La Paz — Jeanine Áñez es una mujer que, sin duda alguna, jamás imaginó ser presidente de Bolivia. Durante la renuncia de Evo Morales ella se encontraba cocinando en su casa de Trinidad, una pequeña ciudad ubicada en el departamento amazónico de Beni. Si bien Áñez era senadora, cuenta que vio por televisión la renuncia de Evo Morales como cualquier otro ciudadano. El poder le llegó de pronto y heredó un país muy convulsionado.
Áñez nació un 13 de junio de 1967 en un pequeño pueblo llamado San Joaquín, dentro de Beni, la capital ganadera de Bolivia y uno de los departamentos con menores índices de desarrollo del país.
“No fue un Gobierno fácil porque yo tuve el Gobierno, pero nunca tuve el poder, tuve bloqueos en la Asamblea Legislativa, por lo tanto era un Gobierno simplemente de transición”, expresó la ex presidenta Jeanine Áñez como últimas declaraciones antes de ser condenada a 10 años de cárcel el viernes pasado luego de un juicio que la oposición a Luis Arce califica como político e injusto.
La ex mandataria interina explicó al tribunal que en 2019 hubo una ola de renuncias y que ella, como segunda vicepresidenta del senado, también pudo haber renunciado pero no lo hizo y se decidió por restaurar la democracia con el llamado a elecciones.
“El poder político a mí lo que está haciendo es vengarse (…) dejaron un país en llamas, donde en las calles se gritaba guerra civil, eso es lo que a mí no me perdonan, que haya enfrentado tanta violencia para pacificar el país, porque no seguí la cadena de renuncias”, dijo.
La ex presidenta es hija de una pareja de profesores que tuvo siete hijos. Y como tal, comenzó sus estudios en una escuela rural para niñas. Para 1985 una joven Jeanine aspiraba a convertirse en secretaria, una de las pocas carreras a las que accedían las señoritas en esa época, y para eso se mudó a la capital política de Bolivia, La Paz.
Jeanine se casó con un abogado llamado Tadeo Ribera Bruckner del cual se divorciaría años más tarde quedando sola a cargo de sus dos hijos: Carolina Ribera Áñez y José Armando Ribera Áñez. Esos dos hijos fueron quienes estuvieron presentes en las audiencias durante todo el juicio de la ex mandataria, donde ella no pudo estar.
En 1990, Jeanine Áñez se fue a vivir a Trinidad, capital de su departamento natal Beni y ahí comenzó estudios como abogada en la Universidad Autónoma del Beni “José Ballivián” (UABJB).
Para 1993, su familia tuvo un primer contacto con la política. Su entonces esposo fue electo concejal y dos años después fue electo alcalde de Trinidad. En todo ese tiempo, Jeanine trabajó como presentadora de noticias y comenzó a interesarse en la política.
Casi con 40 años Jeanine Áñez fue electa asambleísta constituyente uninominal por la sigla Podemos, del expresidente Tuto Quiroga y tres años después fue electa como senadora por su departamento, Beni. En 2014 volvió a ganar las elecciones como senadora junto a la agrupación política Unidad Demócrata liderada por el empresario del cemento Samuel Doria Medina. Jeanine Áñez debía concluir con su mandato como senadora en 2020, junto con el mandato de Evo Morales. Sin embargo, renunció a su cargo para asumir la presidencia interina un 12 de noviembre de 2019 luego de la serie de renuncias que dejaron un vacío de poder. Ella era la primer opositora en la línea de mando, antes habían cuatro personas del MAS.
Su gobierno fue de transición y tenía un meta principal: llamar a nuevas elecciones luego de las denuncias de fraude en las elecciones que enfrentaron a Evo Morales con Carlos Mesa. Fue entonces que Jeanine decidió lanzarse como candidata a la presidencia, lo cual le ganó duras críticas y bajó considerablemente la popularidad que había ganado al inicio. Muchos analistas políticos consideran que esa decisión la acercó al declive político.
Cuando Luis Arce ganó las elecciones convocadas por Jeanine Áñez, nadie esperaba que esta sea encarcelada. Pero el nuevo líder del partido de Evo Morales ingresó al poder con un discurso reiterativo y una sola meta: instaurar la idea de que Morales fue víctima de un golpe de Estado que lo obligó a huir del país.
Sin embargo, una encuesta de la Universidad Mayor de San Andrés, la más prestigiosa de La Paz, realizada a 557.236 personas arrojó que el 56 % de los encuestados reconoce al gobierno de Áñez como “legal y legítimo”.
A esta voz se suman una serie de organismos internacionales que reconocen a Áñez como presidenta de transición democrática. En 2021, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la reconocieron a la ex mandataria y sus colaboradores como “presos políticos”. El documento “denuncia y condena su detención arbitraria e ilegal” y pidió a las autoridades bolivianas que los “liberen inmediatamente”.
Actualmente Jeanine sigue presa en el pena de Miraflores y sus abogados planean llevar su caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.