Bloomberg — Los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a dos y cinco años alcanzaron su nivel más alto desde 2008, después de que un inesperado salto de la inflación aumentara las expectativas de que la Reserva Federal tendrá que subir las tasas de interés de manera más agresiva en los próximos meses.
El alza de los precios al consumidor en mayo a un nuevo máximo de cuatro décadas sorprendió a los inversores que esperaban que la inflación hubiera tocado techo, y llevó a los operadores a proyectar aumentos de tasas de medio punto porcentual en las reuniones de la Fed de junio, julio y septiembre.
Barclays Plc se convirtió en el primer banco de Wall Street en pronosticar que la Fed elevará las tasas en tres cuartos de punto porcentual en su reunión de la próxima semana, mientras que los swaps comenzaron a descontar probabilidades de dicha medida en julio.
Los movimientos del mercado de bonos empujaron temporalmente los rendimientos a 30 años por debajo de los de las notas a cinco años, lo que indica el riesgo de que el endurecimiento del banco central pueda provocar una recesión. Las tasas a dos años subieron hasta 21 puntos básicos en el día al 3,02%.
Un aumento de la tasa de la Fed de 50 puntos básicos “está sobre la mesa ahora para cada reunión, y sigue siendo una cuestión de subir la tasa hasta que la inflación comience a ceder”, dijo Gregory Faranello, de AmeriVet Securities. “Se hablará de 75 en el mercado”, pero es probable que el presidente de la Fed, Jerome Powell, prefiera un ritmo más mesurado, señaló Faranello.
El alza sostenida de los precios al consumidor se produce después de que el banco central comenzó a endurecer su política monetaria, al tiempo que la confianza del consumidor se está erosionando. Esto aumenta la preocupación de que la economía pueda experimentar una persistente inflación aun cuando el crecimiento se desacelere o se contraiga, en una posible repetición de la llamada estanflación de fines de la década de 1970.
“Estamos ante un entorno de estanflación”, dijo Michael Darda, economista jefe de MKM Partners, en Bloomberg TV. “La Reserva Federal sigue estando rezagada”.
El índice de precios al consumidor aumentó un 8,6% en mayo respecto al mismo mes del año anterior, el ritmo más rápido en cuatro décadas, según datos del Departamento del Trabajo publicados el viernes. El indicador de inflación subió un 1% durante el mes, superando todas las estimaciones. La inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de los alimentos y la energía, también aumentó más de lo previsto.
La venta de bonos del Tesoro estuvo encabezada por los valores de corto plazo, que son más sensibles a los movimientos de tasas de la Fed, y el rendimiento a cinco años siguió al de dos años, subiendo 17 puntos básicos al 3,24%. Los rendimientos a 30 años aumentaron seis puntos básicos hasta el 3,23%.
“No hay duda de que la economía se está desacelerando”, dijo Jim Paulsen, estratega jefe de inversiones de Leuthold Weeden Capital Management en Mineápolis.
Las tasas de interés han subido en todo el mundo, y en Europa se dispararon después de que el Banco Central Europeo (BCE) se comprometiera el jueves a subir las tasas en un cuarto de punto el próximo mes y diera señales de un aumento mayor en otoño.