Bogotá — La inflación se mantiene alta en muchos países del mundo, con cifras históricas, pero para no irse tan lejos y con el fin de mencionar algunos ejemplos de países de América del Sur, que ya tienen los datos correspondientes a junio, se puede nombrar a Chile con 12,5%, Perú con 8,81%, Uruguay con 9,29%, Colombia con 9,67% y Paraguay con 11,5%.
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En Argentina y Venezuela la inflación es a otro precio, en el primero supera el 60% y en el segundo es de 170%.
La inflación ha estado impactando la capacidad adquisitiva de los hogares, pero al mismo tiempo afecta a las empresas que podrían retrasar inversiones, ver afectado su flujo de caja e incluso verse alcanzados para sostener los empleos que generan en condiciones económicas más normales.
Según Germán Machado, docente de economía de la Universidad de los Andes, “la inflación genera que los costos de producción aumenten. Esto significa que las empresas se ven obligadas a reducir su margen y ganar menos o que tienen que incrementar los precios de venta. Esto, a su vez, puede hacer que los consumidores estén tentados a consumir menos unidades, en caso de que no sea un bien necesario. Así, las finanzas de la empresa pueden verse golpeadas desde dos puntos distintos”.
El experto continuó diciendo que “como, desde el punto de vista empresarial, el costo de los insumos, de los alquileres, y de la maquinaria han sido los más impactados, los precios han venido aumentando, afectando el flujo de caja. Adicionalmente, las expectativas sobre lo que siga pasando con los precios pueden alterar las decisiones de inversión y de contratación”.
Dado el panorama actual, Alba Zulay Cárdenas, directora de la especialización y maestría en finanzas de la Escuela de Negocios de la Universidad Tecnológica de Bolívar (UTB), plantea una serie de recomendaciones y medidas para que los empresarios, principalmente pequeños, se puedan sostener y no se aumenten los indicadores de informalidad y el desempleo en el país.
Reestructurar las deudas
La reestructuración de la deuda consiste en agrupar varias de estas en una nueva obligación financiera con nuevas condiciones de plazo, con la finalidad de obtener un alivio financiero temporal en el flujo de caja, que le permita al empresario mejorar su liquidez, es decir, el dinero disponible. “Deben tener presente que esta opción debe manejarse con prudencia, pues ante una reestructuración de deuda, la entidad financiera aumentará su calificación de riesgo, lo que impacta su historial crediticio”, afirma Cárdenas.
Prudencia con nuevos préstamos
Se recomienda prudencia al realizar nuevos préstamos, ya que, el Banco de la República viene aumentando la tasa de intervención que hoy equivale al 7,5%, con el fin frenar la inflación, con lo cual las tasas de financiación para los empresarios de capital de trabajo, libre inversión y en general, son más altas, impactando los gastos no operacionales de las empresas y con ello reduciendo su margen neto.
Revisar y ajustar la estructura de costos
Debido a que la energía es el servicio público que más ha aumentado su precio, el empresario debe realizar esfuerzos de racionamiento del uso de esta, además, debe poner la lupa en su estructura de costos fijos y ajustarla en rubros como arriendo de local comercial, como muchos ya lo han hecho. Es por ello que se recomienda el uso de las redes sociales como vitrina para la venta de productos y servicios, manteniendo, al mismo tiempo, control sobre los costos variables que están indexados al volumen de la clientela.
Innovar en el portafolio de productos o servicios
Con la pandemia, las personas adoptaron nuevos hábitos de consumo, lo cual permite crear o mejorar productos o servicios de cara a estas nuevas tendencias ligadas al bienestar personal y familiar y a lo saludable. “Los empresarios deben crear productos novedosos que sean atractivos para las personas y así lograr mantener un rango de ventas que les permita mantenerse en el mercado”, anotó Cárdenas.
Usar materias primas o insumos sustitutos
“Muchos empresarios pequeños han logrado sobrevivir recurriendo al uso de sustitutos de materias primas por otras más económicas que no afecten la calidad del producto final. Por ejemplo, algunas panaderías optaron por comprar marcas de insumos como la mantequilla y harina de trigo, más baratas con la finalidad de mantener y/o disminuir los costos de producción”, precisó la experta.
Finalmente, teniendo en cuenta las cifras de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la proyección de pobreza para Colombia se estima en el orden del 39% para el 2022, por lo cual, Cárdenas precisa que “el Gobierno Nacional también debe voltear la mirada al campo e incentivar la producción de materias primas y alimentos para dejar de importar lo que en Colombia se puede producir, ya que con el aumento del dólar nos estamos empobreciendo más y tampoco se podrá comprar productos importados”.
