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Hay expertos que aseguran que la pandemia del Covid-19 salvó a Colombia de un racionamiento eléctrico. Por eso la entrada en operación de Hidroituango es clave para evitar un apagón en el país.
El proyecto hidroeléctrico estaba previsto para entrar en operación hacia 2018, sin embargo, rencillas políticas, así como los siniestros durante la construcción de la obra de infraestructura han retrasado la entrada de la central que será la mayor fuente de generación de energía de Colombia.
¿Dónde está Hidroituango?
El Proyecto Hidroeléctrico Ituango se localiza sobre el río Cauca, en el llamado “Cañón del Cauca”, tramo en el cual este río, que nace en el sur del país, corre a través de profundos cañones y desciende unos 800 metros.
El río Cauca es uno de los más importantes del país, con un recorrido de 1.350 kilómetros; su cuenca de unos 37.800 kilómetros cuadrados recorre más de 150 municipios de Colombia, con una población de alrededor de 10 millones de personas; descarga sus aguas al río Magdalena, que a su vez lo hace al mar Caribe, en el norte.
El proyecto está situado en el noroccidente del departamento de Antioquia, a unos 170 kilómetros de la ciudad de Medellín. Ocupa predios de los municipios de Ituango y Briceño, en donde se localizan las obras principales, y de Santa Fe de Antioquia, Buriticá, Peque, Liborina, Sabanalarga, Toledo, Olaya, San Andrés de Cuerquia, Valdivia y Yarumal, que aportan predios para las diferentes obras del proyecto.
La presa estará localizada a unos 8 kilómetros aguas abajo del puente de Pescadero, sobre el río Cauca, en la vía a Ituango, inmediatamente aguas arriba de la desembocadura del río Ituango al río Cauca. En el sitio del proyecto, el río tiene un caudal medio de 1.010 m/s.
¿Cuál es su importancia?
Para entender la importancia del proyecto hidroeléctrico Bloomberg Línea habló con varios expertos que intentaron dar luces de qué pasaría si dicho proyecto sigue retrasándose.
Andrés Langebeack, encargado de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, sostuvo que “va a generar el 17% de la oferta de energía hidráulica en Colombia. Eso es una cantidad. Eso implica que de no entrar se tendría una vulnerabilidad ante un Fenómeno de El Niño, aunque hoy se ve lejos porque no ha hecho más que llover. En ese evento la ausencia del proyecto podría implicar racionamientos”.
Y es que si bien las lluvias actualmente han sido protagonistas en Colombia, cuando estas paren será necesario un sistema de generación a tope para poder dar abasto con la demanda en el país.
Armando Montenegro, exdirector de Planeación Nacional, concuerda con Langebaek y dice que “cando entre todo eso es más del 15% de toda la generación de energía de Colombia y asegura que si viene un Niño no vamos a tener un apagón”.
Pero, además, el chairman de BTG Pactual dijo que “como eso es energía hidráulica y es abundante el precio de energía cae porque si dependemos de la generación térmica pues va a seguir subiendo de precio”.
De otro lado, Amylkar Acosta, exministro de Minas y Energía explica que la importancia económica del proyecto radica en que “desde el punto de vista energético, con todo y el atraso de 5 años que lleva, es fundamental para el sistema interconectado nacional, no es un proyecto menor, es clave para la confiabilidad, firmeza y seguridad energética del país. Estamos hablando de 8 unidades y 2.400 megavatios de potencia que son fundamentales para esos efectos”.
Langebaek recuerda que el 2020 existió el riesgo de racionamiento por la no entrada de Hidroituango, “sin embargo, la caída de la demanda por cuenta de la pandemia del Covid hizo que el sistema no lo sufriera, de lo contrario puedo haberse hecho necesario algún tipo de medida de racionamiento”.
Acosta por su parte, dice que “quizá no propiamente racionamiento, pero sí una presión muy fuerte sobre los precios que de hecho se dio. Porque a consecuencia del atraso la energía que dejó de generar Hidroituango se sustituyó por energía térmica y esa es mucho más costosa. Ya los usuarios de energía del país hemos pagado las consecuencias del atraso”.
El exminminas dice que el proyecto no solamente es indispensable para la seguridad del sistema, sino también para hacer de forma ordenada la transición energética. “Es muy importante también como respaldo porque si bien el país va a pasos de gigante en la transición energética con la instalación de unos 2.400 megavatios de energías eólicas de los cuales ya están en operación 240 de energía solar, pero esta energía no convencional requiere contar tanto con el respaldo de la energía hídrica como de la térmica de la misma manera que esa energía eólica y solar le sirve de respaldo a la hídrica. Es decir, se complementan por eso en la medida que se ha dilatado la entrada en operación de Hidroituango se ponen en riesgo estos proyectos porque dada su intermitencia porque requieren el respaldo de las fuentes tradicionales”.
¿Cómo es el proyecto?
El Proyecto está conformado por una presa de 225 metros de altura y 20 millones de metros cúbicos de volumen, y una central subterránea de 2.400 MW de capacidad instalada y 13.930 GWh de energía media anual.
El proyecto comprende, además, obras para la desviación temporal de río Cauca, en la margen derecha, consistentes en dos túneles que se taponarán una vez construida la presa; el vertedero para evacuación de crecientes, del tipo canal abierto, controlado por cinco compuertas, y el túnel de descarga intermedia, para control del llenado del embalse y garantizar, en cualquier evento, la descarga hacia aguas abajo de la presa, de un caudal mínimo exigido por la autoridad ambiental, de 21 m3/s.
Las obras de la central, localizadas en el macizo rocoso de la margen derecha, comprenden la caverna principal de la casa de máquinas, donde se alojan ocho unidades de 300 MW de potencia nominal cada una, con turbinas tipo Francis; generadores sincrónicos de eje vertical; equipos auxiliares electromecánicos y de control; sala de control; sala de montaje, y edificios de oficinas.
Aguas arriba de ella se localiza la caverna de transformadores que aloja bancos de tres transformadores monofásicos por grupo y, aguas abajo, dos cavernas de almenaras, una para cada cuatro unidades, que mediante sendos túneles de descarga retornan el agua al río Cauca, unos 1 400 metros aguas abajo de las captaciones.
Cada unidad de generación es alimentada por un túnel de conducción, que se inicia en una excavación sobre la margen derecha, en donde se ubica el conjunto de las ocho captaciones. Los túneles están provistos de compuertas de cierre, instaladas en pozos verticales cercanos a las captaciones.
En el exterior se tiene la subestación principal, de tipo encapsulada a 500 kV., a la cual llegan los cables de potencia aislados a 500 kV mediante un pozo inclinado.
Complementan el proyecto otras obras asociadas, como el túnel de acceso a la casa de máquinas, el túnel de ventilación y salida de emergencia, los pozos de aireación de las almenaras y de extracción de humos, así como obras de infraestructura: vías de acceso, campamentos, línea de transmisión y subestación de construcción.
¿Otra hora Gaviria?
La problemática de que la entrada en operación del proyecto Hidroituango se siga aplazando radica en lo que pasaría se dicho aplazamiento coincide con un evento climático de Fenómeno de El Niño.
Durante estos eventos las lluvias escasean y los embalses disminuyen de nivel y las centrales hidroeléctricas resultan insuficientes para satisfacer la demanda de energía y entran en operación las térmicas para complementarlas.
Dado que Hidroituango se espera que sea responsable del 17% de la energía generada en el país, si no está disponible podría revivirse un evento del pasado como lo fue la hora Gaviria, como se le conoció a los racionamientos durante el Gobierno de César Gaviria Trujillo.
La crisis energética de 1992 fue una crisis que se presentó durante el gobierno del presidente César Gaviria, entre el 2 de marzo de 1992 y el 7 de febrero de 1993 provocada por el Fenómeno de El Niño; sin embargo, el fenómeno climático provocó sequías en Colombia, lo que afectó también los niveles de embalses generadores de energía hidroeléctrica.
El Gobierno del entonces decidió tomar medidas de racionamiento. El lunes 2 de marzo anunció cortes de luz eléctrica.
En ciudades como Bogotá hubo racionamiento energético hasta por 9 horas y en las islas de San Andrés y Providencia por 18 horas.
Como otra medida, el Gobierno tomó la decisión de adoptar un horario de verano, cambiando la hora del uso UTC-5 al UTC-4 que era el que usaba Venezuela por aquel entonces. La medida conocida como “Hora Gaviria” comenzó a las 10:00 AM del lunes 2 de marzo de 1992.
Mil alcaldes municipales de los 1.024 que tenía el país en ese momento se negaron a cambiar a la zona horaria y solo se ajustaron a la medida diez meses después. El 7 de febrero de 1993 terminó la época de racionamiento.