Bloomberg — El gobierno francés planea tener el control del 100% de su gigante nuclear en dificultades financieras, Electricité de France SA (EDF), para ayudarle a superar la peor crisis energética de Europa en una generación e invertir en nuevas plantas atómicas.
“La emergencia climática requiere decisiones fuertes y radicales”, dijo la primera ministra Elisabeth Borne durante un discurso en el parlamento en París el miércoles. “Necesitamos tener el control total de la producción y de nuestro futuro energético. Debemos asegurar nuestra soberanía frente a las consecuencias de la guerra y los colosales desafíos que tenemos por delante.”
Borne no dio detalles concretos de los planes del gobierno, más allá de decir que el Estado elevará su participación en EDF al 100% desde el 84% actual. Por el momento no se ha tomado una decisión sobre las modalidades de la operación, dijo un portavoz del Ministerio de Economía.
Las acciones de EDF se dispararon tras el anuncio de Borne y cerraron con una ganancia del 15% en la bolsa de París, después de haber sufrido una fuerte caída antes de sus comentarios. La deuda de la empresa de servicios públicos también ganó.
El presidente Emmanuel Macron dijo durante su campaña de reelección en marzo que parte de la compañía debería ser nacionalizada para reforzar la independencia energética francesa y su ambición de cero emisiones mediante la construcción de nuevas plantas atómicas. El plan es también una señal de que los gobiernos europeos pueden verse cada vez más obligados a proteger a sus empresas energéticas de la agitación que ha causado la guerra de Rusia.
El martes, el gabinete alemán se apresuró a aprobar una legislación que le permite rescatar a empresas de servicios públicos en dificultades, como Uniper SE (UN01), mientras la presión de Moscú sobre el suministro de gas desgarra la industria y amenaza la economía en general.
En los últimos años, EDF ha tenido que lidiar con diversos problemas en su envejecida flota de reactores y con los sobrecostos de la construcción de otros nuevos. Sus problemas se ven agravados por la limitación de los precios de la electricidad impuesta por el gobierno y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, que está haciendo más costoso para la empresa cubrir su propio déficit de producción de electricidad.
Un catalizador de salida positivo para los accionistas minoritarios de EDF, el mayor productor de energía nuclear de Europa, llega con la confirmación de que Francia adquirirá la participación del 16% que aún no posee y nacionalizará la empresa. Esto sugiere que la intervención estatal puede ser cada vez más frecuente en otros lugares de la UE, dado el empeoramiento de la crisis energética, para garantizar la continuidad del mercado, mitigar la inflación de los costos e impulsar los planes de seguridad energética de la región. Los detalles específicos del caso de EDF están pendientes.
-Patricio Álvarez, analista de servicios públicos de BI
La nacionalización de EDF sería una medida ampliamente consensuada en la política francesa, que probablemente vea a una cámara baja dividida unirse a Macron, que perdió su mayoría absoluta en las elecciones del mes pasado. Sin embargo, algunos legisladores de la oposición, entre ellos el líder del Partido Republicano en la Asamblea Nacional, Olivier Marleix, advirtieron del peligro de “desmantelar” la empresa tras su nacionalización.
Los sindicatos CGT y FO recibieron con satisfacción el plan de nacionalización, pero también expresaron su preocupación por el hecho de que el Gobierno pudiera reactivar posteriormente un plan de “desmantelamiento” de la empresa.
Macron dijo a principios de este año que EDF necesitará una amplia reorganización y decenas de miles de millones de euros de financiación pública para ayudarle a construir entre seis y 14 nuevas centrales nucleares para 2050. Las nuevas centrales, junto con una serie de nuevos proyectos eólicos y solares y unos objetivos de ahorro energético muy ambiciosos, forman parte del plan de Francia para conseguir la neutralidad de carbono en 2050.
La nacionalización de EDF podría tranquilizar a los acreedores, preocupados por la deuda financiera neta de la empresa, que ascendía a 43.000 millones de euros a finales del año pasado y que va a aumentar aún más a pesar de una ampliación de capital de 3.200 millones de euros realizada en abril.
Las empresas de calificación crediticia, que rebajaron la calificación de la empresa en febrero, advirtieron de posibles nuevos recortes, ya que la empresa está lidiando con las reparaciones de algunas de sus centrales atómicas y con los sobrecostos de las centrales nucleares en construcción en Francia y el Reino Unido.
Límite de precios
En 2019, el gobierno francés estaba considerando comprar a los accionistas minoritarios como parte de una reestructuración para ayudar a financiar la extensión de la vida útil de las envejecidas plantas nucleares de EDF (que produjeron el 69% de la electricidad del país el año pasado) e invertir más en energías renovables.
El plan se estancó en 2021 tras más de un año de discusiones, ya que la Comisión Europea, que examina las propuestas que podrían considerarse ayudas estatales a una empresa, pidió una mayor separación de las distintas entidades de EDF a cambio de precios regulados más altos para su energía nuclear.
Macron ha pedido a la Comisión que estudie una revisión del mercado eléctrico europeo para hacerlo menos dependiente de la subida de los precios del gas, pero el brazo ejecutivo de la UE aún no ha aportado soluciones. Mientras tanto, España y Portugal recibieron luz verde para limitar temporalmente los precios.
“Francia también debe prepararse para todos los escenarios relativos al suministro de gas ruso, incluso los más duros”, dijo Borne. “Podemos aguantar, pero todo el mundo tendrá que actuar”. El Gobierno aumentará las subvenciones para la renovación de viviendas hasta cubrir 700.000 hogares al año, dijo.