exportadores del Golfo racionen cuidadosamente su capacidad de producción sobrante.
Si Biden convence a Riad y a su vecino, los Emiratos Árabes Unidos, para que proporcionen niveles de suministro adicional, es probable que la medida se formalice en la próxima reunión de la OPEP y sus socios el 3 de agosto, según RBC Capital Markets LLC.
Crisis de suministro
El informe publicado el martes por el departamento de estudios de la OPEP, con sede en Viena, indica que la escasez de suministro persistirá.
La demanda mundial aumentará en 2,7 millones de barriles diarios el próximo año, impulsada por el crecimiento de las economías emergentes, mientras que la oferta fuera de la OPEP crecerá en 1,7 millones diarios, según el análisis del grupo. La gasolina y el diésel impulsarán el crecimiento del consumo.
Para equilibrar la situación, la OPEP tendría que suministrar un promedio de 30,1 millones de barriles diarios en 2023. Eso es 1,38 millones diarios más de lo que los 13 países que integran el grupo bombearon en junio.
La OPEP ha reactivado la producción interrumpida durante la pandemia, con un último tramo previsto para el mes siguiente. Sin embargo, el grupo está bombeando muy por debajo de su objetivo colectivo porque países como Angola y Nigeria han visto mermada su capacidad por la insuficiencia de inversiones y los problemas operativos. Libia ha sufrido un colapso en su producción en medio de nuevos disturbios políticos.
Debido a este déficit, los inventarios de combustible en los países industrializados se están reduciendo rápidamente, cayendo en mayo a 312 millones de barriles por debajo de la media de cinco años.
La estimación de la OPEP para 2023 coincide con la opinión predominante en la industria petrolera, ya que la Agencia Internacional de Energía (AIE), con sede en París y que representa a las naciones consumidoras, también prevé que los suministros seguirán bajo presión.