Bogotá — El presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, sigue alistando el terreno para tomar posesión del cargo el próximo 7 de agosto, pero desde ya se anticipa que tendrá un panorama muy retador por delante con grandes riesgos en el horizonte, pero a la vez, con optimismo con respecto a lo que pueda hacer.
A la Casa de Nariño llegará con una tasa de cambio en sus máximos históricos, este viernes la TRM oficial es de $4.151, y las proyecciones son que se mantenga alta al menos mientras hay mayor claridad de las políticas económicas de Petro, y mientras se disipan algunos de los temores de recesión económica en los Estados Unidos.
Pero no es el único problema al que tendrá que enfrentarse, también está la inflación que actualmente supera el 9% anual, pero que contrario a lo tradicional no es consecuencia exclusiva de la alta demanda, sino que es un problema mundial relacionado con debilidades de la oferta.
Al respecto, Gabriela Santos, estratega de Mercados Globales en Global Markets Insights de JP Morgan Asset Management aseguró durante un conversatorio con Bancolombia que “la inflación ha movido todos los mercados globales. Estamos hablando de inflación alta en todo el mundo después de 10 o 15 años de inflación demasiado débil en países desarrollados, es un gran cambio”.
Leopoldo Fergusson, profesor de economía en la Universidad de Los Andes, sostiene que “hay una situación de crecimiento económico, pero a la vez de inflación generalizada de la cual Colombia no es ajeno y, que, además, tiene que sumarle que trae del pasado un mal manejo fiscal. Hay complejidades, pero de todos modos hay optimismo en el futuro político”.
“Puede ser llamada todavía como transitorio en el sentido de que es producto de desequilibrios entre la oferta de bienes y servicios y la demanda. Hemos tenido muchos problemas desde el lado de la oferta por cuenta de la pandemia por la política cero Covid de China y agravado por los problemas en la cadena de producción por el conflicto entre Rusia y Ucrania lo cual ha afectado oferta de materias primas claves como la energía, productos agrícolas y metales industriales”, dice Santos.
Si bien el dólar alto se constituye una pérdida de capacidad de compra con pesos colombianos, los exportadores, en especial de productos agropecuarios, podrán encontrar en él un alivio para la subida que se ha registrado en los insumos y en los costos de producción.
Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) aseguró que “Evidentemente el dólar alto favorece a los exportadores de productos en general, a los del agro les permite compensar con los mercados donde hay precios bajos e indiscutiblemente compensar lo que ha sido el incremento de los costos de producción”.
Así mismo, Bedoya prefiere desligar cada uno de los nubarrones que se ven en el horizonte, y analizarlos por separado, pues considera que “no puede uno tomar las cosas de manera conjunta, en especial por la incertidumbre política a la espera del plan de Gobierno. Yo creo que esa incertidumbre no nos sirve a ninguno, debe haber claridad y ahora vendrán los temas de cómo va a ser la política económica del próximo Gobierno con el nombramiento de José Antonio Ocampo”.
Sobre el nuevo ministro dice que “es una persona que ha sido ministro de Hacienda y Agricultura, tiene credibilidad y sabe del manejo del Estado y es alguien con quien se puede conversar. Además, cuando el año pasado se dieron las discusiones de la Tributaria el escribió mucho de la importancia del sector agropecuario como motor de la economía y sin duda desde Hacienda, con los recursos, podrá contribuir para ello”.
Si bien la victoria de Gustavo Petro en las elecciones presidenciales generó muchas dudas, sobre todo en materia económica, Fergusson ve en su figura un líder con el músculo político para llevar a cabo las reformas que son urgentes.
“Es un panorama delicado, pero veo razones para el optimismo. Hay problemas que se deben atender con responsabilidad, tenemos que entender que el panorama internacional es distinto al que hemos estado acostumbrados”, asegura el académico.
“Petro ya ha dado señales de asumir las reformas que han sido aplazadas y que son importantes y quizá este sea el Gobierno que tiene la legitimidad y el músculo político para llevarlas acabo y una de esas reformas es la de poner en orden las finanzas y lo que se ha planteado hasta ahora va en línea con lo que se ha recomendado en otras oportunidades”, sostiene el profesor de los Andes.
Finalmente, sostiene que “hay otras cosas que generan preocupación y que hay que ver cómo se abordan en la realidad. El nombramiento de Ocampo es positivo junto con el programa que se ha dejado r viendo, pero, además, por el grupo de personas que se han venido uniendo a las propuestas económicas. Esas son señales de que habrá cambios pero que no serán simplemente de una sola visión, sino que habrá discusión que ojalá terminen en propuestas fortalecidas, que las propuestas que causan preocupación puedan optimizarse y las bienvenidas ojalá puedan ser empujadas, es un optimismo cauteloso”.