Los pronósticos han arrojado que la economía de Venezuela se podría expandir a su ritmo más rápido en 15 años, lo que marcaría un repunte para un país que recientemente salió de la recesión más profunda de Latinoamérica.
Se espera que el producto interno bruto crezca un 8,3% este año, desde el 1,9% en 2021, según una encuesta realizada por Bloomberg a cinco economistas. El país se está viendo impulsado por el aumento de la producción de petróleo y está experimentando una expansión de los ingresos fiscales y del crédito bancario, lo que sugiere que la demanda interna está aumentando.
Los economistas habían pronosticado un crecimiento del 5,2% a diciembre. El banco central no ha publicado datos oficiales del PIB desde 2019.
Sin duda, la economía no es ni la sombra de lo que alguna vez fue. Una recesión de siete años que terminó en 2021 y estuvo marcada por episodios de hiperinflación y una crisis migratoria ha dejado vacío al país. Durante la última década, el producto interno bruto se contrajo a alrededor de US$49.000 millones frente a los US$352.000 millones en 2012, según el Fondo Monetario Internacional.
Según Ángel Alvarado, académico de la Universidad de Pensilvania y fundador del Observatorio de Finanzas de Venezuela, dijo durante una presentación en la que dio a conocer una previsión de crecimiento del 11,5% que, si bien podría parecer que el país al que siempre le ha ido mal ahora está creciendo, al mirar la historia reciente, se ve que no es nada comparado con los niveles de recesión que ha experimentado la nación.
Alvarado dijo que el país necesitaría registrar un crecimiento de dos dígitos durante una década para que la economía vuelva al tamaño que tenía en 2012.
Producción petrolera
Por ahora, se está beneficiando ya que los precios del crudo se han disparado casi un 50% este año a alrededor de US$115 por barril. Con más ingresos extranjeros de su mayor exportación, las importaciones y el consumo están en aumento.
Mientras tanto, el asediado sector energético del país ha logrado duplicar con creces la producción en los últimos dos años a alrededor de 700.000 barriles por día. El país tiene las reservas probadas de crudo más grandes del mundo y alguna vez llegó a extraer 3 millones de barriles por día.
Sin embargo, la producción se está estabilizando y el sector está desesperado por más inversión extranjera, que actualmente se ve obstaculizada por las sanciones económicas que impiden que las empresas estadounidenses hagan negocios con la petrolera estatal de Venezuela.
Si Estados Unidos reduce las sanciones, las nuevas inversiones podrían generar un impulso adicional a la producción de hasta 300.000 barriles por día, escribió Guillermo Guerrero, estratega de Emfi Group Ltd., en una nota a los clientes.
Si bien la Administración Biden ha mantenido la mayoría de las sanciones contra el país, ha señalado que está dispuesta a aliviar las restricciones si el presidente Nicolás Maduro avanza hacia la resolución de un prolongado enfrentamiento político con la oposición.
Para Guerrero, cualquier relajación de las sanciones a la industria petrolera daría un impulso importante al crecimiento.