Bloomberg — Turquía ha iniciado una investigación sobre el origen del grano que se encuentra a bordo de un barco ruso anclado frente a su puerto de Karasu en el Mar Negro, después de que Ucrania dijera que la carga fue robada, dijeron altos funcionarios turcos a Bloomberg.
El embajador ucraniano en Ankara, Vasyl Bodnar, dijo el viernes que su país había instado a Turquía a “tomar las medidas necesarias” en relación con el “Zhibek Zholy”, que salió de Berdyansk, ocupado por Rusia, con unas 7.000 toneladas de grano a bordo.
Ucrania ha acusado a Rusia de robar grano de los territorios que ocupa desde su invasión del 24 de febrero. El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, confirmó el lunes que el barco era ruso, pero dijo que Moscú seguía trabajando para aclarar la situación.
“El barco tiene bandera rusa, pero creo que pertenece a Kazajistán y la carga se transportaba en virtud de un contrato entre Estonia y Turquía”, dijo a la prensa.
El buque aún no ha atracado ni descargado el contenido, y se encuentra a la espera fuera del puerto mientras Turquía investiga el origen y la trayectoria del cargamento, dijeron los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato debido a lo delicado del caso.
Turquía está manejando la situación con cuidado mientras trabaja para organizar conversaciones a cuatro bandas con las Naciones Unidas, Rusia y Ucrania para establecer un corredor en el Mar Negro y reanudar los envíos de alimentos ucranianos, interrumpidos por la guerra, dijo uno de los funcionarios. Este añadió que Turquía podría acoger el diálogo respaldado por la ONU tan pronto como la semana que viene.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo la semana pasada que su país tenía unos 20 barcos en la región dispuestos a transportar el grano en nombre de Ucrania una vez que se alcance un acuerdo. “Intentaremos transportar estos productos y reexportarlos a terceros países”, dijo.
La guerra de Rusia en Ucrania está retrasando los envíos de grano de los que dependen los países en desarrollo del África subsahariana y otros lugares del mundo. Los líderes mundiales intentan evitar la escasez de alimentos, que podría provocar un creciente malestar político en todo el mundo, ya que las interrupciones del comercio han disparado los costes de las cosechas, el combustible y los fertilizantes, y los precios de los alimentos aumentan al ritmo más rápido de la historia.