En medio del desplome cripto, nace un ETF que apuesta en contra del bitcoin

Este 21 de junio empezó a operar BITI, un fondo para estar en corto respecto de la criptodivisa. Los amantes del bitcoin se preguntan por qué no se aprueba un ETF a favor

Los criptofanáticos se preguntan por qué no aprueban un ETF a favor del bitcoin
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Aquellas personas que creen que el bitcoin (XBT) seguirá cayendo y buscan hacer una inversión en ese sentido, desde hoy cuentan con una vía institucional para tal apuesta de mercado: el Short Bitcoin Strategy ETF (BITI), perteneciente a la empresa ProShares.

El BITI es un fondo de inversión cotizado (ETF, por sus siglas en inglés) que proporciona un mecanismo para que los inversores se beneficien de la caída de la principal criptodivisa, posicionándose en corto, lo que en la jerga se denomina shortear un activo.

Cuando un inversionista se posiciona en corto lo que hace es esperar la caída de un activo, porque al final se queda con la diferencia entre lo que compró y lo que vendió (que es más barato que el precio de compra).

Enojo de los criptofans

La noticia no cayó nada bien en los amantes del bitcoin, que critican a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) por haber aprobado un vehículo de inversión que apueste en contra del criptoactivo, pero no uno que apueste a favor de la cotización inmediata.

Hay que tener cuenta que ProShares ya lanzó un ETF que permite invertir en futuros del bitcoin (el BITO) y existe además un fideicomiso de la empresa Grayscale, denominado GBTC, que invierte en bitcoins. Pero no hay aún un ETF para el mercado de contado (o spot) del bitcoin, como sí sucede en el caso de otros activos.

Las redes sociales han reflejado las críticas tanto de pequeños inversores, como de grandes jugadores de la industria.

BITO, lanzado anteriormente por ProShares, es un ETF de futuro del bitcoin y ahora (ProShares) posee también un fondo no bitcoin. Pero no se permite un ETF de Bitcoin. ¿Qué tal?”, escribió Darin Feinstein, un empresario de la industria blockchain que cuenta con casi 18 millones de seguidores en Twitter. El post fue acompañado por la cara de un payaso, burlándose de los reguladores.

“Así que los inversores de EE. UU. ahora pueden comprar un ETF corto de bitcoin a medida que el mercado se acerca a los mínimos, genial. Pero, aún así, no hay ETF de bitcoin al contado para que la gente compre y mantenga a largo plazo. ¡Maldita sea la SEC!”, apuntó en sus redes Lark Davis, especialista en criptomonedas y fundador de Wealth Mastery.

Centenares de estos mensajes inundaron la red, como muestra del rechazo a una supuesta discrecionalidad del organismo regulador en contra de bitcoin.

El ETF anti bitcoin

Según explica el propio website oficial de BITI, este ETF de ProShares “busca una rentabilidad de -1 veces la rentabilidad de su índice de referencia subyacente (objetivo) para un solo día”.

Apostar en contra de un activo suele ser una inversión para personas con cierto grado de sofisticación. Es por ello que la propia empresa advierte que “los inversores deben supervisar sus participaciones con una frecuencia tan elevada como la diaria”.

Un año difícil para el bitcoin

El fondo antibitcoin llega en un momento muy particular para la criptodivisa, que que encuentra cotizando en torno a los US$21.000, muy lejos de su máximo de US$67.734, alcanzado el 9 de de noviembre de 2021.

La realidad de la cripto más popular no escapa a la de otros activos de riesgo que se vieron beneficiados por el exceso de liquidez que inyectó la Reserva Federal de los Estados Unidos durante la pandemia del coronavirus y que ahora caen de manera contundente ante un mercado con tasas más altas y dinero más caro.

¿Qué es un ETF?

Un ETF o fondo de inversión cotizado tiene la ventaja de que, a diferencia de otros fondos, es negociado en el mercado secundario y replica el comportamiento de un activo. Es decir, se puede comprar y vender igual que si fuese una acción.

¿Qué aportaría un ETF que juegue a favor del bitcoin? Por ejemplo, un inversor que no se anima a comprar criptomonedas, por tratarse de un mercado desregulado, tendría forma de seguir la cotización del bitcoin desde un mecanismo institucionalizado y regulado por la SEC.

También podría atraer a jugadores institucionales que, por cuestiones normativas intrínsecas a su propio diseño empresarial, no pueden invertir directo en bitcoin.