Estas son las principales claves para entender los “Uber Files”

Una investigación reveló cómo entre 2013 y 2017, la empresa de transporte compartido utilizó métodos cuestionables entre líderes locales y mundiales para expandir su negocio

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A lo largo de su existencia, la llegada de la gigante estadounidense de transporte por aplicación Uber (UBER) a distintos mercados ha estado acompañada de controversias, al desafiar leyes y regulaciones locales, generando en el proceso conflictos con taxistas, dirigentes o competidores.

Esto se vio reflejado por protestas en ciudades de Europa, Asia y América, que incluso llegaron a transformarse en enfrentamientos violentos. No obstante, en numerosos casos Uber finalmente pudo asentarse y al día de hoy opera en más de 10.000 ciudades, según datos de la empresa.

Sin embargo, una investigación del International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ) puso la lupa sobre la compañía y su estrategia de expansión; dando a conocer con detalle cómo los ejecutivos de Uber “se metieron en nuevos mercados y luego lidiaron con las consecuencias”, mediante métodos éticamente cuestionables.

Inversiones de efectivo con el propósito de ganar influencia entre políticos, autoridades regulatorias y otros líderes, preparación de investigaciones académicas favorables y peticiones para “salvar a Uber” en momentos donde su incursión peligraba están entre los ejemplos sacados a la luz por la investigación.

El informe, denominado Uber Files (los Archivos de Uber), fue realizado con base en archivos reunidos por el diario británico The Guardian y compartidos con el ICIJ y otros 42 socios de medios, entre los que se encuentran, correos electrónicos, mensajes de texto, presentaciones de la compañía y otros documentos enviados por sus directivos entre 2013 y 2017.

La investigación

Uber, con sede en San Francisco nació en 2009. Pero fue en 2011 cuando adoptó su denominación actual de Uber Technologies, Inc.

Los registros investigados por el ICIJ muestran cómo los ejecutivos de Uber llegaron a reunirse con importantes líderes de todo el mundo en su búsqueda de expansión. Entre ellos se encuentra el presidente francés Emmanuel Macron, el ex primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el ex primer ministro irlandés, Enda Kenny, y el ex presidente de Estonia, Toomas Hendrik Ilves, entre otros.

En su investigación el ICIJ indica que los registros incluyen detalles de encuentros e intercambios privados como con “un embajador de EE.UU. conversando con un inversionista de Uber en una sauna finlandés; un oligarca ruso brindando un show a los ejecutivos de la empresa con una banda de cosacos; y un abogado de la empresa que hace circular un “manual de redada sorpresa” que les dice a los empleados qué hacer si la policía se abalanzan sobre las oficinas de Uber para incautar posibles pruebas de conducta ilegal”.

Los registros revelan más de 100 reuniones entre ejecutivos de Uber y funcionarios públicos entre 2014 y 2016, incluidas 12 con representantes de la Comisión Europea que no se habían revelado públicamente.

Asimismo se revelan discusiones internas entre ejecutivos de Uber que lidiaban con las consecuencias de la estrategia global de la compañía.

Uber reclutó, según la investigación, a gran cantidad de exfuncionarios públicos, incluidos muchos exasesores del presidente Barack Obama. De ese modo buscaron que funcionarios públicos abandonen las investigaciones, cambien las políticas laborales, instrumenten nuevas leyes de taxis y relajen las verificaciones de antecedentes de los conductores.

Entre los oligarcas rusos con los que Uber tuvo vínculos, muchos se encontraban vinculados al presidente ruso, Vladimir Putin y hoy se encuentran sancionados tras la invasión a Ucrania.

Kalanick renunció en 2017 cuando los inversores expresaron su preocupación por la cultura laboral de Uber, incluidas denuncias de acoso sexual, discriminación racial y acoso, aunque permaneció como director hasta 2019.

La estrategia y sus consecuencias

En 2014, Uber tomó por asalto el mercado de los viajes compartidos en Estados Unidos e iba por el resto del mundo, con inversionistas de la talla de Jeff Bezos y Goldman Sachs detrás. Así ingresó a 31 países con tan solo cinco años de operación.

Las comunicaciones filtradas por The Guardian muestran que algunos ejecutivos de Uber renegaron de la forma en que operaba la empresa. “Nuestro enfoque inicial fue a veces demasiado temerario”, dijo Jill Hazelbaker, vicepresidenta senior del área de Marketing y Relaciones Públicas de Uber.

La estrategia agresiva de la compañía produjo un conjunto creciente de desafíos que los ejecutivos describieron en una presentación como una “pirámide de basura”. “Demandas de conductores”, “investigaciones regulatorias”, “procedimientos administrativos” y “litigios directos” conformaron la pirámide.

Según ICIJ, para superar los obstáculos, Uber invirtió US$90 millones solo en 2016 para captar la influencia de políticos. “Cuando Uber necesitó fuerza política para mudarse a una ciudad, contrató a ex funcionarios del gobierno para presionar a sus ex colegas. Cuando se la acusó de violar las reglas, la compañía solicitó a los clientes que firmaran peticiones para “salvar a Uber”. Y cuando su agenda parecía necesitar un impulso académico, pagó a académicos amistosos para producir investigaciones favorables”, se destacó en la investigación. Uber adoptó el mantra: es mejor pedir perdón que permiso.

La réplica

En respuesta a la investigación difundida, la misma Hazelbaker que reconocía el enfoque “temerario” de la compañía dijo que “hace cinco años, esos errores culminaron en uno de los ajustes de cuentas más infames en la historia de las empresas estadounidenses. Ese cálculo condujo a una enorme cantidad de escrutinio público, una serie de juicios de alto perfil, múltiples investigaciones gubernamentales y el despido de varios altos ejecutivos”.

La vocera dio cuenta de que luego de eso, la compañía contrató a un nuevo director ejecutivo, Dara Khosrowshahi, quien para transformar la compañía se guió “por las recomendaciones de Eric Holder, un ex Fiscal General de los EE. UU. contratado por la empresa para investigar y revisar nuestras prácticas comerciales”.

Según describe en su réplica se renovó el equipo de liderazgo, se hizo de la seguridad una prioridad, se implementó el mejor gobierno corporativo de su clase, se contrató a un presidente de la junta independiente e instaló los controles rigurosos y el cumplimiento necesarios para operar como una empresa pública.

“No hemos puesto ni pondremos excusas por comportamientos pasados que claramente no estén en consonancia con nuestros valores actuales. En cambio, le pedimos al público que nos juzgue por lo que hemos hecho en los últimos cinco años y lo que haremos en los próximos años”, concluyó.

Dado que la investigación se publicó el domingo 10 de julio, en lo que va de la jornada (13.00 EST) las acciones de Uber cayeron 4,05%.