Bloomberg — El cobre llegó a hundirse por debajo de los US$8.000 la tonelada este viernes, alcanzando su nivel más bajo desde principios de 2021, a medida que el creciente temor a una desaceleración económica mundial impulsa una caída en los mercados de metales industriales.
El metal ampliamente considerado como un barómetro de la economía mundial se desplomó hasta un 3,5% a 7.970,50 dólares la tonelada en la Bolsa de Metales de Londres. Si bien recuperó parte de las pérdidas, sigue en rojo por el día y extiende su caída tras su peor trimestre desde el inicio de la pandemia. Los inversores parecen estar cada vez más convencidos de que el crecimiento se desvanecerá en medio del endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales y de una crisis energética con epicentro en Europa.
“Hay una creciente preocupación por la demanda mundial”, dijo por teléfono desde Shanghai Wei Lai, analista de TF Futures Co. El mercado del cobre se enfrentará a un superávit de alrededor del 10% de la oferta total en los próximos dos años, basándose en el escenario de un aterrizaje duro para las economías de EE.UU. y Europa, con una débil recuperación de China incapaz de compensar los descensos globales de la demanda, añadió, citando una estimación del corredor.
El aluminio y el zinc también ampliaron sus pérdidas, abriendo el segundo semestre de manera sombría después de que el índice de seis metales básicos de la bolsa de metales de Londres (LME, por sus siglas en inglés) acumulara su mayor caída trimestral desde la crisis financiera de 2008. Las acciones y los futuros de las acciones también retrocedían el viernes.
Se trata de un rápido retroceso respecto a las condiciones de principios de año, cuando una combinación de auge de demanda, complicaciones logísticas e interrupciones de la producción hizo que los precios de los metales, incluidos el cobre y el níquel, se dispararan. Aunque los nubarrones se oscurecen en el frente de la demanda, muchos metales siguen enfrentándose a graves limitaciones de la oferta.
El mineral de hierro también cayó en Singapur ante el temor de que el gobierno chino imponga restricciones a la producción de acero en un momento de escasa demanda y aumento de los inventarios.
Hay algunos puntos positivos para los metales: la demanda china se recupera gradualmente de los confinamientos por Covid-19 y el gobierno impulsa el estímulo, incluyendo más dinero para el gasto en infraestructuras. La caída del mercado inmobiliario del país se redujo en junio, y la actividad manufacturera también se recuperó con más fuerza de lo esperado.