Quinua tropical, el nuevo grano que podría salvar la escasez de alimentos en Bolivia

Santa Cruz es el departamento que produce el 70 % de los alimentos en Bolivia, pero la quinua nunca fue cultivada aquí. Hoy, con una nueva variedad presentada por ingenieros, esta región comenzará a producir quinua en tierras bajas bolivianas.

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Santa Cruz — Esta investigación nace hace 11 años y en sus inicios se financió con recursos privados pero desde 2018, obtuvo apoyo de la Universidad pública Gabriel René Moreno (UAGRM). El equipo de investigadores, a la cabeza del ingeniero Marín Condori, logró un hito en la producción nacional de este grano que podría ser la salvación de los productores de Santa Cruz en la cosecha de invierno, época cuando las sequías y heladas causan grandes pérdidas a los agricultores.

Juan José Lagraba, Hernán Justiniano, Erick Flores, Jorge Barba y Marín Condori, presentaron esta nueva variedad de quinua la semana pasada y mostraron orgullosos las cuatro ganancias genéticas que tiene su producto.

Estos ingenieros lograron producir el grano de los Incas en las tierras bajas del departamento de Santa Cruz, la región que aporta el 30% del PIB nacional y produce el 70% de los alimentos que se consumen en el país.

Para su creador, Marín Condori, experto en mejoramiento genético de plantas, la quinua tropical podría ser el alimento que asegure ingresos en la próxima cosecha de invierno de 2023 en Santa Cruz ya que es tolerante a la sequía y resistente a las heladas que cada año empeoran. La quinua se visualiza como una alternativa de cultivo de rotación en invierno y su rentabilidad del 56 % la vuelve atractiva para los agricultores.

La investigación fue presentada en la Facultad Integral del Noreste (FINE) de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno y ha tenido muy buen recibimiento. “Con la escasez mundial de alimentos, sabemos que el 2023 no viene con una seguridad alimentaria garantizada y tenemos fe que este nuevo cultivo podría ser la alternativa que necesitábamos en el agro”, dice Pedro Manuel Oliva, agricultor de los valles cruceños que pretende probar esta nueva variedad en sus tierras.

Recordemos que Bolivia se ubica en el segundo lugar entre los países exportadores de quinua en todo el mundo. El primer lugar lo tiene Perú (40%), segundo Bolivia (30%) y luego le siguen Países Bajos, España, Estados Unidos, Alemania, Francia, Ecuador y Bélgica. Bolivia había bajado mucho su producción por la sequía que el año pasado también afectó las cosechas de tierras altas andinas de dónde es originaria la quinua.

Entre los países que más consumen quinua y que son potenciales clientes de esta nueva variedad están: EEUU, Canadá, Alemania, Países Bajos, Reino Unido, España, Bélgica, Australia, Italia.

Las características que más resaltan en esta quinua tropical son: amplia variabilidad genética y un pool genético extraordinario para desarrollar variedades superiores. Es llamativa la capacidad de adaptabilidad de la quinua que puede vivir en condiciones adversas de clima y suelo. La quinua normalmente tiene la capacidad de darse desde el nivel del mar hasta los 4000 metros de altitud.

Otros aspectos para destacar son: la calidad nutritiva y que la quinua se puede usar de manera tradicional, no tradicional y en innovaciones industriales. Además, el agricultor tendrá un bajo costo de producción con una cosecha poco exigente en insumos y mano de obra.

Bloomberg Línea hablo en exclusiva con Marín Condori, el director del equipo de investigadores.

¿Qué características tiene que diferencian a este nuevo tipo de quinua de la quinua andina?

Hay cuatro ganancias genéticas. La primera es el ciclo del cultivo de 120 días que mejora por mucho a los 150, 180 y hasta 210 días que tiene el ciclo en el altiplano. La segunda ganancia es que el rendimiento promedio de este material es de 1.5 toneladas por hectárea, mientras que en el altiplano su promedio es 500 o 600 kilos por hectárea. Hablamos de casi un triple de ganancias.

En algunas zonas llegamos a sacar hasta 4000 kilos. La tercera ganancia es la resistencia moderada a enfermedades de importancia económica y la cuarta es la reducción del tamaño de la planta. Estamos logrando materiales a la altura de la soya, o sea, 80 cm, 100 cm, porque lo que se busca es entrar en una cosecha mecanizada. Sin embargo, la quinua del altiplano llega a medir un metro y medio o dos metros.

¿Qué mercados se tienen previstos y qué viene ahora luego de haber presentado la investigación?

Vienen dos etapas. La que pasó fue de mejoramiento de las plantas y su genética. Y hoy estamos en medio de grandes oportunidades a nivel global, hay una demanda emergente en todo el mundo por este cultivo, por lo tanto el hecho de exportar volúmenes bastante considerables siempre será efectivo porque hay mucho mercado. Seguramente el 2030 nuestra proyección es llegar a las 10.000 hectáreas en el departamento de Santa Cruz. Hay nichos de mercado para harina y otros derivados. Porque además de exportar materia prima, la idea es buscar derivados y seguir haciendo innovaciones que mejoren las oportunidades de los agricultores bolivianos.

¿Qué características tiene esta planta que permite que se siembre en cualquier clima o altura?

La quinoa tiene esa flexibilidad, yo lo llamo elasticidad genética, puede ser sembrado desde el nivel del mar hasta 4000 o 4500 metros de altitud. Entonces esa versatilidad hace de que podamos encontrar en diferentes pisos ecológico este cultivo.

¿Se espera que se pueda propagar más la producción de quinoa en el aparato del agro de Santa Cruz?

A raíz de los problemas bélicos entre Rusia y Ucrania, seguramente va empeorar la escasez de muchos alimentos y este será un cultivo alternativo que ayude al sistema de alimentación a nivel global. Este material tiene una alta calidad de proteína. Hay muchos aminoácidos esenciales que otros cultivos no tienen y de ahí su demanda.

¿Considera que esta este tipo de quinoa y esta propuesta desde Santa Cruz en el agro va a ser bien recibida por los productores andinos?

No, ese será un problema con certeza. Será un problema social y de regiones porque mucho se viene hablando de la importancia de la Denominación de Origen de la quinua orgánica producida en la zona intersalar. Pero hay que entender que ese es solo un nicho. Y si ellos comercializan y exportan con denominación de origen a un mercado X, el resto del mundo también tiene otras necesidades más básicas como la demanda de harinas y para hacer harina no se necesitan los granos grandes de la quinua orgánica. Entonces los derivados y la innovación industrial que se haga será la base de la diferenciación. Hay mercado para todos.