El poblado hondureño de 4.300 personas que desarrolla el agro con nuevas técnicas

El municipio de Cane, La Paz, al suroccidente del país, cambió los granos básicos por el plátano. Tal tendencia es un reflejo de los retos que enfrenta el campesinado nacional que cada vez más está abandonando el maíz y el frijol

Por

Tegucigalpa — En los últimos años ha decrecido la participación de granos básicos en el producto interno bruto (PIB) de Honduras, resultado de la caída de los precios agrícolas y del aumento en costos de producción.

Tal escenario ha obligado a campesinos y pequeños agricultores a abandonar el maíz y el frijol y buscar otras estrategias, como optar por diversificar su producción agrícola, apostando por otros cultivos de mayor productividad y rentabilidad.

Desde hace unas décadas, en el mundo rural se han venido dando una serie de transformaciones y cambios, pero a pesar de ello, las investigaciones sobre la ruralidad y el campesinado han desaparecido de las agendas de los gobiernos y de las academias.

Esa premisa llevó a Delmer Roberto Marcía Hernández, profesor del departamento de Sociología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), a analizar las actividades económicas que desarrollan los pequeños agricultores del municipio de Cane, La Paz, al suroccidente del país centroamericano.

El estudio sobre el poblado de 4,300 habitantes —censados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en 2018— mostró que los pequeños agricultores han diversificado la producción agrícola.

El plátano ha reemplazado el cultivo de granos básicos como principal actividad económica agrícola, y en el proceso de producción se han incorporado nuevas técnicas, entre ellas, la rotación de cultivos, y de tecnologías como la fertilización con el sistema de riego por goteo, así como una variedad de insumos, con el fin de elevar la productividad y rentabilidad de los cultivos, reveló la investigación de Marcía Hernández.

“A partir del análisis de estos resultados se concluye que en Cane se está desarrollando una agricultura con características distintas a épocas anteriores”, señaló el autor de la investigación la cual tituló ‘Cultivo de plátano en Honduras: estudio de caso con pequeños agricultores del municipio de Cane’.

Diversificación de cultivos

Una de las tendencias macroeconómicas que se observan en las últimas décadas es el descenso de la participación del sector primario al PIB nacional, que en 1990 representaba el 29% y para 2014 había descendido a 13%, según constató el Centro de Estudios para la Democracia (Cespad).

Durante ese tiempo también se mostró una reducción en la contribución de granos básicos al PIB, que para el año 2005 representaba el 11% y en 2014 ya había descendido al 8.8%.

Los más afectados con esta dinámica han sido los pequeños agricultores dedicados, en su mayoría, al cultivo de maíz. Según datos oficiales, entre 1993 y 2010, unos 204.684 agricultores abandonaron la producción de granos básicos en el país.

El profesor Marcía Hernández confirmó tal tendencia en Cane. De acuerdo con la información brindada por los agricultores, hasta hace un tiempo la principal actividad económica agrícola del municipio la constituía el cultivo de granos básicos.

No obstante, desde hace unos cinco o seis años, la agricultura comenzó un proceso de diversificación, ampliándose hacia cultivos de mayor rentabilidad y demanda en el mercado, como el plátano, papaya (conocida como lechosa en otros países), chile, tomate, sorgo, sandía, malanga y, claro, maíz y frijol.

Los 20 productores entrevistados por el investigador reconocieron que, a pesar de la variedad de cultivos, hay uno que les genera mayores beneficios: el plátano, al punto que al día de hoy ha reemplazado al cultivo de maíz y frijol como principal actividad económica de la zona.

Acceso a mercados

El profesor identificó que pese a los cambios constatados en la agricultura del municipio persisten diferencias entre agricultores, determinadas por el acceso a recursos productivos: tierra, tecnología y capital.

“Tales distancias de condiciones inciden en la cantidad y calidad de la producción, así como en el tipo de mercado en el que colocan su producto”, señaló Marcía Hernández.

En el caso de los agricultores que cosechan cantidades mayores, venden el producto a supermercados de Tegucigalpa y San Pedro Sula, que les exigen clasificar el plátano según tamaño y calidad.

El plátano pequeño o el que es rechazado por el supermercado se vende a intermediarios o en el mercado local y, una cantidad pequeña, se destina al consumo familiar.

Más allá de las diferencias existentes entre agricultores, “se concluye que las innovaciones y cambios en el proceso productivo traen mejoras económicas y sociales para los productores y el municipio en general”.

Liberalización de los mercados

Otro factor que ha desencadenado la transformación de la ruralidad es la apertura de Honduras con otros mercados.

“Se está dando una liberalización de los mercados que ha traído consigo un aumento en la oferta de granos básicos. Eso tiene un impacto en los pequeños agricultores de nuestro país, especialmente a los que se dedican al autoconsumo o subsistencia con técnicas tradicionales, en especial, granos básicos”, dijo Marcía Hernández.

Lo anterior ha provocado impactos notables en los pequeños agricultores que ven en peligro su seguridad alimentaria y económica, y para el país que “está perdiendo su soberanía alimentaria”.

Al respecto, durante su intervención virtual en la 110 Conferencia Internacional del Trabajo, la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, dijo que se “deben revisar los tratados de libre comercio (TLC), aclaro ‘libre’, porque a quienes más afecta es a los trabajadores de los países más rezagados, los cuales se caracterizan por su dependencia del sector agrícola tradicional”.

Según la mandataria, “nuestros pequeños productores no pueden competir frente a las grandes corporaciones subsidiadas por el sistema capitalista y sus economías de escala”.

En seguimiento a una de las promesas que dio en su discurso de toma de posesión del 27 de enero, el país centroamericano ya inició los procedimientos para la renegociación del TLC entre Centroamérica y los Estados Unidos (CAFTA), confirmó a medios de la capital el secretario de Desarrollo Económico (SDE), Pedro Barquero.

“En la medida que ha venido creciendo la desgravación arancelaria, en ese medida se ha ido disminuyendo el área cultivable y perdiendo empleos en el campo”, dijo el funcionario.