Petro se suma al bloque de izquierda regional: ¿cuál es el rumbo de Latinoamérica?

Con el viraje a la izquierda en Colombia y a la espera de lo que pueda ocurrir en Brasil, Latinoamérica comienza una nueva etapa en las relaciones comerciales y diplomáticas

De izquierda a derecha los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; Perú, Pedro Castillo; Colombia, Gustavo Petro; Argentina, Alberto Fernández; y Chile, Gabriel Boric.
24 de junio, 2022 | 04:00 AM

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Las principales economías de Latinoamérica dieron el giro a la izquierda y la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia colombiana confirma la inclinación hacia el cambio como ocurrió en Perú y Chile, mientras resta por ver qué sucederá en las elecciones de Brasil, la mayor economía de Latinoamérica.

Desde crear un frente antipetróleo con los líderes de Latinoamérica afines a su propuesta, hasta desarrollar la integración regional comenzando por “revitalizar” la Comunidad Andina, la llegada de Gustavo Petro reacomoda el ajedrez político en Latinoamérica.

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La victoria de Petro no solo marca un hito al convertirse en el primer presidente de izquierda en ese país, sino que también sacude la política exterior ya que Colombia es uno de los principales aliados de EE.UU. en América y ese diálogo estuvo marcado en los últimos 20 años por la visión del uribismo, que cierra un ciclo con la actual Administración de Iván Duque.

El académico Mauricio Reyes, profesor de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional de Colombia, manifestó a Bloomberg Línea que si bien hay “una unidad que se podría considerar ideológica”, también existen “unas dinámicas económicas que no son enteramente compatibles en cado uno de esos procesos”.

Citó los casos de México y Brasil, en donde el tamaño de sus economías conlleva “una inercia y un gran aparato que no puede ser modificado bruscamente”, por lo que a pesar de que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, “retóricamente invoca unos cambios ideológicos, en la práctica el sistema económicamente no se ha modificado”.

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En todo caso, esta “integración latinoamericana desde una perspectiva más horizontal, más equilibrada y menos subordinada, como lo ha dicho Petro o López Obrador, constituye una oportunidad estratégica para fortalecer la región política y económicamente hablando”, destacó en entrevista con Bloomberg Línea la profesora de la maestría en Estudios Políticos Latinoamericanos de la Universidad Nacional (UNAL), Carolina Jiménez.

Según la académica, en términos de política exterior fueron importantes los primeros diálogos que ha mantenido Gustavo Petro con algunos de los líderes de la región con miras a impulsar una estrategia que permita el desarrollo económico de Latinoamérica desde “unas capacidades diferenciadas, pero integradas que tienen”.

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“Es decir, se trata más de una lógica de fortalecer mercados regionales articulando las capacidades y las dimensiones en las que son competitivos cada uno de los mercados, lo cual posibilitaría también generar unos márgenes para diversificar los procesos de política económica y exterior, sobre todo ante una dependencia tan importante que tienen todos nuestros países con mercados como los de EE.UU. y China”, apuntó Jiménez.

Por su parte, Germán Prieto, profesor de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, comenta en conversación con Bloomberg Línea que en este momento “no es suficiente con que haya más gobiernos de izquierda en la región para que se vuelva a potenciar la integración, lo que se necesitan son ideas y propuestas concretas que le aporten beneficios a los diferentes países”.

“No creo que ni la izquierda ni la derecha sean mejores o peores en materia de integración, eso todo depende de las propuestas que se hagan”, expresó el académico al señalar que ninguno de los líderes de izquierda en Sudamérica ha ahondado hasta el momento en ese tema.

El presidente electo de Colombia, a la izquierda, y Francia Márquez, vicepresidenta electa de Colombia, durante un mitin nocturno tras la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Bogotá, Colombia, el domingo 19 de junio de 2022.

“Ojalá el candidato a la Presidencia de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva lo haga (una propuesta en ese sentido), sería bueno que Petro también lo hiciera, pero en cualquier caso lo más urgente para la integración en Sudamérica es ayudar a resolver la crisis política de Venezuela. Sería muy desacertado comenzar de nuevo un esfuerzo de integración en el que se excluyera a Venezuela, o en el que se incluyera pero manteniendo esa falta de legitimidad que tiene Nicolás Maduro”, afirmó.

Y en torno al tema comercial consideró que “no es mucho lo que se pueda hacer” en la región, debido a que prácticamente todos los países tienen acuerdos comerciales con el resto del mundo y tienen su comercio liberalizado entre los latinoamericanos casi que al 100%.

Más bien de lo que se trata es de políticas que aumenten la competitividad de las exportaciones y eso se hace con inversiones en ciencia y tecnología, con formación de capital humano, con mejoramiento en la infraestructura, en la conectividad, potenciando el sector de tecnología y comunicaciones, pero las herramientas de liberalización comercial en lo que tiene que ver con aranceles ya están agotadas, tal vez en materia de barreras no arancelarias sí se podrían hacer un poco más de acuerdos”, ahondó.

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Prácticamente a un mes de su posesión oficial, Gustavo Petro ha adelantado algunas de las posturas que asumirá en el plano internacional tras las conversaciones que mantuvo con el presidente estadounidense, Joe Biden, o el venezolano, Nicolás Maduro.

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Mientras con EE.UU. concordó en mantener una relación “más igualitaria”, con Venezuela dijo que buscará reabrir las fronteras y “restablecer el pleno ejercicio de los derechos humanos en la frontera”.

Durante la campaña Petro también mencionó que “se avecina una fuerte alianza entre Colombia y Brasil. Primer objetivo: salvar la selva amazónica, fundar la bioeconomía en el conocimiento científico de la diversidad de la selva”.

Con líderes de izquierda en los cuatro mercados de la Alianza del Pacífico (Colombia, México, Chile y Perú), se espera que este bloque económico se consolide en los próximos años con un norte común, en contraste con el debilitamiento de otros mecanismos de integración como el Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur).

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Tras la suspensión de Chile de esa alianza por parte del presidente Gabriel Boric, la llegada de Petro al poder en Colombia augura un futuro incierto para ese mecanismo que fue promovido por el expresidente chileno Sebastián Piñera y el mandatario colombiano, Iván Duque, como alternativa a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

“Yo creo que con excepción de Mercosur el resto de procesos todavía les falta mucho por avanzar, creo que en la negociación puede generar algunas sinergias (la llegada de Gobiernos de izquierda en la región) y algunos acercamientos en lo económico”, complementó el académico Mauricio Reyes, de la Universidad Nacional de Colombia.

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Pero matizó que en términos generales los procesos políticos en Latinoamérica están tendiendo a ser “pendulares” y muchos mecanismos de integración “al hacerse de manera ideologizada no permiten una continuidad en ellos”.

“Estamos en un momento del péndulo dirigido por las izquierdas, pero en la mayoría de esos países, diría uno en Chile y en Argentina, por ejemplo, otra vez hay un claro movimiento pendular hacia la derecha”, manifestó.