La actividad económica en Guatemala es positiva, pero hay alerta por shocks externos

Durante el primer trimestre del presente año la economía guatemalteca creció un 4.5%, indicó el Banco de Guatemala y previsiones de crecimiento se mantienen para el cierre del presente año.

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Guatemala — Pese a los factores externos que están poniendo nerviosas a las economías mundiales, en Guatemala se mantienen las previsiones de crecimiento económico para el presente año, que se encuentran entre 3 y 5% con un punto medio de un 4%, según el Banco de Guatemala (Banguat).

Durante el primer trimestre la economía creció 4.5%, conforme a lo esperado y el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) dice que el segundo trimestre rondará por esa vía.

“Probablemente el escenario medio se cumplirá, es decir, un 4% y es un buen indicativo que las transacciones se están realizando, no obstante, lo adverso del entorno externo”, expresó José Alfredo Blanco, vicepresidente del Banguat.

Las declaraciones de Blanco se originaron durante una actividad organizada por la Cámara de Industria de Guatemala llamada: Panorama económico para Guatemala y análisis de las variables locales e internacionales para la toma de decisiones empresariales.

Crecimientos serán positivos

El funcionario agregó que la industria podría crecer un 3.6% este año, una de las tasas dinámicas y positivas al igual que el año pasado.

La agricultura se proyecta un crecimiento de un 2.6%, explotación de minas y canteras 6.1%, está sesgada esta actividad económica porque se incluyen los minerales no metálicos, que son materia prima de la construcción, la industria manufacturera 3.6%, construcción 8%; y otros sectores de la actividad económica que mostrarían crecimientos positivos.

El valor agregado de las manufacturas se ubicó en un 4.4% para el primer trimestre del 2022, es un buen desempeño consistente con la actividad económica, el cual se comportó de manera dinámica.

El Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) reflejó una tasa de crecimiento en mayo de 3.8%, por lo tanto, el IMAE tendencial se está normalizando, al observar el de abril que se ubicó en 4.3%, podría indicar que este segundo trimestre podría ubicarse por el 4%.

En el caso del Índice de Confianza de la Actividad Económica (ICAE) a mayo se ubicó a 64.5%, por encima del 50% significa una fase de optimismo de los agentes económicos respecto a la actividad productiva, pero bajó entre 64 y 70 puntos.

El comportamiento anterior se debe a la estimación de las perspectivas de la economía mundial, y no por indicadores internos, por lo tanto, la confianza económica se mantiene en zona de expansión, afirmó Blanco.

En el caso de las exportaciones registraron un crecimiento de un 24.8% a mayo pasado, y las importaciones de un 34.7% en el mismo mes, se proyecta una trayectoria que converge a su comportamiento histórico.

Con relación al tipo de cambio es una variable importante se mantiene estable, Guatemala tiene US$20 mil millones de Reservas Monetarias Internacionales y esa posición garantiza que no habrá movimientos bruscos innecesarios y especulativos, de ahí radica la importancia de las reservas, se ha depreciado está en Q7.75 por US$1.

Transmisión de decisiones

En el entorno interno se está acomodando el aumento de la tasa de inflación por condiciones externas, porque la inflación es de carácter importada y no se debe a factores de demanda interna, y ha subido por el alza en precios del petróleo y de los commodities.

“En mayo pasado la Junta Monetaria decidió aumentar la tasa líder y se acumulan 50 puntos básicos para contener esas expectativas de inflación”, resaltó el funcionario del Banguat.

Este mes no habrá reunión de Junta Monetaria, y la próxima sería en agosto.

Blanco comentó que la transmisión de las decisiones de política monetaria en Guatemala tarda en trasladarse entre unos 6 a 9 meses para que se vea reflejada en las tasas pasivas y activas en los bancos.

“En los próximos meses es probable que podría acelerarse y será de naturaleza importada, la política monetaria se ha acomodado, al igual, que el sector fiscal conteniendo el gasto y la salida de depósitos del Banco Central que apoya la posibilidad de acomodar el proceso inflacionario”, puntualizó el funcionario.

Volatilidad económica

Paulo de León, director de Inteligencia Central American Business Intelligence (CABI), dijo durante el evento, que la economía nacional lleva tres años de recibir impactos mundiales.

Actualmente, ya hay síntomas de recesión y CABI la estimó en un 50% de probabilidad, “y es así como nos encaminamos a una volatilidad económica”, expresó.

Desde los cambios de patrones de consumo por el Covid-19, el disparo en los commodities, y ahora una potencial recesión, es decir, algo que pasaría en una década está pasando en tres años.

EE.UU. se estima podría crecer un 2% y la inflación será de 6%, esto significa que estamos en un período extraño porque la mayoría del tiempo (90%) el crecimiento está por encima de la inflación, pero hay momentos en que esto se rompe, la impresión gigantesca de dinero y que fue provocado por la misma Reserva Federal, están tratando de regular subiendo tasas, pero el ritmo es lento, y entraríamos a una época parecida a lo que se vivió en 1,970, planteó De León.

En el caso de países del primer mundo que tienen inflaciones de dos dígitos se considera como un “shock”, y en EE.UU., era algo que no había pasado en 40 años, es una disrupción al poder adquisitivo y no se puede minimizar, sin embargo, el economista consideró que la inflación tocó máximo en junio y empezó a bajar.

También, los commodities ya empezaron su reajuste y apuntaban a que iban a caer entre un 20 y 25% para estabilizarse. Esto responde a las decisiones de los bancos centrales y desacelerar la demanda.

Sin embargo, pueden volver a subir en un largo plazo, y por esa razón se parece tanto a la época de los 70.

Panorama planteado por CABI:

  • La expectativa de recesión es de un 50% en 18 meses, todavía se espera que se bajen las proyecciones de crecimiento económico, lo que descartamos es un “soft landing”, será un “hard landing” y una próxima recesión.
  • En Guatemala se sentirá menos, porque el país tiene los fundamentos macroeconómicos para no exacerbarla, caso contrario sucede en países como Costa Rica y El Salvador, que están desbalanceados, y puede provocar alzas abruptas en las tasas de interés.
  • Los negocios en Guatemala tendrán que centrarse más en la demanda interna que tiene buenos elementos: urbanización, remesas, y entrada de dinero en commodities.
  • La inflación seguirá algunos meses más entrando al país, pero los efectos sobre el poder adquisitivo durarán más allá del 2022. Es un reacomodo hacia un nuevo nivel de precios.
  • El nearshoring es real y es una buena noticia para Guatemala.