Retroceso tecnológico en Venezuela, una oportunidad para innovadores

El FI se instaló en Caracas hace un año. Desde entonces, se han topado con hallazgos sorpresivos, que pasan por las postulaciones de cientos para sus programas de formación

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Caracas — Cuando el Founder Institute, la aceleradora de startups más grande del mundo, se instaló en Caracas hace un año, la representación asignada en Venezuela no esperaba el elevado número de aplicaciones con la que contó su convocatoria inicial, para ser parte del programa de aceleración. Fueron 168 en total, los que aplicaron para la primera cohorte, en la que se graduaron nueve emprendedores, con ocho de ellos formalizando el lanzamiento de su compañía tecnológica en un mercado hostil pero ávido.

E-commerce, marketplaces, edtech o fintech. La variedad estuvo presente tanto en las postulaciones como al momento de concretar el modelo de negocios, con el acompañamiento ahora del Founder Institute, capítulo Caracas, para la guía en el proceso de desarrollo y en la búsqueda del levantamiento de capital.

El talento oculto en materia tecnológica en Venezuela fue un hallazgo sorpresivo para los directores del FI en Caracas, entre ellos Sandy Gómez, economista y especialista en valoración de Arca Análisis Económico, quien luego de haber logrado anclar al FI en la capital venezolana, de forma orgánica y hasta anecdótica, se ha impresionado con la respuesta que afines al área han dado a su presencia, y cómo frente a un contexto económico complicado, con pocas garantías, el compromiso se hace mayor.

Para la postulación en los programas de guía y capacitación del FI, de casi cuatro meses de duración aproximadamente y que ya en Venezuela se han ejecutado dos de ellos con entrenamiento de expertos, se asumen exámenes psicométricos que permiten evaluar la disposición de los emprendedores o futuros empresarios en compañías de tecnología, y su capacidad para hacer frente a obstáculos de distinta índole.

En Venezuela, dónde los emprendimientos han crecido a la par de la crisis por necesidad y destrucción del empleo formal, con un tiempo de vida para los negocios reducido a tres años, por la improvisación o falta de formación, el Founder Institute, que se dedica precisamente a proporcionar las herramientas adecuadas para lidiar o evitar errores, se ha topado con una generación más consciente y arraigada, que ve en el mercado venezolano, ese mismo que presenta retrocesos hasta en los mecanismos de pago, una oportunidad perfecta para innovar.

“Hay muchas cosas que para cerrar la brecha en el mercado venezolano, lo puedes hacer trayéndote las mejores prácticas. No tienes que reinventar la rueda y el delivery es uno de ellos, no lo inventamos nosotros, ya existía en otros lugares, lo que pasa es que no habíamos encontrado la fórmula para meternos en este mercado, pero el segundo gran catalizador es que al pasar nosotros al sistema multimoneda, no tenemos las denominaciones de billetes para pagos pequeños, entonces la aplicación solucionó ese tema de pago. Son problemas que todavía tenemos en Venezuela y que son del día a día y que es posible que se extiendan, y a los que se les puede plantear sin embargo una solución”, comenta Gómez, en conversación con Bloomberg Línea.

A la falta de avances tecnológicos en el país, que apenas comienza a contar con nuevas opciones de acceso a internet con enlaces satelitales, se le suma otro factor, que si bien destaca los elementos más negativos de la crisis económica nacional, también es utilizado como punto de honor al momento de reconocer fallas y no repetirlas.

“Venezuela tiene una particularidad, cuando el país ha pasado por sus ciclos de bonanza todos esos errores quedan como debajo de la alfombra, porque bueno, hace 30 años un emprendedor de su momento no tiene que haber sido un emprendedor Tech, lanzó una iniciativa y quebró, pero a lo mejor lo hizo con créditos subsidiados y la cicatriz no duele igual. Hay muchas cosas que esta generación no tiene. Créditos no tiene. Ese error no lo va a cometer así, ya el error distinto sería información nueva sobre el ecosistema”, explica Sandy Gómez, quien además revela que por ello mismo, el acompañamiento del FI no se detiene al final de la capacitación y continúa incluso hasta lograr una participación en las rondas de inversiones.

La aceleradora, con sede en Sillicon Valley y con presencia en 200 ciudades desde 2009, es reconocida además por venezolanos que hacen vida en el mundo tech, a lo extenso de todo el país y en las más recónditas ciudades, con altísima experiencia en programación y ofertando su trabajo para grandes compañías en Estados Unidos y el resto del continente.

Marco Villegas, director de Arca Análisis Económico y co-director del FI Caracas habla sobre ese talento que han podido identificar frente a tantas solicitudes, que además de agradecer la presencia de la institución en el país, también ven con entusiasmo la participación de venezolanos expertos y exitosos entre los mentores.

“Nos han dicho: ‘Con eso siento que ayudo un poco a Venezuela’. Con todo el conocimiento que puedan tener y dispuestos a aportar en el proceso, y ha sido una de las mejores experiencias que hemos podido experimentar. Venezolanos en Google, en Meta (Facebook), Amazon, o en las startups que ya están acá, están apoyando en el ecosistema”, sostiene Villegas sobre la integración de los facilitadores en los programas de aceleración, que avanza hacia una tercera convocatoria en el país suramericano.

La sostenibilidad de las ideas propuestas en un mercado como el venezolano, claro que resulta cuestionable, sin embargo desde la delegación del FI en Caracas, prefieren enfocarse en la fortaleza detrás de quién lo propone y su flexibilidad para mutar y soportar el ‘laboratorio Venezuela’, con la mira puesta en ofrecer soluciones, pues una vez que eso ocurra, en otros escenarios será más sencillo.