Bloomberg Línea — Por primera vez en más de una década, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) renovó su concepto estratégico, un documento que marca cuál será la dirección que guiará a la alianza transatlántica de cara al futuro. La renovación, que el profesor y columnista de Bloomberg Opinion Hal Brands calificó como la más importante en una generación, llegó tras la invasión rusa a Ucrania y en un momento en el que China gana más influencia en regiones como las de América Latina y el Asia Pacífico.
Por ello, no extraña que el acuerdo al que llegaron los 30 países miembros califique a Rusia como “la amenaza más directa y significativa” y a China como un “desafío sistémico” para los intereses de la OTAN. Bloomberg Línea dialogó con Jon Piechowski, asesor del Departamento de Estado de Estados Unidos, sobre el nuevo enfoque que tendrá la Alianza y qué repercusiones podría traer la mirada que tienen sobre dos países con influencias en América Latina en el marco de la cumbre de la alianza en España.
En este nuevo concepto estratégico califican a China como un desafío sistémico. ¿Qué significa esto? ¿Lo ven como un riesgo, como un adversario?
El desafío sistémico hace referencia al hecho de que en varios casos lo que vemos de la República Popular de China es un intento de socavar el sistema internacional basado en normas. Entonces, eso es lo que queríamos subrayar en el concepto estratégico, es la forma en la que hemos definido el desafío que supone la República Popular China.
¿Les preocupa la influencia que ha ganado China en América Latina y en otras economías en desarrollo, principalmente con sus anuncios en inversiones de la Ruta de la Seda?
En lo que es el comercio que muchos países tienen con China, y yo coloco a Estados Unidos porque también nosotros tenemos bastante comercio con China, no es de por sí un mal, pero sí hemos visto en muchos países bajo distintas circunstancias, inversiones que no reflejan los valores democráticos de la transparencia, de la competencia abierta. Eso sí es parte del reto que supone. Y como dijo el presidente Biden a raíz de la reunión del G-7, los países democráticos también tienen mucho que ofrecer a los países democráticos que están buscando inversión de infraestructura.
¿Y cómo buscarían la OTAN y EE.UU. contrarrestar esa influencia que está ganando China en regiones como América Latina?
Claro que hay una brecha muy grande de inversión que los países en América Latina y el Caribe están buscando cerrar. Necesitan infraestructura para tecnología, carreteras, infraestructura de distintos tipos. Los países democráticos como los miembros del G7, de la Unión Europea, Estados Unidos, lo que sí podemos ofrecer es inversión que ayude contra esta brecha, a la vez que sigue el Estado de derecho y lo fortalece en vez de socavarlo. Y que también es algo que respeta el proceso democrático.
Uno de los grandes hechos fue la postulación de Finlandia y Suecia para una posible inclusión a la Alianza. ¿No cree que esto podría derivar en mayores tensiones con Rusia?
El presidente Biden habló de la conversación que tuvo con Vladimir Putin antes de que se desatara su guerra contra Ucrania. En ese entonces, le advirtió a Putin que habría consecuencias, que aunque pensaba que la OTAN no era una alianza unida, vería cómo se iba a fortalecer. Y eso es lo que ha pasado. Las candidaturas de Suecia y Finlandia son parte de esta respuesta, son parte de las consecuencias que ahora Putin verá. Esos países que están al flanco y están al lado de Rusia se sentían y se sienten amenazados y ahora están tomando las medidas necesarias para adherir a la Alianza de la OTAN para defenderse.
¿Y con esto no vamos hacia un mundo más bipolar y a relaciones similares a las que había en la época de la Guerra Fría?
Pues no, no. La OTAN siempre ha sido y sigue siendo una alianza defensiva. Es una alianza donde los Estados miembros, a través del artículo cinco, se defienden unos a otros. Como dijo el presidente Biden, el artículo cinco quiere decir que un ataque a uno, es un ataque a todos. Eso es el núcleo de la Alianza. Así que es una alianza que no se basa en la agresión, no se basa en la expansión territorial. Se basa en la soberanía y en la integridad territorial, que es lo que estamos defendiendo en estos momentos.
El director adjunto del gabinete del presidente Volodymyr Zelenskiy, antes del inicio de la cumbre esta semana, dijo que la Alianza se había quedado corta en el apoyo al país. ¿Comparten esta frustración de que se puede hacer más para apoyar a Ucrania?
De parte de Estados Unidos vamos a seguir apoyando y ayudando al gobierno y al pueblo ucraniano. Hemos visto aquí en la cumbre que los demás Estados miembros de la OTAN han anunciado importantes aportes a Ucrania, porque todos tenemos un interés unido en que Ucrania pueda resistir a la violencia rusa y que pueda ganar.
¿Cambiarán los recursos que entrega cada país con el nuevo acuerdo estratégico?
Un pilar muy importante del concepto estratégico es el aumento de gastos hacia la defensa y hemos visto bastantes países comprometerse a aumentar lo que se gasta hacia la defensa, tratando el 2% del Producto Interior Bruto como un suelo desde el que todos deben partir como base. Así que hemos visto unos aumentos importantes y en las semanas que vienen veremos más detalle de cómo esos países van a lograr lo que se han comprometido.
¿Cuál va a ser ese despliegue de soldados y armamentos de los que se ha hablado durante esta semana?
En líneas generales estamos hablando de fortalecer el territorio de la OTAN, de los Estados miembros, con atención muy crítica hacia el flanco oriental de la Alianza, tanto en tierra como en mar. De parte de Estados Unidos vamos a aumentar el despliegue de aviones, escuadrones a Reino Unido. También en materia de buques, unos destructores, dos destructores, que van a España y también el envío de tropas a Polonia y un equipo de combate de brigada a Rumania. Otros países también han anunciado que van a reforzar el territorio de la OTAN y explicado cómo.
Nos habla del flanco oriental, pero el documento advierte una fragilidad en los vecinos del sur de la Alianza. ¿Cuáles son esos problemas que han identificado en Oriente Medio y en el norte de África?
En varios países en el flanco sur es la amenaza derivada de la inestabilidad de zonas de muy poca gobernanza, la amenaza que supone el terrorismo y más allá fíjese que los desafíos del cambio climático, que también son parte del concepto estratégico y de la cumbre, es algo que también va a tener impacto y de lo cual tenemos que prepararnos.
Llamó la atención esta semana la presencia de líderes de Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda. ¿A qué se debió su invitación? ¿Estados Unidos está interesado en establecer una alianza similar a la de la OTAN en el Asia Pacífico?
La presencia de esos cuatro estados de la región indo pacífica es importante, porque hablando antes del desafío que supone la República Popular de China, creo que las democracias tenemos una responsabilidad de juntarnos para prevenir más atentados contra la soberanía y la integridad territorial. Así que esa presencia histórica de esos cuatro países es algo que también desató otros diálogos, otras conversaciones multilaterales y bilaterales para determinar exactamente cómo podemos tratar ese desafío y no importa donde esté.
¿Y eso no podría abrir nuevas tensiones con China, que ha criticado esta postura de Estados Unidos hacia la región?
La postura china se caracteriza por su hipocresía. Creo que la postura allí es una donde ha habido una retórica bélica y agresiva y nosotros, en cambio, lo que apoyamos para la región indo pacífica es la soberanía, la integridad territorial, la libre navegación dentro del sistema del orden internacional basado en normas. Es importante tener esto siempre en primer plano.
¿Esa misma hipocresía también la ven en la relación de China con América Latina?
Estamos hablando aquí de un desafío específico en la región Indo Pacifico y creo que es distinto.
Colombia es el único socio global de América Latina de la OTAN, ¿tienen alguna preocupación de que la postura cambie ahora que tendrá un presidente de izquierda por primera vez?
Esto no tiene que ver con ideología tanto como los principios y los valores y qué efecto puede tener ciertas inversiones chinas o ciertos programas específicos chinos en los países de América Latina. No tiene por qué ser bueno o malo según el partido de gobierno.
¿Y les preocupa la influencia que tiene Rusia en países como Venezuela?
Siempre que vemos acciones agresivas eso es algo preocupante. En cuanto a la presencia rusa en Venezuela, no estamos hablando tanto de retórica o de promesas, sino veremos qué medidas, qué movimientos tomará Rusia y si son desestabilizadores, pues vamos a intentar prevenirlos o también vamos a actuar con nuestros socios en su contra.