QUITO — Según la calificadora de riesgo Moody’s, el malestar social y la presión política sobre el gobierno de Guillermo Lasso en Ecuador son factores “negativos para el soberano y frenarán los beneficios de los altos precios del petróleo”. Esto a pesar de que la destitución del presidente no prosperó en la Asamblea Nacional la noche de este 28 de junio.
De acuerdo con un informe de Moody’s, “el fracaso de la oposición en la destitución de Lasso no augura una mejora de la gobernabilidad” pues “seguirán existiendo importantes obstáculos para la formulación de políticas en el panorama político de Ecuador y la agenda de reformas del gobierno tendrá dificultades para cobrar impulso”.
Asimismo, la calificadora prevé que las medidas fiscales para hacer frente a la presión sociopolítica tendrán un “costo manejable”. Moody’s explica que la reducción de 10 centavos en los precios de la gasolina Extra y del diésel equivale a un costo anual de US$ 230 millones (0,2% del PIB), pero lo positivo es que los precios del petróleo aún son favorables.
Además, el reciente desembolso de US$ 1.000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) también apoyará el gasto presupuestario del Ecuador. “Incluso si el gobierno se compromete a otorgar más subsidios a los combustibles, esperamos que el ajuste fiscal en el actual contexto de altos precios del petróleo sea alcanzable. Sin un entorno de precios altos del petróleo, la presión fiscal y financiera sería más difícil para el gobierno”, afirma.
El análisis de la calificadora llega en medio de la mayor crisis política que ha vivido el Gobierno de Lasso que en mayo cumplió apenas su primer año.
Una de las exigencias del movimiento indígena es que el precio de los combustibles se reduzca aún más, y la gasolina Extra pase de US$ 2,45 a US$ 2,10 y el diésel de US$ 1,80 a US$ 1,50, a pesar de que el presidente ya hizo una primera revisión y bajó 10 centavos por galón en cada uno de estos combustibles.
Por ahora no se avizora un nuevo intento de diálogo luego de que Lasso anunciara que no retomará las negociaciones mientras “no existan las garantías”. El cierre del diálogo se dio después de que durante un enfrentamiento entre manifestantes y militares un uniformado resultara muerto.
El mandatario exige el cese de las acciones violentas y desconoció a Leonidas Iza como interlocutor de los manifestantes. De su lado, el movimiento indígena mantiene el respaldo a Iza pero insiste en dialogar y llegar a acuerdos mínimos con la administración de Lasso.