Guatemala — Los vientos de una posible recesión económica en los Estados Unidos, aún no son preocupación para Guatemala, sin embargo, la Junta Monetaria decidió, de manera unánime, elevar en 25 puntos porcentuales la tasa de interés líder y pasó de 2% a 2.25%; y representó el segundo aumento del año.
Sergio Recinos, presidente del Banco de Guatemala (Banguat) y de la Junta Monetaria, consideró que la probabilidad de recesión en EE.UU. ronda entre un 30 y 40%, y aún es baja.
“La Reserva Federal (FED) expresó que una desaceleración es la que se vislumbran y coincidimos con esa apreciación, pese a que reaccionó muy rápido con el aumento en 75 puntos en la tasa de interés, y tomando en cuenta que la inflación es de 8.5%, la más alta en los últimos 40 años en esa economía, contrasta con la de Guatemala, que no está tan alta”, refirió el funcionario.
En el caso de Guatemala la inflación interna se ubica en 2.26% y la importada en 3.56% para un total de 5.82% a mayo del 2022, por lo tanto, la mayoría de la inflación proviene de efectos importados de la economía internacional y se ve reflejando en el Índice de Precios al Consumidor (IPC). “Entre un 60 y 80% ha sido la inflación importada en los últimos meses”, indicó Recinos.
Por otro lado, hay una baja en el consumo de EE.UU. y tiene que ver con la desaceleración en ese país, “afortunadamente en Guatemala aún no hay impacto, porque las remesas crecen a tasas mayores al 20% y se traduce en consumo e inversión que se queda localmente”, afirmó el presidente del Banguat.
“Un factor a favor, es que en Estados Unidos acompañado a la inflación se observa un aumento en los salarios y se refleja en un mayor ingreso para los connacionales; y a su vez en las remesas, por lo tanto, no observamos un impacto importante, en ese sentido”, explicó Recinos a Bloomberg Línea.
Podría provocar un “daño colateral”
Erick Coyoy, investigador del área económica de la Universidad Rafael Landívar (URL), comentó a Bloomberg Línea que, en Guatemala la tasa de interés líder no tiene efectividad para el control de la inflación, especialmente en el momento actual en que la escalada inflacionaria es por factores internacionales o inflación importada como le llama el Banguat.
“Las autoridades monetarias deben ser cautas con esta medida para no encarecer artificialmente el crédito bancario sin ningún efecto sobre la inflación, pero si con consecuencias negativas para la inversión y el consumo”, alertó.
Además, debe tenerse en cuenta que los riesgos de recesión en Estados Unidos son muy altos, resaltó Coyoy, pese a que aún no se conocen cifras oficiales sobre el desempeño económico en el segundo trimestre de 2022, el Banco de la Reserva Federal de Atlanta ha actualizado su pronóstico, según el cual EE.UU. tendrá una caída de 1% en el segundo trimestre.
“Considero que la medida de aumentar la tasa líder era previsible, tomando en cuenta la tendencia en otras economías especialmente en Estados Unidos. El aumento es moderado, aunque, podría significar un elemento que no favorezca las proyecciones positivas de crecimiento económico, al encarecerse los créditos afectando en especial, a las pequeñas y medianas empresas”, advirtió Coyoy.
Una declaratoria oficial de recesión se da cuando en dos trimestres seguidos hay caída del PIB; y ya ocurrió en el primer trimestre con una caída de 1.6% por lo que solo falta confirmar si el resultado del segundo trimestre también es negativo.
Por lo anterior, no es conveniente que las autoridades nacionales se pongan “en una carrera” por subir la tasa de interés de la política monetaria, resaltó el analista, considerando que al mes de abril el Índice Mensual de la Actividad Económica (IMAE) ya presenta una desaceleración muy marcada.
En ese sentido, el Banguat analizó lo contrario, porque resaltó el dinamismo que mantiene la mayoría de indicadores de corto plazo de la actividad económica como el Índice Mensual de la Actividad Económica (ICAE), Índice de Confianza de la Actividad Económica (IMAE), crédito bancario al sector privado, remesas familiares y comercio exterior, entre otros, es congruente con el rango de crecimiento económico previsto para el presente año (entre 3.0% y 5.0%).
Coyoy enfatizó que los choques de oferta externos sobre los precios de los energéticos y los alimentos continúan provocando incrementos en los pronósticos y las expectativas de inflación para 2022 y 2023.
Es decir, que ya hay evidentes señales de pérdida de dinamismo económico cuando aún no se habían dado los aumentos de tasa de interés, y esto es lo que debe tomarse en cuenta, porque en caso se confirme la recesión en Estados Unidos se dará una pérdida de dinamismo en el empleo y en el comercio internacional de ese país, y esto afectará las remesas familiares y las exportaciones de Guatemala, enfatizó Coyoy.
Pedro Prado, analista de Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes), coincidió en que la medida de aumentar la tasa líder era previsible, considerando la tendencia en otras economías especialmente en Estados Unidos.
“El aumento es moderado, aunque, podría significar un elemento que no favorezca las proyecciones positivas de crecimiento económico, al encarecerse los créditos afectando en especial, a las pequeñas y medianas empresas”, puntualizó Prado.