Caracas — Con la victoria de Gustavo Petro en Colombia, el encontronazo con Nicolás Maduro en plena campaña presidencial, parece haber quedado atrás. La celebración del mandatario venezolano se hizo pública rápidamente en las redes sociales, realzando las expectativas sobre la reactivación de las relaciones diplomáticas entre ambos países, ahora con quien fue aliado de Hugo Chávez al frente de la nación suramericana.
Maduro, que en febrero cuestionaba a los nuevos líderes de izquierda en la región, calificándolos de “cobardes”, siendo refutado así por el mismo Petro, quien le pidió llevar a Venezuela a la más “profunda democracia”, se regocijó el domingo tras los resultados de la segunda vuelta electoral en Colombia y los nuevos tiempos que suponen la victoria del candidato de centro izquierda.
Diosdado Cabello, el número dos del chavismo, también asumió una postura similar en los últimos meses, llamando a Petro “tibio” y “aguado” durante la carrera hacia la silla presidencial, y felicitándole ahora por su elección ganada.
La autenticidad de estos enfrentamientos si bien podría ser puesta en duda, pese a la afinidad que ya podía haber existido entre Petro y Maduro, por la cercanía con Chávez, la realidad está sujeta más bien a los giros que se permita tomar el nuevo presidente electo en Colombia en su inclinación política.
Lo considera así el analista político Luis Salamanca en contacto con Bloomberg Línea. La cooperación que pueda ejercer Petro con Nicolás Maduro, y la posible entrega de activos como Monómeros Colombo-Venezolanos, son futuras implicaciones, que estarán determinadas por su compromiso ideológico.
“Obviamente el giro de Petro es hacia la izquierda, allí va a ser. Va a ser un hecho. Lo que queremos saber es si va a ser un giro a la izquierda democrático o un giro a la izquierda cavernario. Hay tantas implicaciones con Venezuela. Yo supongo que Guaidó no será reconocido por el nuevo presidente, hay que esperar que pasará con eso, igual con los venezolanos que tienen a Colombia como segunda patria”, comenta el profesor de movimientos Sociales y Derecho Constitucional.
Las presiones que Petro y su nuevo cargo traen consígo son igualmente evaluadas por Salamanca, precisamente por su pasado guerrillero, el que espera le permita darse cuenta de los errores cometidos anteriormente, como también ocurre con el caso venezolano.
“Esperemos que sea como Teodoro Petkoff, que fue un guerrillero que después se dio cuenta del error y que cuando le tocó gobernar como Ministro de Economía, bueno gobernó correctamente y no según los criterios del extrema izquierda a la cual él había pertenecido en el pasado esa es la gran incógnita con Petro (...) Tiene en Venezuela una experiencia muy potente para darse cuenta de errores, de cómo no se debe gobernar o intervenir la economía”, agrega el politólogo, al asegurar que cualquier decisión va a repercutir en Venezuela, por activa o por pasiva.
El pasado de Petro con el chavismo resulta difícil de ignorar en algunos de los más amplios análisis, así como su alineación con los ideales del socialismo del siglo XXI, y su vínculo con una de las principales promotoras en la región, Piedad Córdoba, acorde a la que opina el analista político, Victor Maldonado.
Sostiene entonces cuatro posibles vertientes de su impacto en Venezuela, partiendo de estos ideales impulsados por Chávez. “Significa una reformulación radical de los balances estratégicos a favor del socialismo del siglo XXII. Si antes uno podía pensar que Nicolás Maduro estaba estabilizado en una crisis, en donde él pudo metabolizar el tema de las sanciones y pudo absorber y devorar el desafío del interinato ahora con la perturbación de Colombia y su asimilación al socialismo, por supuesto que está más tranquilo que nunca”, sentencia Maldonado en conversación con BBL.
Para la oposición venezolana, esto representa una pérdida del respaldo colombiano y el refugio que esto conllevaba para los perseguidos políticos en Venezuela. “El régimen puede ahora beneficiarse de la inteligencia colombiana y de su plataforma económica además, para eludir con mayor comodidad las sanciones y el bloqueo”, acota.
Para Maldonado, el gobierno interino representado por Juan Guaidó perderá mayor sentido con la llegada de Petro a la presidencia, y la posibilidad de tener a Colombia como herramienta significativa para la activación de alguna negociación.
“En el cuarto punto, Colombia por supuesto se acerca a las aguas del mar de la felicidad socialista con su integración a la lógica de un ecosistema criminal, que ya era transnacional y que ahora por lo menos es explícitamente binacional y aquí surgen un conjunto de interrogantes que tiene que ver con las guerrillas que eran binacionales y ahora van a estar legitimadas y apoyadas políticamente y los negocios ilícitos como el narco, que ahora serán tranquilamente gran colombianos”, señala Maldonado, que en todo caso lo ve como un panorama negativo para Venezuela.