Bloomberg — La inflación de EE.UU. alcanzó la cifra más alta en 40 años en mayo. Los precios al consumidor se aceleraron a 8,6% en mayo en la comparación interanual, según mostraron datos del departamento de Trabajo el viernes.
Esto aumenta las perspectivas de que la política monetaria de la Reserva Federal sea más agresiva durante más tiempo.
Los aumentos no estuvieron circunscritos a un sector de la economía, sino que se observaron en varios de ellos. Vivienda, alimentos y gasolina fueron los mayores impulsores.
El llamado IPC núcleo, que excluye componentes más volátiles como los alimentos y la energía, subió un 0,6% respecto al mes anterior y un 6% respecto a hace un año, también por encima de las previsiones.
Las cifras refuerzan el argumento de que la inflación sigue siendo elevada según muchas medidas, y que la Reserva Federal, que se ha comprometido a subidas de 50 puntos básicos sus dos próximas reuniones, tendrá que mantener esa postura agresiva hasta su reunión de septiembre. Los precios récord de la gasolina y los factores geopolíticos amenazan con mantener la inflación alta en los próximos meses, lo que sugiere que la Fed tendrá que frenar la economía durante más tiempo.
Los rendimientos del Tesoro se dispararon, los futuros de las acciones cayeron y el dólar subió tras el informe.
Los precios de los productos de primera necesidad siguieron subiendo a un ritmo anual de dos dígitos durante el mes. Los precios de la energía subieron un 34,6% con respecto al año anterior, la mayor subida desde 2005, incluyendo un salto de casi el 49% en los costes de la gasolina. En lo que va de junio, los precios de la gasolina han alcanzado nuevos máximos, lo que indica una mayor presión al alza en los próximos informes de inflación.
Los precios de los comestibles subieron un 11,9% anual, la mayor cifra desde 1979, mientras que la electricidad aumentó un 12%, el ritmo más alto desde agosto de 2006. El alquiler de la vivienda principal subió un 5,2% respecto al año anterior, la mayor subida desde 1987.
Y hay riesgos crecientes de que las presiones sobre los precios en esas categorías sigan al alza. La guerra de Rusia en Ucrania, así como la intensificación de las sanciones relacionadas con ella; la posible interrupción de los puertos debido al próximo vencimiento de los contratos de los estibadores de la Costa Oeste; los cierres relacionados con el Covid-19 en China y la sequía podrían contribuir al aumento de los precios de los alimentos y la energía.
Esto probablemente suponga más problemas para el presidente Joe Biden, cuyos índices de aprobación han caído a nuevos mínimos antes de las elecciones de mitad de mandato de este año. Aunque el mercado laboral sigue siendo un punto positivo, la inflación, que lleva décadas, está minando la confianza de los estadounidenses y superando en gran medida las ganancias salariales.
--Con la ayuda de Sydney Maki, Reade Pickert, Augusta Saraiva, Chris Middleton y Sophie Caronello.