Recuperación en forma de K: Lo que se espera para la economía venezolana en 2022

El crecimiento económico en Venezuela será bifurcado, con sectores ganadores y otros perdedores, de acuerdo al economista Leonardo Buniak

Por

Caracas — La recuperación económica en Venezuela ya es un hecho. Los pronósticos de organismos internacionales son tan positivos, que incluso la visualizan como una de las economías que más crecerá en América Latina durante 2022. La caída tan abrupta de su PIB en más del 80% en los últimos 8 años, sin embargo, marca una realidad más compleja.

Con una pobreza situada por encima del 94%, según los resultados de la Encuesta Condiciones de Vida (Encovi) de la Universidad Católica Andrés Bello en 2021, la desigualdad es lo que realmente se destacará en ese crecimiento económico, que podría ubicarse hasta en 20%, de acuerdo a la estimación del Credit Suisse.

El economista Leonardo Buniak, de Buniak & Co. Rating and Bank Risk Analysis, explicó entonces que se tratará de una recuperación bifurcada, o en forma de K, como se le conoce a aquellas economías que pueden dividirse en dos grandes puntas, en este caso con ganadores y perdedores.

“Es desigual y es asimétrico, donde algunos sectores de la economía se van a ver beneficiados sobre todo aquellos vinculados al sector comercio, servicios, también el sector importador, que van a crecer mucho este año, pero hay sectores como la manufactura, la industria, que está muy afectada por la importación de productos que algunos entran ilegalmente al país”, comentó Buniak, durante una conferencia en Caracas, propiciada por la firma Alliot Global Alliance Venezuela.

El repunte de la economía venezolana, si bien estará protagonizado por la industria petrolera, las oportunidades en cuanto a inversiones y avances, sobre todo en el área comercial, estarán atadas al reconocimiento que se mantenga hacia el sector privado.

La industria nacional tendrá además el reto que se le presenta a raíz de la marcada sobrevaluación cambiaria, que a juicio del economista, se convierte en el mayor obstáculo para el sector nacional productor de bienes transables.

“Cuando el crecimiento no es suficiente, cuando el crecimiento no basta, porque tienes un problema de carga social, que es la aparición de desigualdades económicas y sociales, que además son también territoriales. A mí me preocupa mucho las desigualdades territoriales en Venezuela, pero son parte del comportamiento en forma de K, que hay que resolver en Venezuela y manejar”, agregó.

Petróleo venezolano como sustituto

Las sanciones económicas contra Rusia, tras la guerra en Ucrania, ha dejado en riesgo de colocación el petróleo ruso, lo que ha generado la expectativa de que pueda ser sustituido por el crudo venezolano.

En el informe presentado por el economista, especialista en conflictos geopolíticos, sostuvo que son al menos 4,8 millones de barriles diarios que podrían suplirse con la salida de Rusia del mercado petrolero, que si bien 2,5 millones de bpd podrían ser reemplazados por Arabia Saudita y los Emiratos Árabes mientras que Venezuela se ocuparía de 600.000 barriles, tomando en cuenta también sus niveles de producción actual, esto podría experimentar una variación con un posible alivio de sanciones e inversión en la industria.

Los elevados precios del barril, que de acuerdo a especialistas podría alcanzar los 170 dólares a finales de año, sería una oportunidad para que Venezuela aumentara sus ingresos, por encima de los 30.000 millones de dólares, incluyendo siempre la participación de las empresas mixtas y algunos otros esfuerzos industriales.

“Este año, la suma por ingresos petroleros ya casi alcanzará los 22 mil millones de dólares, con un barril que está ahorita para nosotros en 84 dólares promedio, imagínense con un aumento del precio”, apuntó.

Los flujos de divisas

Dentro del flujo convencional de divisas, el movimiento económico que ha impulsado el sector privado venezolano destaca con exportaciones calculadas en hasta 2.200 millones de dólares, de acuerdo a cálculos presentados por Buniak.

Especificó, en ese sentido, la exportación de casi 300 millones de dólares en camarones, langostinos y cangrejos. También más de 100 millones de dólares en ron y ajonjolí.

Los flujos no convencionales, o lo que también se califica como economía subterránea u oscura, representada por el mercado ilícito y presente sobre todo en las zonas fronterizas, fijan igualmente niveles elevados de circulación de divisas, que son fijados en hasta 12 mil millones de dólares.

“La economía oscura, la economía ilícita, típica de todos los países de la región, es una economía subterránea que en Venezuela genera muchos dólares, vinculada a actividades como extorsión y secuestro en la frontera, esas actividades permean dólares hacia la economía venezolana”, dijo.

Economía remesera

“Venezuela va a crecer y lo hará sostenidamente”, consideró Buniak, haciendo también referencia al ingreso por remesas de los más de 6 millones de venezolanos en el exterior.

Análisis recientes han indicado que las remesas hacia Venezuela representan hasta el 5% de su PIB, al haber alcanzado los 3.500 millones de dólares al cierre de 2021, según la consultora Anova Policy Research. En las proyecciones tomadas en cuenta por Buniak, y comparando los ingresos en esta misma rama para el resto de los países de la región, esta cifra puede representar entre 19 mil y 20 mil millones de dólares dentro de los próximos 3 ó 4 años.

En ese sentido, se explicó la posibilidad de que a corto plazo, las remesas en la economía venezolana tengan un mayor impacto y eso se traduzca en un aporte para el crecimiento estable.

“Sume remesas, sume sector privado, sume economía subterránea, sume ahora petróleo y le voy a decir que si no se fue de Venezuela antes, sería una torpeza increíble irse ahora, pero el que se queda lo que no puede hacer es no hacer nada”, sostuvo Buniak, durante su ponencia.