Bloomberg — Las bolsas asiáticas comenzaban el lunes a la baja, mientras continúa el impacto del último reporte de inflación estadounidense, que aumentó la presión sobre la Reserva Federal para que intensifique su ajuste monetario.
Las acciones de Japón y Corea del Sur caían cerca de un 2%. Los contratos del Nasdaq 100 cedían un 1,7%, mientras que los del S&P 500 caían 1%. Las pérdidas siguen al desplome de Wall Street el viernes, que contribuyeron a la peor caída de las acciones mundiales la semana pasada desde octubre de 2020. Los futuros asiáticos indican que se avecinan descensos en las bolsas de Japón y Hong Kong.
El rendimiento del bono neozelandés a 10 años superó el 4% por primera vez desde 2014. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. a 30 años están por debajo de los de los bonos a cinco años, lo que apunta a los temores de que las fuertes subidas de las tasas de interés de la Fed provoquen un duro aterrizaje económico.
El dólar seguía firme por la demanda de activos refugio en medio de la mezcla tóxica de aumento de costos y ralentización del crecimiento económico. Las monedas sensibles al riesgo, como el dólar australiano, se debilitaban.
El petróleo, una de las materias primas que más ha contribuido a la subida de los precios, caía por debajo de los 120 dólares el barril.
Los mercados también están lidiando con los brotes de Covid-19 en China, donde Pekín y Shanghai reanudaron pruebas masivas. Se teme que la estrategia de Cero Covid de China conduzca a repetidos confinamientos que dañen tanto su economía como las cadenas de suministro mundiales, que también se están viendo afectadas por la guerra en Ucrania.
“En algún momento las condiciones financieras se endurecerán lo suficiente y/o el crecimiento se debilitará lo suficiente como para que la Fed pueda hacer una pausa en su subida”, escribieron en una nota los estrategas de Goldman Sachs Group Inc. entre los que se encuentra Zach Pandl. “Pero aún parece que estamos lejos de ese punto, lo que sugiere riesgos al alza para los rendimientos de los bonos, una presión continua sobre los activos de riesgo y probablemente una amplia fortaleza del dólar estadounidense por ahora”.
El índice de precios al consumo de EE.UU. subió un 8,6% interanual en mayo (un nuevo máximo de 40 años) en un avance generalizado, que se suma a una serie de datos de inflación preocupantes a nivel mundial. Muchos inversores esperan que la Reserva Federal suba las tasas en medio punto esta semana y de nuevo en julio y septiembre. Barclays Plc y Jefferies LLC dijeron que es posible un movimiento aún mayor, de 75 puntos básicos, en la reunión de junio.