A medida que la Argentina sigue tomando la delantera en materia cripto, con respecto al resto de la región, el desarrollo de la industria de los NFTs se diversifica incrementando el flujo entre creadores, artistas y coleccionistas.
Parte de este circuito lo forma Kephi Gallery, que como su nombre lo sugiere es una galería de NFTs que nació hace tan solo dos años, de la mano de cuatro amigos -Joaquín Cochero, Nicolás Verderosa, Germán Trautman y Nicolás Albarellos- unidos por la cruza perfecta de sus intereses en finanzas y arte.
Para ese entonces, el precio de etherum (XET) estaba en ascenso, lo que les dió la oportunidad de crear una exchange con bajas comisiones y asequible para que cualquier creador pueda plasmar sus obras en un NFT.
Verderosa recuerda esos inicios: desde convocar a su amigo Joaquín, hasta encontrar el resto del equipo necesario. Todo eso en plena pandemia y sin más contacto que el virtual. “El equipo surge en pandemia y nunca nos encontramos hasta el año pasado. Nos vimos en persona en el lanzamiento de la plataforma”, dice casi sin creer en todo el camino recorrido en medio de los confinamientos.
Como Verderosa ya venía del mundo de las finanzas desde 2017, dado que trabajaba en una exchange de Vietnam, comenzó a darle forma a la cripto galería, teniendo como aliado parte de los mercados asiáticos.
Con un primer modelo de Kephi, los desarrolladores se presentaron en un programa acelerador del cual quedaron primeros, obteniendo cierto apoyo económico, que aunque no fue muy grande, les dio el impulso necesario para salir a buscar inversores.
Con unos 30 inversores lograron captar US$100.000, lo que les permitió continuar con el desarrollo y una posterior venta pública para lograr otros US$100.000. Pero, para su asombro, obtuvieron unos US$6 millones en el lapso de dos horas, es decir que lograron un 1800% de sobresuscripción. Pese a ello, solo se quedaron con el dinero que necesitaban.
“Eso nos dio el empuje necesario para avanzar con el desarrollo definitivo lo antes posible, y para fines de noviembre de 2021 salimos al mundo”, cuenta Verderosa.
Arte a la carta
En Kephi Gallery, los usuarios pueden crear sus propios NFTs para luego exhibirlos y venderlos. Su principal diferencial son las tarifas que parten de los US$1,5 para crear una obra propia y masiva, es decir con varias copias. Ese valor se contrapone con los US$100 que es el costo que puede tener en otras plataformas. Kephi opera con Binance Smart Chain y KardiaChain, lo que permite asegurar su bajo precio.
Por su parte, el creador del NFT siempre tendrá derecho a recibir regalías del mercado, aún después de la venta de su obra.
Hoy, la plataforma cuenta con un total de 1500 artistas y con más de 2500 obras creadas entre únicas y copias. Por su parte, los compradores son inversores del exterior en su mayoría, dado que las plataformas utilizadas tienen mucha exposición en el mercado asiático que es muy maduro en la industria NFT.
“La mayoría de los coleccionistas que compran son del sudeste asiático y los artistas son de Latinoamérica”, ratifica Verderosa. “De esa manera, no nos quedamos en la exposición de los artistas a nivel local, y aunque uno apunta al mercado latinoamericano, hoy podemos brindarle otra exposición”.
La preminencia de los mercado asiáticos también tiene que ver con que el local aún está muy inmaduro en materia de NFT, porque el público argentino usa cripto como medio de ahorro, y todavía hay mucho descreimiento en este tipo de instrumento.
La galería cuenta con el 85% de artistas de Latinoamérica y el restante 15% de Asia, Europa y Australia. Artísticamente, hay una gran variedad entre las que se encuentran: animación, fotografía, arte 2D, 3D y arte en lápiz, entre muchas otras.
“Estos artistas no son conocidos a nivel mundial, aunque tienen su masa de seguidores”, afirma el emprendedor quien se anima a decir que en el corto plazo también “apuntamos a involucrar artistas conocidos en la plataforma”.
El modelo de negocio para estos cuatro emprendedores se basa en la obtención de una ganancia sobre sobre la creación de obra, que puede ser de hasta un 5% si es que la obra se vende. “Nuestra ganancia es baja pero apuntamos a volumen para que sea sostenible en el tiempo”, asegura Verderosa.
En base a ello, las proyecciones para fin de año son auspiciosas, ya que vienen facturando unos US$30.000 por semana. “No es exponencial pero viene creciendo. El mercado en general va a estar más estancado, porque el mercado cripto ha sufrido bastante”, reconoce el emprendedor quien ya está pensando en una galería física donde los artistas puedan mostrar sus obras en realidad aumentada, mientras la gente con su smartphone podrá hacerse de la obra.
Actualmente las obras van de valores de entre US$20 y US$20.000.
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