Bloomberg — El cobre está bajo ataque por riesgos que se presentan desde distintos frentes y amenazan con socavar las perspectivas del metal, necesario para que el mundo abandone los combustibles fósiles Según Vanessa Davidson, del Grupo CRU.
Las amenazas incluyen “la posibilidad de que el PIB o la producción industrial disminuyan a causa de los riesgos geopolíticos, que la alta inflación se arraigue más en la economía o que los efectos de Covid-19 duren más de lo previsto”, dijo el lunes la directora de investigación y estrategia de cobre de CRU en una conferencia sobre minería que tuvo lugar en Toronto.
Otros riesgos a corto plazo son una adopción de las tecnologías verdes más lenta que lo previsto, una mayor disponibilidad de chatarra, así como la sustitución y el menor uso del metal industrial, dijo.
El cobre cayó hasta un 2,3% el lunes en la Bolsa de Metales de Londres. La cifra representa la mayor caída en un mes, en un día en que las materias primas cayeron junto con las acciones de EE.UU. por el creciente temor a que las subidas de tasas por parte de la Fed hundan la economía en una recesión. El metal rojo ha bajado un 4,4% este año, después de haber subido más de un 25% en cada uno de los dos años anteriores.
Sin embargo, Davidson afirma que las perspectivas de la demanda de cobre a largo plazo se mantienen intactas, impulsadas por el consumo en sectores como el de los vehículos eléctricos y las tecnologías de energía limpia.
“La energía verde debería contribuir significativamente, añadiendo 2 millones de toneladas adicionales de demanda de cobre para 2030″, dijo Davidson durante su charla en la conferencia minera de la Prospectors & Developers Association of Canada.
Según las últimas previsiones de CRU, la demanda mundial de cobre aumentará un 2,1% cada año año hasta alcanzar los 28,5 millones de toneladas en 2030, según la presentación de Davidson. Se espera que el uso del cobre con fines de energía verde represente el 20% del consumo total en 2040, frente a sólo el 2% en 2015, dijo.
“Sin la demanda de la transición a la energía verde, el consumo mundial de cobre empezará a estancarse en torno a 2027 en unos 25 millones de toneladas”, dijo Davidson.