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Se estima que en 2021 el capital de riesgo movilizado en Latinoamérica alcanzó un récord de US$15.700 millones, más que en la década anterior, pero este año las startups de la región han tenido que afrontar diversos retos de acceso a capital en un escenario de mayores tasas de interés e incertidumbre económica.
A pesar de los desafíos de este año que se han reflejado en la ola de despidos en Latinoamérica, la proptech Habi se convirtió en el segundo unicornio de Colombia después de Rappi, mientras que la fintech ecuatoriana Kushki fue la primera en su país en alcanzar ese estatus.
Y si bien “la región sigue estando muy por detrás de Norteamérica y Asia en cuanto a su participación en el valor global del ecosistema, América Latina está creciendo a un ritmo impresionante”, de acuerdo un informe de la firma de investigación Startup Genome.
En su informe, titulado The Global Startup Ecosystem Report 2022, destaca que desde el 2012 el promedio global de rondas de Serie A se ha triplicado y solo el año pasado “un récord de 540 empresas logró el estatus de unicornio, frente a 150 en 2020″.
En su reporte, Startup Genome destaca cuáles son los principales ecosistemas de startups en el mundo de acuerdo a diversos factores que van desde el nivel de financiación, hasta la conectividad, el alcance del mercado, conocimiento, talento y experiencia.
Este año Norteamérica sigue dominando la clasificación mundial con el 47% de los 30 principales ecosistemas, mientras que Asia ocupa el segundo lugar con un 30%.
La lista es liderada por Silicon Valley (California), epicentro global del emprendimiento y sede de las más grandes e innovadoras empresas tecnológicas en el mundo con un valor promedio del ecosistema de US$2 billones.
Le siguen en el mundo Nueva York, Londres, Boston, Pekín, Los Ángeles, Tel Aviv, Shanghái, Seattle, Seúl, Washington DC, Tokyo, San Diego, Amsterdam-Delta, París, Berlín, Toronto-Waterloo, Singapur, Chicago y Sidney.
Más abajo aparecen Estocolmo, Bangalore- Karnataka, Shenzhen, Denver-Boulder, Austin, Delhi, Philadelphia y Sao Paulo, puesto 28 en el mundo y el mejor clasificado en Latinoamérica de acuerdo a Startup Genome.
“Su tamaño y densidad ofrecen a los fundadores un gran mercado y la oportunidad de conectarse con otros innovadores”, destaca el reporte sobre Sao Paulo y explica que el valor de ese ecosistema equivale a US$108.000 millones.
En ese mercado las rondas semilla promedio son de US$432.000 y las series A alcanzan los US$4,8 millones, destacándose particularmente sectores como la tecnología financiera, las proptech y las soluciones digitales aplicadas a la agricultura.
El segundo ecosistema más poderoso de Latinoamérica es Ciudad de México, tierra fértil para las soluciones de fintech con sus más de 21 millones de residentes y su “vibrante escena tecnológica y cultural”, destaca Startup Genome.
Ciudad de México es un ecosistema de startups valuado en US$22.000 millones en donde las rondas semilla promedio son de US$500.000 y las series A de US$9,5 millones.
Calificado como “un emocionante centro de empresas emergentes” Buenos Aires es el tercer mayor ecosistema de startups en Latinoamérica y está valuado US$7.000 millones gracias al impulso que le dan las soluciones de fintech y lo referente a blockchain que empieza a ganar bastante fuerza.
Según Startup Genome, “desde 2008, aceleradoras e incubadoras financiadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y esquemas de inversión público-privada han apoyado a más de 30.000 emprendedores de la ciudad”.
El cuarto mayor ecosistema de startups en Latinoamérica es Santiago-Valparaíso y el quinto es Río de Janeiro.
Como parte del informe también se incluye una sección referente a los principales retadores regionales, entre los cuales se incluyen los ecosistemas de Bogotá, Curitiba, Belo Horizonte Guadalajara y Porto Alegre.
Particularmente sobre Bogotá destaca que es un ecosistema valuado en US$$9.800 millones que tiene diversas fuentes de financiación que incluyen al menos 21 fondos de capital de riesgo y bancos, tres redes de inversores ángeles, entre otros.
“Este enérgico crecimiento del ecosistema fue posible, en parte, gracias a la aprobación de una ley de emprendimiento en enero de 2021, que alivió las cargas regulatorias de las empresas y apoyó el desarrollo del talento local facilitando la fundación y el crecimiento de startups en el país”, resaltó Startup Genome
