¿Cumplirá Saudi Aramco sus promesas de una mayor producción de petróleo?

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Bloomberg Opinión — Si el mercado petrolero fuera una religión, tendría como elemento central de su fe la capacidad máxima de producción de Saudi Aramco (2222), que se basa en la confianza en lo que esperamos que sea cierto y el convencimiento de lo que aún no hemos visto. El mercado está a punto de tener su revelación.

El gigante petrolero saudí asegura que puede bombear de forma continua 12 millones de barriles al día, una cifra muy superior al objetivo de la OPEP+ de agosto, de 11 millones de barriles. La capacidad sobrante saudí es la última línea de defensa contra una mayor inflación en el plano energético para la economía global. Sin embargo, salvo algunos altos ejecutivos de la empresa y un puñado de miembros de la realeza saudí, no hay nadie que sepa con certeza si Aramco puede realmente cumplir sus objetivos. Los demás tienen una fe ciega, o simplemente no creen que sea posible.

En la Cumbre del Grupo de los Siete, Emmanuel Macron fue sorprendido comunicando a Joe Biden información de segunda mano que apunta a que los saudíes carecen de la capacidad de producción de petróleo que dicen tener. Llámelo secularismo francés.

La verdad saldrá a la luz en las próximas semanas. Este jueves, la OPEP+ autorizará el último de sus aumentos mensuales de producción, dando a Riad un objetivo de casi 11 millones de barriles diarios para agosto. Aramco únicamente ha bombeado a ese nivel durante un total de ocho semanas a lo largo de toda su historia, a finales de 2018 e inicios de 2020. Pero ahora se enfrenta a la perspectiva de mantener ese nivel, o uno mayor, por varios meses, quizás hasta más: durante el resto de 2022 y hasta 2023.

Desde hace aproximadamente ocho semanas ha habido un nivel de actividad frenético en Aramco por los preparativos para el aumento de la producción. El “MSC”, como se conoce a la capacidad máxima sostenible en la sede de la empresa en Dhahran es el principal tema de debate. En privado, los expertos de la empresa afirman que se pueden alcanzar los 12 millones de barriles diarios en 30 días y sostener ese nivel durante al menos 90. ¿Y más tiempo? Aramco sencillamente está convencida de que demostrará que los escépticos como Macron están equivocados. Tengan fe es su mensaje.

En la actualidad, la empresa está tomando medidas para aumentar su MSC de 12 millones de barriles a 13 millones. Sin embargo, el primer aumento, de 25.000 barriles diarios, no se producirá hasta 2024. El grueso de la ampliación, que incluye el aumento de la producción en tres yacimientos clave conocidos como Zuluf, Marjan y Berri, está previsto para 2025 y 2026.

La MSC es un secreto porque nunca se ha puesto a prueba durante un periodo prolongado. En abril de 2020, Riad informó de su media mensual más alta, con 11,55 millones de barriles al día. Por aquel entonces, Aramco bombeó brevemente, durante unos días, según he oído, 12 millones de barriles al día. Los ejecutivos de la compañía, incluyendo a su CEO, Amin Nasser, se hicieron selfies frente a una gran pantalla que mostraba la producción que alcanzaba un nivel récord. En un momento dado llegó a los 12,3 millones de barriles. Sonrisas por doquier.

Sin embargo, a puerta cerrada, las situaciones eran más complejas. Los ejecutivos de la industria petrolera saudí describen en privado ese esfuerzo como un verdadero desafío y expresan su preocupación por tener que sostener el nivel. La idea interna es que una cosa es alcanzar brevemente el objetivo y otra muy distinta es seguir extrayendo y extrayendo durante un año.

Durante los últimos meses, los ejecutivos petroleros y los funcionarios del sector energético que han hablado con los saudíes han recibido señales contradictorias sobre la capacidad de Aramco. Muchos han oído decir, en términos inequívocos, que la empresa cumplirá. No obstante, he escuchado una versión diferente de algunos otros que tienen conexiones íntimas con el reino y dicen que cualquier cosa por arriba de 11.2 a 11.3 millones de barriles por un período de más de unos pocos meses resultaría difícil.

Esa versión más escéptica que se hace eco de lo que se escuchó que Macron le dijo a Biden en el G7. El jeque Mohammed bin Zayed, gobernante de los Emiratos Árabes Unidos, le dijo que los saudíes no podían aumentar mucho la producción: tal vez podrían ser otros 150.000 barriles diarios, y que, si se necesitaba más, Riad necesitaba otros seis meses. “No tienen grandes capacidades” extras, se le escuchó decir al dirigente francés.

Ambos escenarios, el optimista y el pesimista, podrían ser simultáneamente ciertos. Extraer 12 millones de barriles al día puede ser posible y también muy difícil; lo difícil no tiene por qué ser igual a imposible. La experiencia dice que Riad hará lo que sea necesario para mantener su reputación como el proveedor de petróleo más fiable del mundo. No habrá problemas de dinero; se aprobarán perforaciones adicionales, se retrasará el mantenimiento y se explotarán a fondo los depósitos de petróleo si es necesario.

La empresa puede tirar de algunas manivelas adicionales para suministrar más en lugar de producir más, manteniendo la ilusión de una mayor capacidad. La compañía mantiene un vasto almacenamiento de crudo en Egipto, los Países Bajos y Japón, desde donde podrá enviar más barriles. Asimismo, mantiene una reserva estratégica de productos refinados en cavernas subterráneas en cinco lugares del reino. Puede recurrir a esa reserva poco conocida, que ha tardado dos décadas en construirse, para abastecer su mercado interno de gasolina, gasóleo y combustible para aviones durante un tiempo, lo que reduciría el consumo de crudo en sus refinerías locales y liberaría más para la exportación. Secretamente, eso es justamente lo que hizo Riad tras el ataque en 2019 a su gran centro de procesamiento de petróleo de Abqaiq.

También hay precedentes que dicen que cuando el mercado ha dudado de la capacidad saudí para aumentar la producción, el reino ha demostrado que los detractores estaban equivocados. Probablemente el ejemplo más notable sea el del difunto Matt Simmons, autor del muy discutido libro “Twilight in the Desert: The Coming Saudi Oil Shock and the World Economy” (Crepúsculo en el desierto: el shock petrolero saudí que se avecina y la economía mundial), perdió una apuesta que se basaba en su opinión que la producción de petróleo saudí había llegado a su punto máximo.

Y, sin embargo, hay razones para preocuparse.

De acuerdo con el prospecto de su OPI, Aramco no sólo utiliza su capacidad de reserva para satisfacer los aumentos de la demanda mundial de petróleo, sino también para “mantener sus niveles de producción durante el mantenimiento rutinario de los campos”. Cuando Riad alcance su máxima producción sostenible, Aramco se verá obligada a operar sus campos petrolíferos a pleno rendimiento con muy poco mantenimiento, una receta para problemas. Cualquier interrupción no planeada, que en tiempos normales Arabia Saudita puede ocultar gracias a su capacidad de reserva, sería catastrófica. No habría ninguna red de seguridad.

Independientemente de la verdadera cifra de producción potencial, algo está claro: los días en los que Aramco podía extraer fácilmente más y más barriles han terminado. A partir de ahora, cada barril adicional es una lucha.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.

Este artículo fue traducido por Miriam Salazar