P: ¿La adopción creciente de criptomonedas en América Latina es realmente un hecho comprobable o apenas otra burbuja?
R: A fines del año pasado realizamos junto a Americas Market Intelligence (AMI) una encuesta entre consumidores y PyMEs de América Latina. La encuesta revela que la región es una de las más efervescentes en el segmento de los “cripto-curiosos”, que es como se llama a aquellas personas que se acercan a las divisas digitales pero todavía no las usan. Un estudio más reciente, el New Payments Index 2022 de Mastercard, confirma que 51% de los latinoamericanos realizó al menos una operación con criptomonedas durante 2021, aunque no tienen todavía muy en claro qué son ni cómo funcionan: 77% se declara dispuesto a usar criptomonedas si tuviera más información.
2021 fue un año clave para las criptomonedas en la región. La crisis económica que dejó la pandemia las impulsó en todos los países, especialmente en aquellos que tienen sus monedas más devaluadas, como Argentina y Venezuela. Adicionalmente otras economías, como El Salvador, han tomado una posición más abierta en cuanto a la adopción de criptomonedas: en este país Bitcoin ya es oficialmente una moneda de curso legal.
Es interesante porque, a medida que progresa la expansión de criptomonedas en la región, cambia también el público y el uso que se les da. Al principio, las criptomonedas se asociaban a los sectores de mayores ingresos y más tecnológicos, que las veían sobre todo como inversión, pero el estudio de AMI-Mastercard revela un cambio demográfico: los cripto-curiosos de ingresos bajos y medios (68%) ya superan a los de ingresos altos (32%), lo que anticipa que la próxima generación de usuarios de criptomonedas será más variada.
Adicionalmente, los consumidores también están cambiando el uso que se les da a estas mismas. Los latinoamericanos lideran en uso de criptomonedas para envíos de remesas, como una manera de proteger sus valores de la inflación y de la devaluación de las monedas locales; al mismo tiempo, estas soluciones ayudan a minimizar costos de procesamiento de estos pagos. Pero también empiezan lentamente a introducirse en la vida cotidiana como método de pago: 39% de los latinoamericanos realizó una compra con stablecoins el año pasado, revela el New Payments Index, mientras que 10% de las PyMEs de la región ya acepta divisas digitales y otro 15% está en plena transición, por la alta demanda de los consumidores (AMI-Mastercard).
P: ¿Pueden coexistir los nuevos métodos de pago con los tradicionales?
R: De hecho, ya lo hacen. En Mastercard estamos comprometidos con el objetivo de ampliar las opciones de pago de los consumidores. Gracias a nuestra estrategia multiplataforma, estamos construyendo alianzas robustas con fintechs, comercios, bancos y hasta gobiernos para desarrollar juntos soluciones de pagos que les permitan a los consumidores elegir cómo quieren pagar. América Latina responde bien a estas alianzas: aunque 35% de los latinoamericanos prefiere operar con criptomonedas a través de un banco, la región confía más en las fintechs que otros mercados globales, informa el New Payments Index.
El programa de tarjetas cripto de Mastercard permite a los consumidores -que tienen una billetera con un balance en cripto- usar nuestras tarjetas para pagar con ese balance en cualquier establecimiento que acepta nuestra marca. Para el comercio termina siendo una transacción igual a cualquier otra, pues recibe el pago en moneda local. La conversión de cripto a la moneda local se ejecuta al instante que se procesa el pago, de esta manera el comercio puede aceptar el pago sin tener que recibir criptomonedas directamente y concretar esa transacción en segundos con el respaldo de la seguridad de Mastercard.
P: ¿Qué tipos de alianzas tiene Mastercard con emisores, exchanges y bancos centrales?
R: Mastercard es el socio preferencial de todos los agentes de la cadena de pagos con criptomonedas. A través de nuestro programa Start Path Crypto, apoyamos la innovación de emprendedores y empresas de activos digitales para que puedan transicionar al universo cripto a través de nuestra red y nuestros productos. Este año, sumamos al programa a dos fintechs de América Latina: Bifty, de Brasil, y Belo, de Argentina. También tenemos el Crypto Card Program, que estimula el uso de criptomonedas para operaciones cotidianas a través de asociaciones con exchanges y billeteras digitales que permiten hacer la conversión de dinero.
Es importante destacar que, según informa AMI-Mastercard, 32% de los consumidores de la región prefieren usar sus tarjetas de crédito, débitos o prepagas para hacer sus operaciones con criptomonedas. Las tarjetas Mastercard ofrecen también programas de recompensa que permiten a los consumidores canjear sus puntos por criptomonedas o directamente ganar criptomonedas para futuras compras. Tenemos también una serie de servicios para los usuarios y consumidores que se están plegando a la cripto-economía que garantizan los mismos niveles de seguridad y confianza de nuestros tradicionales métodos de pago. Además, estamos activamente trabajando junto a los distintos gobiernos de la región para ayudarlos en el proceso de ampliación de la cripto-economía y apoyarlos en el desarrollo de sus propias CBDCs. Vincular el Sand Dollar del banco central de Bahamas a una tarjeta Mastercard es un ejemplo de cómo las alianzas público-privadas pueden prosperar en el espacio digital. En Mastercard estamos comprometidos a ayudar a los bancos centrales a llegar a los consumidores y empresas con transacciones simples y seguras, al mismo tiempo que dan utilidad a las CBDCs.