Bogotá — Exactamente a siete días de que Colombia conozca quién será el próximo presidente, hay varias tareas pendientes para quien ocupe la Casa de Nariño, una de estas es recuperar la confianza de la gente en las instituciones.
Hacer diagnósticos claros, con propuestas concretas e informadas sobre los temas económicos y sociales que requiere el país “puede ser el primer paso hacia la recuperación de la confianza en las instituciones y la legitimidad necesaria para lograr las reformas”, dice un documento de la Universidad de los Andes.
“No hay que partir de cero”, reiteran los expertos de la universidad al recordar que durante años ha habido diagnósticos y recomendaciones de múltiples misiones con lo cual el país tiene insumos para discutir temas prioritarios como la equidad de oportunidades, el enfoque territorial participativo, el mejoramiento en la eficiencia del gasto público, el sistema tributario, el cierre de la brecha tecnológica, la apertura a la migración de fuerza laboral, la formación profesional, entre otros.
Las misiones...
Son numerosas las misiones con temas específicos que ofrecen insumos bien documentados para alimentar la formulación y el debate público sobre las reformas necesarias, dice el documento. Algunas de las principales conclusiones se presentan a continuación:
La Misión de equidad y movilidad social del 2012 planteó una serie de recomendaciones que permiten una mirada integral enfocada hacia la equidad de oportunidades. Entre sus recomendaciones aparecen acciones concretas encaminadas a fortalecer la política pública en siete frentes: primera infancia, calidad de la educación básica y media, formación para el trabajo, evaluación y planeación del gasto público social, equidad y diversidad, inequidad regional, y, finalmente, acceso y uso de la tierra rural.
En cada uno de esos siete frentes la Misión proponía acciones que van desde licencias compartidas y horarios flexibles para personas gestantes, pasando por formación para quienes son fuente primaria de cuidado y docentes, hasta la formalización y titularización de predios.
En 2015 la Misión para la transformación del campo construyó su análisis sobre tres pilares fundamentales: el enfoque territorial participativo, un proceso integral de desarrollo rural y la provisión de bienes públicos. A través de estos pilares la Misión analizó los problemas de conflicto persistente en el uso de la tierra, la alta concentración e informalidad de la misma, su frecuente uso inapropiado y la baja protección y regulación de recursos naturales. Este diagnóstico permitió tener un panorama claro sobre la desigualdad entre el campo y la ciudad y al interior de la zona rural, con bajo impulso a la productividad.
En 2020 la Comisión de estudio del sistema tributario territorial recomendó continuar con el proceso de descentralización, aumentar el recaudo con mejor administración tributaria local, entre otros. Esta comisión analizó cada uno de los impuestos locales y regionales y formuló recomendaciones para fortalecerlos, reformarlos o incluso eliminar impuestos de bajo recaudo.
Lo anterior implica, entre otras cosas, actualizar el catastro, reducir la dispersión de tasas del impuesto predial, simplificar y volver más equitativo el impuesto de industria y comercio, y aumentar los impuestos a los vehículos, al consumo de cerveza, licores, cigarrillos y tabaco.
En 2021 la Comisión de expertos en beneficios tributarios identificó en su informe la complejidad del sistema tributario que resulta en desincentivos a las iniciativas empresariales y a la inversión, así como a la evasión y elusión fiscal frenando el desarrollo económico y los recursos necesarios para tratar las desigualdades de ingresos y riqueza.
Los expertos tributarios concluyeron sobre la necesidad de una reforma tributaria estructural que incluye reformas institucionales para lograr “un sistema tributario más simple, eficiente y equitativo; uno que financie un fortalecimiento de la red de protección social, así como una mayor inversión en infraestructura, educación y salud”, según el documento de la Comisión.
En agosto de 2021 se divulgaron los resultados de la Misión de internacionalización. El principal desafío de Colombia para internacionalizarse es cerrar la brecha tecnológica y aprovechar las oportunidades claras de interacción con la economía mundial dada la baja adopción de tecnología en las empresas industriales, la nula participación en las cadenas globales de valor, entre otros.
Con base en este diagnóstico, la Misión presentó una serie de recomendaciones para acelerar la adopción y adaptación de tecnologías, aumentar la presencia de empresas extranjeras para traer tecnología. Además, recomendó abrir el país a la inmigración para contar con talento humano mediante la reforma integral de la política con impacto migratorio y, finalmente, alinear el marco institucional existente para fomentar y apoyar la internacionalización.
En 2021 también se conocieron los resultados de la Misión de empleo. Esta enfatizó, entre otras cosas, en la necesidad de llevar a cabo una reforma estructural en la forma en que se definen los derechos de acceso a la seguridad social, en particular de las pensiones para aumentar la cobertura, reducir las inequidades y evitar que las reglas de acceso a estos componentes de la seguridad social se conviertan en obstáculos a la formalización laboral.
Las propuestas
Dado que los insumos ya están puestos sobre la mesa, los expertos de la Universidad de los Andes invitan a que las coaliciones políticas que buscan llegar a la Casa de Nariño el próximo 7 de agosto lleguen a acuerdos con respecto a las reformas que el país requiere y al diseño general de dichas reformas.
“Los acuerdos deberían trascender la mecánica electoral y traer a la discusión los aspectos fundamentales de las reformas necesarias que han sido opacados por la válida preocupación por la corrupción”, reiteran.
La otra invitación que hacen es identificar coincidencias con respecto a las reformas planteadas desde las diferentes coaliciones. “En la medida en que estas coincidencias existan y se hagan explícitas es posible construir un apoyo amplio, al menos para algunas de las propuestas esenciales”.
“Este es un llamado a recuperar la política entendida como el espacio de debate público abierto sobre un proyecto social compartido. Muchas de las reivindicaciones sociales y las voces de protesta ponen sobre la mesa problemas acerca de los cuales personas expertas han dedicado esfuerzos importantes para entenderlos y ofrecer soluciones”.
“Estos análisis de las diferentes misiones deben enriquecerse con el debate público donde las voces de la ciudadanía sean escuchadas”