Bloomberg — La potencial compra de Twitter (TWTR) por parte de Elon Musk y el efecto que esto puede tener sobre las acciones de Tesla Inc. (TSLA) está resultando ser uno de los menores problemas de los inversores.
La decisión del CEO de la compañía de perseguir la adquisición de la red social ha contribuido a la caída de las acciones de Tesla en los últimos dos meses. Sin embargo, incluso si Musk, quien se dirigió a los empleados de Twitter el jueves, decide abandonar el acuerdo, las acciones del fabricante de vehículos eléctricos se enfrentan a suficientes vientos en contra como para contemplar la posibilidad de no recuperar el valor perdido.
Se puede achacar al rápido empeoramiento del sentimiento de los inversores, ya que las acciones estadounidenses están entrando en un mercado bajista debido al aumento de la inflación y de las tasas de interés, que amenazan con desencadenar una recesión.
Las empresas tecnológicas y de crecimiento (cuyas valoraciones reflejan las expectativas de grandes beneficios futuros) se han llevado la peor parte de la caída, y Tesla encaja a la perfección en esa descripción.
Las acciones de Tesla han bajado un 39% desde que Musk reveló por primera vez su participación en Twitter, mientras que el índice S&P 500 ha caído un 19% durante ese mismo periodo.
Las acciones cayeron inicialmente porque los accionistas de Tesla temían que Musk que intentara abarcar demasiado si intentaba supervisar Twitter al tiempo que Tesla y Space Exploration Technologies Corp. También tenía previsto utilizar parte de sus acciones de Tesla como garantía de los préstamos para pagar la operación, aunque su última financiación no incluye esto.
La ansiedad económica generalizada ha restado brillo a las buenas noticias, mientras que los titulares negativos han servido para ahondar en el pesimismo. Por ejemplo, cuando Tesla anunció el viernes una muy esperada división de acciones, su precio no recibió un impulso. En contraste, un movimiento similar de la empresa en 2020 había provocado un salto del 60% en el precio de las acciones desde el día del anuncio hasta la fecha de ejecución, y alimentó una subida estratosférica.
Además, la empresa se enfrenta a otros problemas, entre ellos la subida de los costos de las materias primas, los problemas de las cadenas de suministro y las interrupciones de la producción en China, que se niegan a desaparecer. Todo ello supone un gran obstáculo para cualquier repunte.
Además, es difícil pensar en cualquier resultado de la situación de Twitter que pueda ser bueno para los inversores de Tesla, dijeron distintos observadores del mercado. Una adquisición de Twitter por parte de Musk reavivará las preocupaciones de que esté intentando abarcar demasiado, mientras que una decisión de abandonar el acuerdo tampoco será mucho mejor.
“Hay razones válidas para creer que cualquier terminación del acuerdo sólo llegaría luego de largas y difíciles negociaciones y/o litigios”, dijo Steve Sosnick, estratega jefe de Interactive Brokers. “Ninguno de los dos es un gran uso del tiempo y la energía de Musk”.
Musk ha expresado públicamente su reticencia sobre la adquisición, diciendo el mes pasado que estaba “temporalmente en suspenso”. Aun así, el acuerdo ha seguido avanzando tras bambalinas: los ejecutivos de Twitter han dicho al personal que planean hacer cumplir el acuerdo de compra.
Dada la afición de Musk a sorprender a los inversores, todo es posible, según Sosnick.
“Seguro que podría sacar un conejo de la galera mañana o en algún momento en el futuro; lo ha hecho antes”, dijo. “Pero el mercado no lo espera ahora mismo”.
Este artículo fue traducido por Andrea González