Bloomberg Línea — América Latina se enfrentó en el primer semestre de 2022 a escenarios macroeconómicos adversos que presionaron su economía. Una inflación rampante junto a elevados precios del petróleo y una cadena de suministros que aún no se recupera de la pandemia están entre los principales vientos en contra que, en mayor o menor medida, experimentan todos los países de la región.
El corolario es la cierta posibilidad de que tenga lugar una desaceleración económica, tanto a nivel global como regional. El impacto de la invasión rusa a Ucrania y el endurecimiento monetario por parte de los bancos centrales alrededor del mundo, entre ellos la Reserva Federal de EE.UU., aumentan las probabilidades de que la desaceleración se convierta en recesión.
Esto se ha visto ilustrado en la reducción de las estimaciones de crecimiento que, a lo largo del trimestre, han publicado algunos de los principales organismos internacionales.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) recortó en mayo su perspectiva de crecimiento regional al 2,1% en comparación con el 2,2% de enero. En esta misma línea estuvo el Banco Mundial (BM), que en junio redujo su pronóstico al 2,5% este año, en contraste con el 2,6% previsto en enero.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se movió ligeramente en dirección opuesta y señaló que el PIB de Latinoamérica crecería un 2,5% en 2022 en su revisión de abril, una ligera expansión desde el 2,4% previsto en enero.
La inflación seguirá alta
Los altos precios de los alimentos y las materias primas, así como los de la energía, seguirán vigentes en la región durante el segundo semestre, según expertos consultados por Bloomberg Línea, aunque podrían ver una breve desaceleración hacia finales del año.
El exdirector del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), Élmer Cuba, aseguró que se espera que en América Latina en la segunda parte del año “empiecen a ceder las presiones inflacionarias. Ceder no es que los precios bajen, pues granos y petróleo están altos, pero la tasa va a ceder. Las tasas (de interés) van a comenzar a tener efectos en la demanda y van a tener efectos reales”.
Para Cuba, dejando a un lado a Argentina y Venezuela por sus altos niveles de inflación estructural, los procesos de los demás países de la región son similares y es por eso que se proyecta que comiencen a bajar de manera uniforme en el segundo semestre.
Dijo también que en particular el caso chileno o colombiano los precios altos son más por el lado de la demanda, mientras que en Perú es por un tema de oferta, ya que la economía está muy “débil”.
En Perú, la inflación anual cerró mayo en 8,09% y en Chile fue de 11,5%. Entre tanto, la de Colombia en junio fue de 9,07%, mientras que la de México se aceleró levemente y llegó a 7,88% en la primera quincena de junio.
Germán Montoya, director económico de la Asociación Bancaria de Colombia, Asobancaria, también estima que la inflación en la región persistirá, aunque las presiones “van a tender a suavizarse” en la medida en que las economías, sobre todo la de EE.UU., empiecen a perder tracción. “Hay una presión importante por el lado de la oferta y el shock va a demorar un tiempo en diluirse, pero la presión de demanda va a comenzar a equilibrar”, precisó a Bloomberg Línea.
¿Tendrán un tope las tasas de interés?
Como una medida de freno a los altos precios, América Latina también comenzó a ver desde el segundo semestre de 2021 aumentos sostenidos de los tipos de interés por parte de algunos bancos centrales. Estos incrementos se reforzaron en lo que va de 2022 y algunos bancos han hecho aumentos históricos.
El Banco de México (Banxico) ha llevado a cabo nueve aumentos consecutivos de su referencial y el más reciente, el 23 de junio, vio un monto histórico de 75 puntos básicos, llevando la tasa al 7,75%. Por su parte, el Banco de la República de Colombia decidió el 30 de junio aumentar la tasa en una decisión histórica en 150 puntos básicos, ubicándola en 7,5%.
Esos aumentos “implican un aumento en las tasas de crédito y un freno en esa misma línea hacia el consumo y, por lo tanto, hacia la recuperación económica. Tampoco se pueden subir indefinidamente y todo depende de qué tan efectivo es en cuanto al objetivo puntual, que es el freno de la inflación. En la medida que esto se dé podemos pensar en una estabilización de las tasas”, explicó a Bloomberg Línea Carlos Sepúlveda, decano de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario en Colombia.
En este mismo sentido, Élmer Cuba, quien también es economista socio de Macroconsult, señaló que las tasas seguirán subiendo en la mayoría de países de América Latina para luego detenerse cuando se vean sus efectos.
“Si sigue la guerra en Ucrania, uno esperaría una segunda ronda (de aumentos de tasas) y hasta ahora no es el caso. En dos o tres meses van a dejar de subir las tasas”, estimó.
No hay recesión a la vista en América Latina
Los temores de una posible recesión económica en el mundo van en aumento, aunque los expertos consultados tienen visiones que contrastan en cuanto al panorama regional.
La Reserva Federal de los Estados Unidos subió en junio su tasa referencial en 75 puntos básicos, el mayor aumento desde 1994, y ha indicado que seguirá endureciendo su política para mitigar la mayor inflación en 40 años. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) ya está allanando el camino para abandonar las tasas negativas a partir septiembre.
Hace solo unos días el presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció que una recesión era una “posibilidad” y calificó como “desafiante” lograr un aterrizaje suave de la economía, en aras de controlar la inflación.
Para Cuba, “es muy probable que Chile, Colombia, Perú y México tengan el cuarto trimestre más débil del año” en lo que respecta al desempeño de su Producto Interno Bruto (PIB). Esta tendencia se extendería hacia el primer semestre de 2023.
El experto agregó que a estos escenarios macroeconómicos se suman los factores políticos, con los cambios de gobierno en Chile con Gabriel Boric, en Colombia, donde asumirá Gustavo Petro en agosto, o de otras administraciones que ya llevan más tiempo como la de Pedro Castillo en Perú, que ha sido “un choque negativo para la economía”, según Cuba, así como la de Andrés Manuel López Obrador en México, que “no ha sido muy amigable con la inversión privada”.
Sin embargo, Cuba dijo que en América Latina no se debería hablar aún de recesión “salvo en Chile, si definimos recesión como dos trimestres negativos. La recesión son palabras mayores, es solo menos velocidad”.
El equipo económico del banco Scotiabank Colpatria, por su parte, señaló que, a nivel regional, en el inicio del nuevo semestre del año “se espera que la demanda interna continúe fuerte; sin embargo, mostrando algo de moderación en la expansión del consumo de los hogares” como respuesta a las acciones tomadas por el banco central, como el caso de Colombia, en un comentario publicado el viernes por correo electrónico.
Por último, Carlos Sepúlveda destacó que sí hay riesgos de una recesión y recomendó medidas como la normalización del comercio, un trabajo conjunto de política monetaria entre países y la dinamización del empleo, así como incentivar un mayor consumo.