Agricultores respiran aliviados tras aumento en las reservas de fertilizantes

Los fertilizantes rusos son uno de los productos exentos de sanciones tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea

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Bloomberg — Parece que en todo el mundo está desapareciendo la escasez de fertilizantes que tanto desestabilizó el sector agrícola y elevó los costos de los alimentos.

La falta de fertilizantes, que sumió al sector agrícola en el caos y encareció los precios de los alimentos en todo el mundo, puede estar desapareciendo. Las cosechas de todo el mundo son dependientes de los nutrientes de Rusia, que es uno de los mayores exportadores, y la invasión de Ucrania hace cuatro meses desestabilizó los mercados de estos esenciales productos químicos.

Finalmente, los precios se elevaron tanto que los agricultores paralizaron las compras, y es ahora cuando el mercado ha dado la vuelta. Los suministros de fertilizantes se están acumulando desde Florida hasta Sudamérica. Los barcos están a la espera de descargar y las empresas se apresuran a reducir las existencias en puertos y almacenes, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto.

Los almacenes de Brasil se aproximan a su capacidad máxima porque los agricultores apuestan por que los precios sigan bajando. Sólo unas semanas después de la invasión rusa, en marzo, las existencias de potasa en América del Norte alcanzaban el nivel más alto de los últimos seis años, según Bloomberg’s Green Markets y The Fertilizer Institute, porque los precios se dispararon y los agricultores dejaron de aplicarlos.

Al mismo tiempo, la preocupación de que los suministros de fertilizantes procedentes de Rusia se interrumpieran por completo no se ha materializado. Las ventas de fertilizantes rusos están exentas de las sanciones impuestas por EE.UU. y la UE como respuesta a la guerra de Ucrania y algunos cargamentos están entrando en EE.UU., conforme a los datos de carga rastreados por Bloomberg.

Un buque que transportaba 12.000 toneladas métricas de urea granulada, un fertilizante nitrogenado frecuente, llegó desde Rusia con un conocimiento de embarque con fecha del 8 de junio. Aunque se trata de una cantidad bastante pequeña, esto confirma que el producto ha encontrado una vía de acceso a las costas estadounidenses.

El gobierno de EE.UU. está incluso animando a las empresas agrícolas y navieras a comprar y transportar más fertilizante ruso.

Los precios al por mayor de los fertilizantes están disminuyendo después de haber registrado máximos de varios años. Los precios de América del Norte se sitúan en el nivel más bajo desde enero, y el índice que se sigue de cerca en el continente ha bajado un 35% desde que alcanzó un récord a finales de marzo, de acuerdo con Green Markets.

Los agricultores continúan esperando precios más bajos, ya que los cereales tienden a subir, lo que incrementa el arbitraje de las compras de nutrientes retrasadas.

Esta semana el índice semanal de precios de fertilizantes de Green Market cayó un 4%, sumándose al descenso del 3% de la semana anterior. La urea al por mayor en Nueva Orleans descendió al nivel más bajo desde agosto, y el amoníaco subió un 2% ante el aumento de la demanda en el extranjero.

Si continúa, la caída de los precios de los fertilizantes podría atenuar la preocupación de que los agricultores se salten las aplicaciones de nutrientes sintéticos para ahorrar dinero, lo que reduciría el rendimiento de las cosechas y empeoraría la inflación y el hambre en algunos lugares del mundo.

Sin embargo, es demasiado pronto para saber si los precios se dispararán si la guerra en Ucrania persiste en un periodo en el que la demanda es estacionalmente mayor.

“En la temporada de primavera, los precios de los fertilizantes se han relajado debido a que el retraso de las siembras, la abundancia de la oferta y los precios por tonelada, casi históricos, han llevado a los agricultores a reducir las aplicaciones de fertilizantes”, dijo Alexis Maxwell, analista de Green Markets.

La relación entre el precio de los fertilizantes y el de los cultivos, una métrica clave de asequibilidad, se ha hundido, “lo que supone una posible oportunidad de compra para los agricultores de maíz que necesitan el producto hoy”.

Con la asistencia de Jen Skerrit.

Este artículo fue traducido por Miriam Salazar