Bloomberg — La búsqueda del dólar estadounidense como activo refugio es tan intensa este martes que hasta afectó al ampliamente fortalecido rublo ruso (RUB).
La divisa sufrió su mayor caída desde en cuatro meses, reduciendo las cifras de un repunte histórico que ha sorprendido tanto a los operadores como a los políticos desde los primeros días de la guerra de la invasión del país a Ucrania. La divisa se hundió hasta un 11%, hasta 62,30 unidades por dólar, mientras la moneda estadounidense se fortalecía y el euro caía a su nivel más bajo en dos décadas.
Si la caída de del rublo (que lleva tres días) se prolonga, se relajaría la presión para que el Banco Central del país recorte las tasas de interés y relaje los controles de capital para que la moneda siga cotizando dentro del rango que desean los responsables de formular la política monetaria. La tendencia es un cambio de rumbo después de semanas de fortaleza que desafiaron cambios globales relacionados al apetito por el riesgo y la caída de activos de los mercados emergentes.
“El Gobierno ruso ha ido eliminando poco a poco diversas medidas adoptadas para apuntalar el rublo tras el inicio de la guerra en Ucrania”, dijo el analista de InTouch Capital Markets Ltd., Piotr Matys. “No debería ser, entonces, una gran sorpresa que el rublo haya comenzado a mostrar una mayor susceptibilidad a los factores de impulso externos, hoy dominados por la preocupación de una recesión mundial”.
Inicialmente, la guerra y las consecuentes sanciones occidentales desencadenaron un desplome del rublo hasta un mínimo histórico de 121,52 unidades por dólar estadounidense el 10 de marzo.
No obstante, luego se dio un vuelco inesperado que hizo que la moneda se apreciara un 143% entre comienzos de marzo y el final de junio. Los controles de capital rusos y la obligada conversión de los ingresos por las exportaciones provocaron un mercado unidireccional, al tiempo que las sanciones catalizaron un desplome de la demanda de importaciones de Rusia, lo que favoreció el repunte.
A pesar de recortes de tasas de 1.050 puntos básicos por parte del banco central ruso y la flexibilización de los controles de capital, el fortalecimiento continuó. Los responsables de la formulación de políticas abandonaron también la regla de la conversión obligada. Esta medida ha reducido los ingresos procedentes de las exportaciones de energía y ha debilitado la competitividad de las exportaciones rusas.
El rublo alcanzó su nivel más alto en siete años y se acercó a la marca psicológica de las 50 unidades por dólar, provocando un intenso debate entre los funcionarios rusos sobre cómo frenar la subida de la divisa.
“Las autoridades rusas no se molestarán en absoluto con un rublo más débil, ya que regularmente han declarado su preocupación por la excesiva fortaleza de su moneda”, dijo Matys.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar