Bloomberg — A menudo se critica a los bancos por la financiación que conceden a las compañías de combustibles fósiles. Pero la cosa no acaba ahí. Está también la financiación que ofrecen a compañías que están dañando las selvas tropicales y las comunidades indígenas del mundo.
Desde que a finales del 2015 se anunciara el acuerdo climático de París, siete bancos concertaron al menos US$22.500 millones en préstamos y servicios de suscripción de deuda y capital para compañías que están operando en las regiones tropicales más grandes de Indonesia, la cuenca del Congo y la Amazonía, según muestran los últimos datos de Rainforest Action Network.
Los más culpables de no hacer frente a la destrucción de los bosques son el banco estatal PT Bank Negara de Indonesia, al CIMB Group Holdings Bhd. (CIMB) de Malasia y al Industrial & Commercial Bank of China Ltd., mientras que los que más financiación han proporcionado a los principales productores de pulpa, papel y aceite de palma son JPMorgan Chase & Co. (JPM) y Mitsubishi UFJ Financial Group Inc.
El director de la campaña forestal de la RAN (por sus siglas en inglés), Daniel Carrillo, afirmó que, a no ser que las instituciones financieras implementen políticas sólidas, la deforestación continuará, perturbando los objetivos climáticos a mediano y largo plazo.
“La destrucción de la selva tropical constituye una amenaza literalmente existencial para las personas y nuestro planeta”, dijo. “Exacerba en gran medida nuestra crisis climática y hace que incontables especies estén al borde de la extinción”.
Carrillo señala a empresas como Procter & GAmble Co. (PG), Mondelez International Inc. (MDLZ) y Nissin Food Holdings Co. por " retrasarse en la adopción e implementación de políticas y acciones para poner fin a la deforestación y a las violaciones de derechos humanos” y al igual que los bancos deberían rendir cuentas.
Procter & Gamble discrepa de las conclusiones de la RAN. “Nuestras políticas de abastecimiento forestal prohíben expresamente la deforestación, requieren que nuestros proveedores respeten los derechos de las comunidades y los pueblos indígenas (incluido el requisito del consentimiento libre, previo e informado) y la protección de la biodiversidad”, dijo la empresa en un comunicado. Los responsables de Nissin, con sede en Tokio, se refirieron a previas declaraciones de la empresa sobre el tema.
Bank Negara de Indonesia señaló que está aplicando las instrucciones de la Autoridad de Servicios Financieros para incrementar la financiación de negocios centrados en el medio ambiente, incluida la reforestación. El MUFG (por sus siglas en inglés) de Japón indicó por su parte que actualiza regularmente sus políticas medioambientales y sociales y que recientemente las ha endurecido. Los responsables de JPMorgan declinaron hacer comentarios, en tanto que Mondelez, ICBC y CIMB no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Aunque hay indicios de que empresas como JPMorgan y MUFG están avanzando en la incorporación de políticas de “No Deforestación, No Turberas y No Explotación”, este cambio no se está produciendo a la velocidad necesaria, dijo Carrillo. En su opinión, algunos bancos emitieron políticas parciales de NDPE (por sus siglas en inglés, los compromisos de No Deforestación, No Turba y No Explotación) en las que incluían algunas partes del proceso de producción de aceite de palma y no contemplaban sus préstamos a otros sectores de riesgo forestal, como las industrias de la pulpa, el papel y la carne.
La RAN exhorta a las empresas a adoptar diversas medidas para acabar con la destrucción de la selva tropical y las violaciones de los derechos humanos, entre ellas:
- Que se adopten políticas obligatorias de NDPE.
- Hacer público todo su impacto sobre los bosques, las turberas y los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
- Promover procedimientos de tolerancia cero para evitar la violencia, la criminalización, la intimidación y el asesinato de los defensores de los derechos sobre la tierra.
- Terminar las relaciones con socios comerciales cómplices de la deforestación y de las violaciones de los derechos humanos.
Con la asistencia de Daniela Sirtori-Cortina, Fathiya Dahrul, Taiga Uranaka y Grace Huang.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar