Bloomberg — Una grave crisis climática a lo largo de los próximos 50 años provocará estragos en la economía mundial y trastornará los mercados de divisas como los conocemos, concluyó un reciente estudio de Barclays Plc (BCS).
Los analistas del banco han publicado un modelo con escenarios de emisiones, así como previsiones sobre las consecuencias que tendrán sobre los mercados de divisas. En el caso más extremo, vaticinan que el yuan chino y el yen japonés pueden caer más de un 50% de aquí a 2070 a causa de las consecuencias económicas derivadas de la subida del nivel del mar, la contaminación atmosférica y la pérdida de cosechas.
Se trata de una estimación dramática que trae aparejado desastres y un nivel de sufrimiento humano sin precedentes en algunas de las ciudades más pobladas del mundo si no se toman medidas para controlar el calentamiento global.
El informe también revela cómo las finanzas cuantitativas se enfrentan a la probabilidad del cambio climático en las clases de activos que son más lentas a la hora de adoptar los criterios ESG (por sus siglas en inlgés, ambiental, social y gobernanza) como tema de negociación, como el mercado de divisas, que mueve US$6,6 billones por día.
Themistoklis Fiotakis y Wen Yan de Barclays escribieron: “Los mercados están incorporando efectivamente a los precios un mundo donde la temperatura global aumenta 2°C de, asumiendo una visión más optimista del futuro”. “Creemos que nuestras valoraciones ayudan a poner de manifiesto la escala y la variación entre países de los riesgos que se vislumbran en cuanto a los tipos de cambio”.
En todo modelo financiero, y sobre todo en uno que hace proyecciones sobre eventos que tendrán lugar décadas adelante, hay muchas interrogantes y advertencias. Para este estudio, los analistas recurrieron a estudios anteriores que relacionaban el cambio climático con las estimaciones de crecimiento económico, centradas en la productividad y los flujos de capital. De allí obtuvieron las predicciones para los mercados de divisas.
Aunque el informe se centra en los escenarios más graves, los analistas admiten que existe una amplia gama de otros posibles resultados. Las formulaciones de políticas, como los impuestos sobre el carbono, permiten reducir las emisiones y disminuir el ritmo del calentamiento global, escribieron.
“Nuestras proyecciones ayudan a reflejar ampliamente el daño al crecimiento del país en la devaluación de la moneda”, escribieron.
A continuación, algunas de las principales conclusiones:
El yen japonés
- Según Barclays, la situación geográfica hace que el yen sea “una de las divisas más expuestas a escenarios de cambio climático extremo”. Mencionan el riesgo que corren las ciudades con alta densidad de población, como Tokio, si el nivel del mar aumenta drásticamente. En el caso más extremo, con un aumento de 5 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales, el yen podría caer una media del 11% por década, afirma el modelo.
Yuan chino
- “Nuestra predicción apunta a una devaluación de entre el 5% y el 7% a lo largo de los próximos 10 años, que puede agravarse hasta más del 10% cada década con el paso del tiempo”, escribieron los analistas. Destacaron la contaminación atmosférica y el riesgo de que los formuladores de políticas prioricen el rápido crecimiento económico por encima del medio ambiente.
Dólar estadounidense
- Para los analistas, el dólar estadounidense está menos expuesto al peligro del cambio climático porque la economía se encuentra en mejor condición para adaptarse, indicaron los analistas. “Los desplazamientos del tipo de cambio son relativos, por lo que es probable que el dólar se beneficie frente a la mayoría de las economías”, escribieron.
El euro y el dólar australiano
- De acuerdo al estudio de Barclays, el euro y " sorpresivamente” el dólar australiano son los que mejor se comportarían. Para los analistas, la “apertura comercial” es una cuestión importante para que algunas economías y tipos de cambio se adapten mejor.
- En su modelo preveían un aumento medio por década del 3,9% para el euro y del 2,1% para el dólar australiano en el escenario más desfavorable.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar